7 de mayo de 2025.- (Camino Católico) A las 16’30 horas de este miércoles 7 de mayo ha empezado formalmente el cónclave, en el que 133 de los 135 cardenales menores de 80 años, elegirán al nuevo Obispo de Roma y Pontífice de la Iglesia Católica, tras la muerte el pasado 21 de abril del Papa Francisco. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha todo el inicio del Cónclave.
La ceremonia de ingreso en el cónclave, que se celebra en la Capilla Sixtina, ha comenzado con los purpurados congregados en la Capilla Paulina del Palacio Apostólico para formar la procesión.
En principio, hubiera tenido que ser el decano del Colegio Cardenalicio, Cardenal Giovanni Battista Re, quien presidiera la ceremonia. Sin embargo, debido a que supera los 80 años y no participará en el cónclave, al igual que su vicedecano, Cardenal Leonardo Sandri, el cónclave será dirigido por el ex secretario de Estado, Cardenal Pietro Parolin.
Después de invocar a la Santísima Trinidad, el Cardenal Parolin se ha dirigido a sus hermanos en el purpurado: “Venerables hermanos: celebrados los divinos misterios, entramos ahora en Cónclave para elegir al Romano Pontífice. Toda la Iglesia, unida a nosotros en oración, invoca sin cesar la gracia del Espíritu Santo, para que sea elegido por nosotros un Pastor digno de todo el rebaño de Cristo”.
“Que el Señor dirija nuestros pasos por el camino de la verdad, para que, por intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, de los santos apóstoles Pedro y Pablo y de todos los santos, hagamos siempre lo que le agrada”, ha concluido la oración inicial.
A continuación, se ha formado la procesión de entrada. El maestro de ceremonias ha iniciado el cortejo solemne, portando la cruz, acompañado de dos ceroferarios (portadores de dos luminarias). Tras ellos, los cantores, un representante de los protonotarios numerarios, otro del Tribunal de la Rota Romana, el cardenal Raniero Cantalamessa que ha realizado una meditación en presencia de los cardenales electores, el vicecamarlengo, Mons. Ilson de Jesús Montanari, y el secretario del Colegio de Cardenales.
A continuación, han seguido los cardenales electores: los diáconos, los presbíteros y los obispos; por último, el Cardenal Parolin, acompañado por el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, Mons. Diego Ravelli, Arzobispo titular de Recanati.
El recorrido hasta la Capilla Sixtina se ha realizado de manera ordenada, entonando la letanía de los santos. Al llegar al lugar, cada purpurado ha ocupado su lugar y los Evangelios se han colocado en un lugar destacado en la Capilla Sixtina.
Inmediatamente se ha invocado al Espíritu Santo con el canto del Veni Creator Spiritus, tras el que todos los presentes han guardado un momento de silencio para recogerse en oración.
Entonces, el Cardenal Parolin ha orado de la siguiente manera: “Oh Padre, que guías y cuidas de tu Iglesia, da a tus siervos el Espíritu de entendimiento, de verdad y de paz, para que se esfuercen por conocer tu voluntad y te sirvan con total entrega. Por Cristo nuestro Señor. Amén”.
Juramento de los cardenales electores
Tras la oración, los cardenales electores han procedido a pronunciar el juramento de acatamiento a la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis que regula las disposiciones para la elección de un nuevo Pontífice.
Además, se han comprometido delante de Dios a cumplir las obligaciones como sucesor de San Pedro, con la siguiente fórmula: “Asimismo, prometemos, nos comprometemos y juramos que cualquiera de nosotros que, por disposición divina, sea elegido Romano Pontífice, se comprometerá a cumplir fielmente el munus Petrinum como Pastor de la Iglesia universal y no dejará de afirmar y defender enérgicamente los derechos y la libertad espiritual y temporal de la Santa Sede”.
El juramento, ha concluido con el compromiso de guardar secreto sobre lo que suceda durante el cónclave y rechazar cualquier interferencia externa sobre la elección:
“Ante todo, prometemos y juramos observar con la máxima fidelidad y ante todos, clérigos y laicos por igual, el secreto respecto a todo lo que de algún modo se relacione con la elección del Romano Pontífice y con lo que ocurra en el lugar de la elección, ya sea directa o indirectamente relacionado con el escrutinio; no violar este secreto en modo alguno, ni durante ni después de la elección del nuevo Pontífice, a menos que se cuente con la autorización explícita del mismo Pontífice; no prestar nunca ningún apoyo o favor a cualquier interferencia, oposición o cualquier otra forma de intervención por la que autoridades seculares de cualquier orden y grado, o cualquier grupo de personas o individuos, quisieran interferir en la elección del Romano Pontífice.”
Al concluir la lectura del contenido de este compromiso solemne, los cardenales, de uno en uno, han dicho: “Y yo, Cardenal N., prometo, obedezco y juro”. Y, poniendo la mano sobre el Evangelio, añade: “Así que Dios me ayude y estos santos Evangelios que toco con la mano”.
“Extra omnes”
Tras la toma del juramento, Mons. Ravelli ha pronunciado la famosa expresión “Extra omnes” (Todos fuera), tras la que todos los que no participan en el cónclave han abandonado la Capilla Sixtina, dejando a los purpurados bajo la cúpula decorada con alegorías del juicio final realizada por Miguel Ángel Buonarroti en el siglo XVI.
A continuación, en presencia de Mons. Ravelli, los cardenales han atendido a una predicación del cardenal Raniero Cantalamessa sobre “la grave tarea que les espera y la necesidad de que actúen con recta intención en la elección del Romano Pontífice, buscando hacer la voluntad de Dios y teniendo como único objetivo el bien de toda la Iglesia”.
Al concluir dicha predicación, es cuando tanto Cantalamessa como el maestro de ceremonias, han abandonado la Capilla Sixtina, se han cerrado las puertas y se han colocado guardias en todas las entradas.
Entonces, el Cardenal Parolin ha preguntado a los presentes si es posible “iniciar el proceso de la elección, o si fuera preciso aún aclarar dudas sobre las normas” contenidas en Universi Dominici Gregis.
Si no ha habido más objeciones, se ha procedido como está estipulado en la Constitución Apostólica para la elección de un nuevo Pontífice.
Las votaciones
Durante los días que dure el cónclave, los cardenales realizarán cuatro votaciones cada jornada: dos por la mañana y dos por la tarde. A cada bloque de votaciones le sigue una fumata, que será negra si no se ha alcanzado un acuerdo, o blanca si ya se ha elegido al nuevo Pontífice.
El único día que solo hay votaciones por la tarde es hoy miércoles, y en consecuencia, habrá una fumata poco después de las 7:00p.m. (hora de Roma), según confirmó el Vaticano.
En los días siguientes, si el Papa no es elegido en la primera votación de la mañana, se realiza una segunda de inmediato. Ambas papeletas se queman juntas, lo que da lugar a una posible fumata hacia las 12:00 p.m. Si, en cambio, el Pontífice es elegido en la primera votación de la mañana, el humo blanco aparecerá poco después de las 10:30a.m.
El mismo proceso se repite en la tarde. Tras un breve descanso, se realizan otras dos votaciones. Si ninguna es concluyente, la fumata se espera alrededor de las 7:00p.m. Pero si el Papa es elegido en la primera votación de la tarde, la fumata blanca se vería poco después de las 5:30p.m.
Así, los fieles deberán estar atentos a cuatro posibles momentos de fumata cada día: dos hacia el mediodía y dos al anochecer. Sin embargo, el primer día solo habrá una oportunidad de ver humo, al finalizar la única votación de la tarde.
La fumata se produce al quemar las papeletas cada cardenal, junto con compuestos químicos que tiñen el humo de negro o blanco. Tras la fumata blanca, las campanas de San Pedro repicarán con fuerza para confirmar el esperado “Habemus Papam”.
Foto: Vatican Media, 7-5-2025
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