* «Hemos sido liberados para liberar, Jesús nos ha lavado los pies para que los lavemos a nuestros hermanos. Que este signo tan bonito del lavatorio de los pies que realizamos en la liturgia de hoy se convierta en realidad cada día en el cuidado de nuestros ancianos, enfermos y personas necesitadas, y en la alegría de vivir para servir y promover la vida”
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