* «Y creo que Dios es Alguien que siempre me ha ayudado a afrontar y a superar los grandes retos por los que he pasado. Le doy las gracias por todo lo que me ha dado: la familia que tengo, la gente que merodea, mis amigos, los dones que me ha dado para poder seguir adelante… Después de eso me confirmé y empecé en un grupo de jóvenes en el que estuve súper a gusto. Allí comencé a sentirme bien en la Iglesia, y conocí a algunos de mis grandes amigos de hoy. Nunca he renunciado a Dios ni a la Iglesia, incluso aunque tengo posturas críticas con respecto a la Iglesia, porque creo que no es incompatible»
* «Lo digo bien claro: el aborto me parece un latrocinio, y más en el caso de niños con síndrome de Down. Yo no juzgo a las personas, pero abortar a un niño con síndrome de Down nunca es bueno. Primero, matas a tu hijo, y además, te privas de vivir un montón de experiencias extraordinarias…. La dignidad es algo que no se puede perder por la salud. La vida de un enfermo es tan digna y respetable como la de cualquiera. La dignidad va por delante de cualquier aspecto, y por eso tenemos derecho a aquello que nos dignifica: una vivienda, un buen empleo, una buena calidad de vida… Los políticos tienen la obligación de facilitarnos las cosas que nos dignifican, no decir que unos tienen dignidad y otros no»