* «Así, Jesús nos enseña a pedirle al Padre el pan de cada día. Y nos enseña a hacerlo unidos con tantos hombres y mujeres para quienes esta oración es un grito, – que a menudo se lleva dentro- y que acompaña la ansiedad de cada día. ¡Cuántas madres y padres, incluso hoy, se van a dormir con el tormento de no tener s mañana pan suficiente para sus hijos! El pan que el cristiano pide en oración no es “mío”, sino “nuestro”. Esto es lo que quiere Jesús. Nos enseña a pedirlo no solo para nosotros, sino para toda la fraternidad del mundo. Si no se reza de esta manera, el “Padre Nuestro” deja de ser una oración cristiana. “¡Todos somos tus hijos, Padre, ten piedad de nosotros!”. Y ahora nos hará bien detenernos unos momentos y pensar en los niños hambrientos. Pensemos en los niños que están en los países en guerra: en los niños hambrientos de Yemen, en los niños hambrientos de Siria, en los niños hambrientos de todos esos países donde no hay pan, en Sudán del Sur. Pensemos en esos niños y pensando en ellos digamos juntos, en voz alta, la oración: “Padre, danos hoy nuestro pan de cada día”»
Video completo de la transmisión en directo realizada por 13 TV de la catequesis traducida al español y de la síntesis que el Papa ha hecho en nuestro idioma
Leer más....* « Sor Maria Concetta tiene 85 años y ha sido misionera en África durante casi 60 años, donde trabaja como obstétrica. Un aplauso. La conocí en Bangui, cuando fui a abrir el Jubileo de la Misericordia. Allí me dijo que en su vida ha ayudado a que nacieran miles de niños. ¡Qué maravilla! Ha venido estos días a Roma para reunirse con sus hermanas y hoy está en la audiencia con su Superiora. ¡Así que pensé en aprovechar esta oportunidad para darle un signo de gratitud y decirle un gracias muy grande por su testimonio! Con este gesto a ti dedicado, quiero también expresar mi gratitud a todos los misioneros, sacerdotes, religiosos y laicos, que han esparcido la semilla del Reino de Dios en todas las partes del mundo. Vuestro trabajo, queridos misioneros y misioneras, es grande. Vosotros “quemáis” vuestra vida sembrando la palabra de Dios con vuestro testimonio … Y en este mundo no sois noticia. No salís en los periódicos»