* «Al adorar, se «libera la verdad que estaba prisionera de la injusticia». Se llega a ser «auténticos» en el sentido más profundo de la palabra. En la adoración se anticipa ya el regreso de todas las cosas a Dios. Uno se abandona al sentido y al flujo del ser. Como el agua encuentra su paz en fluir hacia el mar y el pájaro su alegría en seguir el curso del viento, así el adorador en adorar. Adorar a Dios no es tanto un deber, una obligación, cuanto un privilegio, más aún, una necesidad. ¡El hombre necesita algo majestuoso que amar y adorar! Está hecho para esto. Por tanto, no es Dios quien necesita ser adorado, sino el hombre quien necesita adorar»
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ARDE COMPLUTUM 2024
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*¿QUÉ ES ARDE COMPLUTUM?*
*Es una iniciativa de evangelización de primer anuncio por las calles que
se ha venido realizando en la diócesis de Alcalá de ...
Hace 4 días