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domingo, 15 de septiembre de 2024

Oración a Nuestra Señora de los Dolores y a la Santa Cruz / Por P. Carlos García Malo


P. Carlos García Malo / Camino Católico.-  Por dos veces durante el año, la Iglesia conmemora los dolores de la Santísima Virgen que es el de la Semana de la Pasión y también hoy, 15 de septiembre Nuestra Señora de los Dolores.

Ayer día 14 se celebró la Exaltación de la Santa Cruz “en la que se muere para vivir; para vivir en Dios y con Dios, para vivir en la verdad, en la libertad y en el amor, para vivir eternamente”, como dijo alguna vez San Juan Pablo II. María vivió los dolores de la Pasión de Cristo pero a la vez el gozo de la salvación de la humanidad entera.

En la vida de los santos se narra que San Antonio Abad, al ser atacado por terribles tentaciones del demonio, hacía la señal de la cruz y el enemigo huía. Desde ese tiempo, se dice, que se hizo costumbre el hacer la señal de la cruz para librarse de males.

Otro hecho de lo poderoso y sagrado de este signo lo mostró la Santísima Virgen María, quien al aparecerse por primera vez a Santa Bernardita y al ver que la niña quiso santiguarse, nuestra Señora se persignó muy despacio para enseñarle que es necesario hacerlo calmadamente y con más devoción.

Oremos a Nuestra Señora de los Dolores Santa Cruz para que interceda por nosotros en los momentos difíciles y de cruz de nuestra vida y exaltemos la Cruz de Cristo por su gloriosa victoria sobre el maligno:


…Y a ti una espada te atravesará el alma.

Frase escandalosa dirigida a la Madre de Dios y no por eso menos certera.

Dolores de María que le acompañaron cual pasión de la Virgen: nacimiento de Jesús en un pesebre sin poder darle la hospitalidad que se merece al Hijo de Dios; huida a Egipto huyendo de un martirio prematuro que aún no era su tiempo; el niño perdido en el templo sin saber durante tres jornadas dónde estaba el salvador del mundo; habladurías malintencionadas en Nazaret por los milagros y enseñanzas de Jesús… y la pasión de Cristo que es también tu pasión, madre.

No te privaste de ningún sufrimiento y acompañaste a tu Hijo hasta los pies de la cruz. 

Madre, permítenos hoy ser tu consuelo y apoyo.

Ser hijos buenos que busquen con la oración del Santo Rosario amortiguar tu dolor y el desprecio de los hombres por las cosas del Cielo.

Santísima Virgen de los Dolores. Ruega por nosotros.

**********


Cruz de Cristo, leño bendito tintado de la sangre del Redentor.

Madero Santo donde el Malvado encuentra su derrota definitiva.

Con orgullo y agradecimiento tantos cristianos adornan sus cuellos y te llevan siendo testigos de la victoria del Amor frente al odio y el pecado.

Oh, Cruz gloriosa que no desmerezcamos tus méritos y ayúdanos a cargarte cuando nos visites.

Te alabamos, oh Cristo, y te bendecimos.

Que por tu santa Cruz redimiste el mundo.

Amén. 

P. Carlos García Malo

miércoles, 28 de agosto de 2024

Elizabeth Stoker Bruenig, protestante, activista de izquierda, periodista, su vida cambió cuando lo leyó todo de San Agustín

 


* «Empecé a leer a Agustín compulsivamente. Devoré las Confesiones y la Ciudad de Dios, después sus cartas, sus sermones, sus Soliloquios, el Enquiridión y así. Han sobrevivido unos 5 millones de palabras de San Agustín y yo las quería leer todas. Amaba su claridad de mente, su intelecto increíble, su carisma deslumbrante. Amaba, como joven adulta, toda esa intensidad, la fuerza de sus sentimientos por Dios y el mundo, su pasión. Pero también apreciaba el servicio que daban sus textos para navegar por escrituras difíciles. Sin darme cuenta, ya estaba empezando a confiar en la tradición de la Iglesia Católica»

Camino Católico.- «Fui confirmada durante una Vigilia Pascual muy temprana, hacia las 4 de la mañana, en la capellanía católica de la Universidad de Cambridge. Llegué a la capilla cuando estaba oscuro, hacía frío, estaba húmedo y los clubes nocturnos aún soltaban juerguistas del sábado noche. Cuando llegué, estaba despierta de pura adrenalina, exhausta pero alerta. Durante la misa estaba como electrizada, suficientemente consciente como para entender la sorpresa, como de ensueño, de que una profesora mía sostenía el cáliz del que bebía por vez primera».

«Cuando volví a casa esa mañana ya era de día, muy brillante. […] Nunca había visto las calles tan plácidas y brillantes. […] Me sentí cambiada cuando volví a mi habitación, aunque todo parecía igual: una pila desesperada de libros junto a mi cama, fotocopias sobre mi escritorio y las ‘Confesiones’ en mi mesilla de noche. Quedé dormida contenta, repasando las letras de su lomo».

Así recuerda la joven periodista Elizabeth Stoker Bruenig (elizabethstokerbruenig.com) sus primeros momentos como católica en la Pascua de 2014, descritos en la revista norteamericana jesuita America Magazine.

Desde entonces, Elizabeth se ha casado, ha tenido un bebé, ha sufrido pérdidas duras en su familia, ha publicado en muchas revistas, ha vivido el desempleo de su marido, incertidumbres, cansancios… y ha constatado que la fe no es magia, no es «algo privado» para lograr efectos, sino una vivencia pública de confianza con Dios, en la Iglesia. 

Metodista en Estados Unidos

Elizabeth fue bautizada como presbiteriana en Estados Unidos, aunque luego su familia la educó como metodista. Tenía fe, sabía que la Biblia era la fuente de la enseñanza cristiana, sabía que no debía leerse literalmente como una fundamentalista y sabía que era importante ser amables y corteses y contar con la ayuda de los pastores, aunque al final cada uno estaba solo frente a Dios. 

En 2008, con la crisis económica, la joven Elizabeth, inspirada por el movimiento «Ocupar Wall Street», empezó a combinar su religiosidad sin complejos con una militancia de izquierda social.

En la universidad, ya en Inglaterra, conoció un capellán cuáquero y sus encuentros de oración silenciosa: sentarse humildemente en público, meditar sobre Dios y la palabra en silencio, esperar en silencio a Dios. 

En la universidad se volcó a leer compulsivamente los textos bíblicos, y la historia de cómo se crearon, y las críticas a esta historia. Entendió que había un problema no de interpretación, sino de autoridad. ¿Quién tiene autoridad para establecer qué quiere decir Dios con tal o cual texto? 

Incluso un cambio en un vocablo puede cambiar una visión política. Por ejemplo, San Pablo en 1 Corintios 13 dice: «Si doy todos mis bienes a los pobres pero no tengo agape, de nada me sirve». Pero «agape», en griego, fue traducido como «caridad» y de ahí saltó al lenguaje popular la idea de que caridad es -casi exclusivamente- dar cosas a los pobres. Pero lo que Pablo pide es ‘agape’. El mundo cambia, las palabras cambian, incluso la gente cambia en su vida. Con esa palabra (agape o caritas) unos piden más acción estatal y otros más solidaridad interpersonal.

«¿Cómo podía llegar a Dios a base de leer a la luz de mi propia conciencia si no estaba segura del todo ni siquiera de lo que leía, mucho menos de mi capacidad de leer de forma fiable?», se planteaba Elizabeth, lectora incansable e inquieta.

Un clásico vivo de 16 siglos

Pero entonces un profesor puso en la lista de lecturas recomendadas una autobiografía de un obispo y converso, escrita en el año 398, las «Confesiones» de San Agustín. Y eso cambió su vida. 

«Empecé a leer a Agustín compulsivamente. Devoré las Confesiones y la Ciudad de Dios, después sus cartas, sus sermones, sus Soliloquios, el Enquiridión y así. Han sobrevivido unos 5 millones de palabras de San Agustín y yo las quería leer todas»

«Amaba su claridad de mente, su intelecto increíble, su carisma deslumbrante. Amaba, como joven adulta, toda esa intensidad, la fuerza de sus sentimientos por Dios y el mundo, su pasión. Pero también apreciaba el servicio que daban sus textos para navegar por escrituras difíciles. Sin darme cuenta, ya estaba empezando a confiar en la tradición de la Iglesia Católica», comenta Elizabeth.

¿Qué es la tradición y para qué sirve?

¿Qué es la tradición? Es la posibilidad de enfrentarte a un texto, una enseñanza, con toda una cadena de correligionarios que se han enfrentado antes a ello. Aunque cada individuo sigue usando su conciencia, «el peso del tiempo y el ser expertos son instructivos, y susurran, a través del espacio y los siglos, que no estás sola»



Conoció también un rabino judío que abordaba los textos bíblicos, que a ella le sonaban, desde la perspectiva de varios cientos de intérpretes previos, «un pensamiento colectivo que aportaban peso y equilibrio a los prejuicios de los lectores modernos». 

Cuanto más leía y estudiaba, más se convencía de que la Tradición era necesaria. «Quería una guía, claridad, autoridad… Dios no dejó a Adán solo en el Edén, y eso que estaba más cercano a Dios de lo que estamos hoy. Necesitaba ayuda y Dios se la dio. Empecé a ver que Dios hacía lo mismo conmigo y sólo tenía que aceptarla». 

Una base cristiana contra los abusos de los fuertes

Elizabeth no era entonces, ni ahora, conservadora en política. Pero apreciaba que la cultura católica era capaz de plantear cuestiones a nuestra época que nadie más osa plantear. Por ejemplo, los límites de la propiedad privada. Cuando en el siglo XVI los protestantes anabaptistas lanzaron unas revoluciones sangrientas estableciendo la propiedad comunal radical, los luteranos y calvinistas se asustaron, y como reacción establecieron una serie de enseñanzas sacralizando la propiedad privada.

El catolicismo, en cambio, equilibra esta propiedad con el destino universal de los bienes. Como escribía San Agustín: «Dios hizo al pobre y al rico de la misma arcilla y la misma tierra sostiene al pobre y al rico».

«La Iglesia Católica siempre vigiló la tendencia de los ricos a acumular más de lo debido en detrimento de los pobres«, escribe Elizabeth.

«Cuando acababa mi tiempo en la universidad, estaba ya convencida de la visión católica era el único suelo firme desde el que un cristiano puede combatir la dominación de los ricos sobre los pobres, contra la pobreza, contra la destrucción de familias en manos de negocios y sus lacayos políticos, contra un mundo despojado de significado»,escribe. 

Todo eso fue lo que en la Pascua de 2014 la llevó a su ingreso en la Iglesia Católica, con esa confirmación y ese cáliz que su mente conserva con vividez.

miércoles, 1 de mayo de 2024

Oración a San José para pedir trabajo e implorar que el que tenemos sirva para construir un mundo mejor / Por P. Carlos García Malo

«San José, padre del niño Jesús y esposo de la Virgen María. Trabajador infatigable para proveer a los tuyos de todo sustento.  Ayúdanos a  dar gracias por nuestro empleo o a pedírtelo si no lo tuviéramos. Que sepamos agradecer al Cielo  el medio de desarrollar nuestras capacidades y de ser útiles a la sociedad»

domingo, 28 de abril de 2024

Homilía del Evangelio del Domingo: «Sin mí no podéis hacer nada» / Por P. José María Prats


* «Cuando nosotros estamos unidos a Jesús, el Espíritu Santo penetra en nosotros y nos hace participar de la vida divina. Y al obrar movidos por el Espíritu, nuestras acciones adquieren un valor eterno porque son también las acciones de Dios, convirtiéndose así en frutos de vida eterna”

sábado, 27 de abril de 2024

Oración a la Virgen de Montserrat por la paz en el mundo / Por P. Carlos García Malo


«Rosa de abril, Morena de la sierra, de Montserrat estrella... así te canta y venera el pueblo catalán y Catalunya entera. Virgen de Montserrat, 'Moreneta' querida, ruega por tus hijos e intercede ante el niño que llevas en tus manos para que tus hijos, que caminamos por este mundo, busquemos en ti más lo que nos une que lo que nos separa: el amor de un Dios que no dudó en dar su vida para que todos seamos uno como el Padre y Él en el amor del Espíritu Santo. Virgen de Montserrat, ruega por nosotros y por la paz del mundo entero»

domingo, 21 de abril de 2024

Homilía del Evangelio del Domingo: Jesús como Buen Pastor nos muestra la paternidad de Dios / Por P. José María Prats


* «Él conoce a cada uno por su nombre y nos ha amado hasta el extremo, dando su vida por nosotros en la cruz para liberarnos del poder del pecado que tuerce y destruye nuestra vida. Él quiere que nos amemos entrañablemente entre nosotros y permanezcamos unidos formando «un solo rebaño con un solo Pastor». Y cuando, haciendo mal uso de la libertad que nos ha dado, rechazamos su amor incondicional y nos dejamos seducir por el mal destruyendo la vida de la gracia en nosotros y apartándonos del rebaño que camina hacia las verdes praderas de la vida eterna, siente desgarrarse su corazón de padre”

domingo, 14 de abril de 2024

Homilía del Evangelio del Domingo: Por el misterio pascual de Cristo y la efusión de su Espíritu hemos accedido a un conocimiento profundo de Dios / Por P. José María Prats

domingo, 7 de abril de 2024

Homilía del Evangelio del Domingo: La fe no es privilegio, sino don / Por Cardenal Raniero Cantalamessa, OFM Cap.


* «La crítica y el diálogo con los no creyentes, cuando se desarrollan en el respeto y en la lealtad recíproca, nos resultan de gran utilidad. Ante todo nos hacen humildes. Nos obligan a tomar nota de que la fe no es un privilegio, o una ventaja para nadie. No podemos imponerla ni demostrarla, sino sólo proponerla y mostrarla con la vida. «¿Qué tienes que no lo hayas recibido? Y, si lo has recibido, ¿a qué gloriarte cual si no lo hubieras recibido?», dice San Pablo (1 Corintios 4,7). La fe, en el fondo, en un don, no un mérito, y como todo don no puede vivirse más que en la gratitud y en la humildad. La relación con los no creyentes nos ayuda también a purificar nuestra fe de representaciones burdas. Con mucha frecuencia lo que los no creyentes rechazan no es al verdadero Dios, al Dios viviente de la Biblia, sino a su doble, una imagen distorsionada de Dios que los propios creyentes han contribuido a crear. Rechazando a este Dios, los no creyentes nos obligan a volvernos a situar tras las huellas del Dios vivo y verdadero, que está más allá de toda nuestra representación y explicación. A no fosilizar o banalizar a Dios»


Homilía del Evangelio del Domingo: Encuentro profundo con Cristo Resucitado y dejarse llenar de su Espíritu Santo / Por P. José María Prats


* «Jesús comunica a sus discípulos su vida resucitada y victoriosa exhalando sobre ellos al Espíritu Santo, un gesto que evoca el relato de la creación –cuando «Dios modeló al hombre del polvo del suelo e insufló en su nariz aliento de vida» (Gn 2,7)– y que manifiesta que por la fe y el Espíritu Santo hemos sido recreados en Cristo: «el que está en Cristo, es una nueva creación; pasó lo viejo, todo es nuevo», dice San Pablo (2 Cor 5,17)”

sábado, 30 de marzo de 2024

Homilía del Evangelio de la Vigilia Pascual: Cristo Resucitado, luz que ilumina y vence a las tinieblas / Por P. José María Prats


«Cristo ha muerto y ha resucitado para encender en nuestros corazones la luz divina que disipa las tinieblas del pecado y «nos da el poder de ser hijos de Dios» (Jn 1,12). Que en verdad esta luz que hoy se renueva en nosotros nos convierta en lámparas que disipen la oscuridad, la injusticia y la desesperanza de nuestro mundo»

viernes, 29 de marzo de 2024

Homilía del Evangelio del Viernes Santo: Cristo destruya en la Cruz nuestro egoísmo y autoafirmación y nos transforme en siervos del amor y de la justicia / Por P. José María Prats


* «Jesús clavado en la Cruz es «el más bello de los hombres» porque ha amado hasta el extremo, anteponiendo la voluntad del Padre y la salvación de los hombres a la preservación de su belleza física y de su vida. Es la belleza del que se ha negado a sí mismo por amor, para vivir en todos y dar vida a todos… y ‘el Señor lo bendice eternamente’»

jueves, 28 de marzo de 2024

Homilía del Evangelio del Jueves Santo: La nueva vida que hace posible el sacrificio de Cristo, es una vida de servicio y entrega a los demás / Por P. José María Prats

 


* «Hemos sido liberados para liberar, Jesús nos ha lavado los pies para que los lavemos a nuestros hermanos. Que este signo tan bonito del lavatorio de los pies que realizamos en la liturgia de hoy se convierta en realidad cada día en el cuidado de nuestros ancianos, enfermos y personas necesitadas, y en la alegría de vivir para servir y promover la vida”

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domingo, 24 de marzo de 2024

Homilía del Evangelio del Domingo: Jesús, al vencer con su pasión, muerte y resurrección sobre las fuerzas del mal, ha devuelto a la existencia humana la libertad y la paz / Por P. José María Prats


* "Oremos para que al celebrar con fe y devoción durante esta Semana Santa el misterio de la pasión, muerte y resurrección del Señor, participemos también de su victoria sobre el poder del mal, nuestro corazón se llene de paz y nuestra vida se colme, como la palmera, de frutos de vida eterna”

domingo, 17 de marzo de 2024

Homilía del Evangelio del Domingo: Negarnos a nosotros mismos y ponernos al servicio del Reino de Dios para ver a Jesús con unos ojos y un corazón nuevos / Por P. José María Prats


 * «San Pablo, por ejemplo, cuando dice que en la vida eterna «veremos a Dios cara a cara» (1Co 13,12) quiere decir que «conoceremos como Él nos conoce» y compartiremos plenamente su vida. Ver a Jesús significa, pues, llegar, por la fe, a reconocerle como «Señor mío y Dios mío» y a compartir su vida estableciendo una íntima relación con Él”

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domingo, 10 de marzo de 2024

Homilía del Evangelio del Domingo: Ser cristiano es participar de la vida de Dios, que es vida eterna, por haber creído en Jesucristo, su Palabra encarnada / Por P. José María Prats


* “Los cristianos deberíamos tener verdadera pasión por profundizar en el conocimiento y la comunión con el misterio de Dios, desarrollando una íntima relación con Él por la oración, atendiendo a las mociones de su Espíritu y estudiando y meditando asiduamente su palabra en la Sagrada Escritura. Recordemos la afirmación de Jesús: «Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo.» (Jn 17,3). ¿Qué pasa entonces con las buenas obras? Son una consecuencia de la comunión con Dios. Si Dios es amor –donación de sí mismo–, entonces la comunión con Él debe llevarnos necesariamente a vivir en el amor y el servicio a los demás”

domingo, 3 de marzo de 2024

Homilía del Evangelio del Domingo: En la Cruz Jesús expulsó del «Templo de su Cuerpo» a los mercaderes que lo profanaban: la codicia, el egoísmo, la injusticia… / Por P. José María Prats


* “Por el bautismo somos miembros del Cuerpo de Cristo y, como tales, durante la Cuaresma seguimos a Jesús en su ascensión a Jerusalén para ser purificados por la participación en su sacrificio que se renueva en el Triduo Pascual. Renovaremos así la Alianza nueva y eterna, una alianza que ha hecho de cada uno de nosotros un arca mucho más santa que la del Templo de Jerusalén, pues por ella llevamos en nuestros corazones la Ley de Dios escrita con el fuego del Espíritu Santo”

domingo, 25 de febrero de 2024

Homilía del Evangelio del Domingo: En el camino de la vida cumplir el mandato de Dios Padre: «Este es mi Hijo amado; escuchadlo» / Por P. José María Prats


* “Muchos de nosotros, en mayor o menor medida, hemos visto al Señor transfigurado: en algún momento de nuestra vida hemos tenido un tiempo más o menos prolongado de clarividencia en el que el Espíritu Santo nos hizo percibir con gran nitidez la verdad y la profundidad de la fe que profesamos. Tal vez tras una crisis personal o en un retiro espiritual al que asistimos, o por el testimonio de personas con las que hemos convivido... Esta experiencia hizo que nuestra vida adquiriese un sentido mucho más profundo. Y cuando vienen momentos de prueba, de dificultad o de vacilación en la fe, nos remitimos a esa profunda experiencia de Dios que tuvimos y así recobramos las fuerzas para sobreponernos y seguir avanzando hacia ese horizonte de gloria que sabemos que nos aguarda al final del camino”

domingo, 18 de febrero de 2024

Homilía del Evangelio del Domingo: Necesidad de elegir entre dos caminos: el de la voluntad de Dios o el de las pasiones excitadas por el maligno / Por P. José María Prats


* “El evangelio, al decir que «el Espíritu empujó a Jesús al desierto», nos recuerda nuevamente que en esta ardua andadura por el laberinto de la Cuaresma nos acompaña el Espíritu Santo, que con el don del discernimiento ilumina nuestra inteligencia para que reconozca el querer de Dios en cada encrucijada, y con el don de fortaleza sostiene nuestra voluntad para que se niegue a sí misma y se adhiera a ese querer”

domingo, 11 de febrero de 2024

Homilía del Evangelio del Domingo: Llamados a formar una única familia donde cada uno ejerza una función en beneficio de los demás para proclamar la gloria de Dios / Por P. José María Prats


* “Cada uno, desde la vocación que ha recibido: el político, dominando la tentación de la corrupción; el empresario, venciendo la codicia; el médico, sirviendo fielmente al don de la salud y de la vida; el asalariado, viviendo su trabajo con entrega y espíritu de servicio... Todos, negándonos a nosotros mismos… Cuando celebramos la eucaristía con las debidas disposiciones, el Espíritu desciende sobre nosotros y nos constituye en familia, en vasija, en orquesta, en miembros de un mismo cuerpo: el Cuerpo de Cristo. Así lo pedimos al Padre en la plegaria eucarística: “Te pedimos humildemente que el Espíritu Santo congregue en la unidad a cuantos participamos del Cuerpo y Sangre de Cristo”