* “¿Y qué debemos hacer nosotros para participar de esta sanación y de esta glorificación? Pues simplemente asirnos con fuerza a Cristo en su ascenso desde los abismos hasta su gloria eterna. La humanidad es como un niño cuya cabeza es Cristo y que, por la resurrección, está naciendo a la vida eterna. Lo primero que sale del útero materno es la cabeza, es decir, Cristo, y todos los demás miembros podrán también salir únicamente en la medida en que estén unidos a la cabeza”
Vigilia Pascual:
Génesis 1, 1-2,2; Éxodo 14, 15-15,1; Ezequiel 36, 16-28 / Romanos 6, 3-11 / Lucas 24, 1-12