* «Lo que sucede con este ‘milagro histórico’ de Jacinto Vera es que está muy bien documentado. El padre de la adolescente beneficiaria del milagro era médico. Entonces fue documentando paso a paso todo el desarrollo de la enfermedad de la hija, el desarrollo de la infección, la fiebre que hacía. Así como también, luego, la mejoría. Al haber estado documentado en su momento por un testigo cualificado como un médico, que era el padre de la muchacha, se salvó el milagro. La beneficiaria murió no hace tantos años, en el 2010 y que tiene –hasta donde sé- tres hijas que están vivas. Alguna no vive en el país. Esas hijas dieron testimonio cuando se instruyó el milagro que se envió a Roma y dieron testimonio de ese relato de que le habían puesto a su madre en la zona afectada estampita de Jacinto Vera con la reliquia y que habían rezado. Un testimonio fidedigno. De hecho, la madre conservó esa estampita en su mesa de luz toda su vida»