Camino Católico.- Maita Pozuelo sufrió un accidentecon su familia cuando tenía 12 años, en el cual falleció un hermano suyo y ella quedó ciega. Como consecuencia del dolor y el sufrimiento Maita dejó de creer en la existencia de Dios. Ella aprendió a vivir con su ceguera y actuar de forma autónoma para no tener que depender de nadie.
Sus padres, que la habían educado en la fe católica, vivieron su dolor por la pérdida de su hijo y la ceguera de Maita acogiéndose a Dios y creyendo que solo Él sabía la verdad profunda por la que había sucedido el accidente y sus consecuencias. Maita no comprendía la vivencia de sus padres, pero se daba cuenta que era autentica. Su madre un día le dijo que “Dios nos da lo que necesitamos a cada uno y a ti te ha dado la ceguera. Entonces, es lo que tú necesitas para ser feliz.
Maita, que es fisioterapeuta, guardaba todo en su corazón mientras el Señor trabajaba en su interior hasta el día que le hizo darse cuenta que para ser feliz no necesitaba ver. La paz que Dios puso en su corazón la reconcilió con ella misma y con los demás. Explica su testimonio en el programa de Popular TV R. Murcia “Vidas con Luz”.