* «San Eulogio de Córdoba, humilde sacerdote de principios del siglo IX. Te tocaron vivir tiempos convulsos de persecución a los cristianos por el Islam… Tus constantes denuncias por semejante abuso no te lo perdonaron tus enemigos, y te llevaron, también a ti, a dar la Vida por Cristo diciendo: «Será mejor que me condenéis a muerte. Soy adorador de Cristo, hijo de Dios e hijo de María, y para mí vuestro profeta es un impostor». San Eulogio, intercede ante Dios por los cristianos de este siglo, a fin de que sepamos ser defensores de la verdad y no tener miedo a las represalias del mundo»
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