* «Es curioso pero, donde más claro he visto el deseo de ser sacerdote, ha sido viendo a otras familias. No tanto por una envidia, sino porque quiero que toda mi vida sea para que estos puedan vivir, para que matrimonios puedan estar unidos a Cristo, puedan ser fecundos. Viendo matrimonios que quieren ser santos he visto mi vocación al sacerdocio. Viendo a sacerdotes que quieren vivir la santidad, he dicho: yo quiero vivir como este hombre, yo quiero ser eso, el Señor me pide esto. No es una renuncia a formar una familia; es una apertura a la vida para decir: toda mi vida para estos, toda mi vida para todo el que lo necesite»
* «Preguntarse qué quiere Dios de mí es lo normal para un cristiano. Una frase que a mí me ayudó en el proceso de discernimiento es esa de Juan Pablo II que dice «si sientes la llamada de Dios que te dice ¡sígueme!, no la acalles». Que el Señor te pida la vida es el camino de felicidad que tiene para ti. Nunca vas a ser más libre que cuando te pones en manos de Dios. Dios con la vocación da el don para vivirlo»