Salmo 118, 105
"Bendeciré al Señor en todo tiempo,
no cesaré de alabarlo.
Mi alma se enorgullece en el Señor,
que lo oigan los humildes y se alegren"
Salmo 34, 2-3
Estos versículos de los salmos 118 y 34 resumen con precisión, en Espíritu y Verdad, los últimos 50 días vividos con el padre Jaime Burke O.P. en España, tanto por nosotros como por él y los miles de personas con quienes ha compartido la Palabra de Dios. Queremos dar gracias a Dios por tantas personas que han sido transformadas en estos días de Cuaresma, Semana Santa y Pascua. Y también por la fidelidad de los lectores de este pobre blog.
Tener que organizar todas las actividades del padre Jaime Burke O.P. nos ha imposibilitado escribir con más asiduidad nuestros articulos personales y meditaciones, pero hemos intentado mantener encendido el fuego del Espíritu Santo con temas y testimonios que contribuyeran al crecimiento y la edificación de todos.
No vamos a explicar por el momento todo lo que hemos visto y oído en los 50 días de actos espirituales con el padre Jaime Burke O.P.. Tiempo tendremos en los próximos meses para cantar alabanzas al Señor por lo que ya hemos descubierto que ha obrado y por lo que veremos que hará. Sólo algunas primeras constataciones testimoniales:
-Gracias al P. Carlos García Malo y a su comunidad parroquial de Sant Miguel Arcangel de Moralzarzal por su oración, servicio y comunión
Algo tan fácil de pronunciar como vivir en comunión espiritual para hacer crecer la Palabra de Dios es muy difícil de poner en práctica en silencio, con humildad y deseando profundamente que el Señor bendiga a toda persona que ni siquiera conocemos. Eso es lo que nos consta han hecho el P. Carlos García Malo, parróco de San Miguel Arcangel de Moralzarzal (Madrid) y los miembros de su comunidad cristiana.
El padre Jaime Burke estuvo en Moralzarzal cuatro días, pero ellos han estado orando para que los frutos acompañaran la predicación y los retiros que se han realizado durante los últimos dos meses cada día. Además, desde el anonimato han prestado un servicio de presencia convirtiéndose en columna maestra de la visita del padre Jaime Burke O.P..
No contamos esto para alabar humanamente al padre Carlos García Malo y a las personas de Moralzarzal, que silenciosamente han intercedido por todas estas actividades espirituales. Lo hacemos con el firme propósito de subrayar que han formado parte real de esta misión. Jesús envió a los discípulos de dos en dos, en comunión. Sin la aportación de la oración y el servicio de los hermanos de Moralzarzal nada habría sido igual.
Evangelizar no consiste en ser quien proclama la Palabra, sino en sentirse unido en Cristo Jesús a quien lo hace para que el mundo crea. Estar dispuesto a servir a quien sirve y proclama. Desear ardientemente que sea saciada la sed de Dios de los que escuchan. Y eso sólo puede hacerse con una actitud límpía de corazón, casi de niños, donde el único interés es que Jesucristo Resucitado brille en el corazón de los hombres.
Sirva ahora nuestra reflexión para todos: ¿Tenemos una actitud de comunión en nuestras actividades parroquiales, comunitarias, familiares....? ¿Deseamos realmente que toda persona que muestre al Señor pueda ser luz para el mundo? ¿No tenemos muchas veces miedo de quienes creemos más preparados que nosotros porque nos puedan eclipsar en la comunidad cristiana? ¿No será que la envidia, los celos y los resentimientos nos impiden orar para que los catequistas, los grupos parroquiales, los sacerdotes que conocemos puedan tener plenitud y regalar vida en abundancia a cuantos encuentren en su camino?
El padre Jaime Burke estuvo en Moralzarzal cuatro días, pero ellos han estado orando para que los frutos acompañaran la predicación y los retiros que se han realizado durante los últimos dos meses cada día. Además, desde el anonimato han prestado un servicio de presencia convirtiéndose en columna maestra de la visita del padre Jaime Burke O.P..
No contamos esto para alabar humanamente al padre Carlos García Malo y a las personas de Moralzarzal, que silenciosamente han intercedido por todas estas actividades espirituales. Lo hacemos con el firme propósito de subrayar que han formado parte real de esta misión. Jesús envió a los discípulos de dos en dos, en comunión. Sin la aportación de la oración y el servicio de los hermanos de Moralzarzal nada habría sido igual.
Evangelizar no consiste en ser quien proclama la Palabra, sino en sentirse unido en Cristo Jesús a quien lo hace para que el mundo crea. Estar dispuesto a servir a quien sirve y proclama. Desear ardientemente que sea saciada la sed de Dios de los que escuchan. Y eso sólo puede hacerse con una actitud límpía de corazón, casi de niños, donde el único interés es que Jesucristo Resucitado brille en el corazón de los hombres.
Sirva ahora nuestra reflexión para todos: ¿Tenemos una actitud de comunión en nuestras actividades parroquiales, comunitarias, familiares....? ¿Deseamos realmente que toda persona que muestre al Señor pueda ser luz para el mundo? ¿No tenemos muchas veces miedo de quienes creemos más preparados que nosotros porque nos puedan eclipsar en la comunidad cristiana? ¿No será que la envidia, los celos y los resentimientos nos impiden orar para que los catequistas, los grupos parroquiales, los sacerdotes que conocemos puedan tener plenitud y regalar vida en abundancia a cuantos encuentren en su camino?
-La humildad personal:
Queremos contribuir a que el Reino crezca en medio de nosotros, pero nuestra actitud no es de predisponernos a ser encendidos por la antorcha de la Palabra de Dios. El padre Jaime Burke lo explicaba en una entrevista al semanario Catalunya Cristiana el pasado 3 de abril:
"La actitud es muy importante para que la Palabra pueda tocarnos. Hay que ponerse delante de Dios con humildad y entonces Él puede obrar en nosotros. Es imprescindible compartir y vivir la Palabra en comunidad, con los hermanos y hermanas. Si abrimos la puerta Dios puede entrar. Es posible que nos dé miedo, pero estamos hechos para Dios. Él se nos quiere revelar. Yo quiero compartir lo que he experimentado en mi vida, hablar de quien es Dios, de cómo nos ama a cada uno. Antes de predicar estoy en oración, intento tener una relación profunda y constante con Dios: llenarme de Dios para poder transmitirlo!"
Para construir diariamente nuestra comunidad, servir a los hermanos y ser luz en el camino en comunión, para que crean que Cristo Vive Resucitado, sólo podemos obedecer el mandato de Jesús a sus apóstoles:
"Esperad a que se cumpla la promesa que mi Padre os hizo y de la cual yo os hablé. Es cierto que Juan bautizó con agua, pero dentro de pocos días vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo." (Hechos 1, 4-5)
Debemos pedir todos los días ser bautizados en el Espíritu Santo para poder ser enviados a la comunidad a llevar el amor del Padre y la luz de Cristo Resucitado. Dejemos en el silencio que crezca en nuestro corazón la Palabra de Dios y que se vaya haciendo vida y vida en abundancia para que podamos hacerla germinar en las personas que el Señor quiera poner ante nosotros para que les mostremos la misericordia y la voluntad del Padre Celestial.
Jaime Burke O.P. ha repetido en los últimos años un mensaje muy concreto en sus predicaciones: "Las personas que tienen tiempo para escuchar a Dios son una bendición para sus comunidades, la iglesia y el mundo. Veo que hay pocas personas que tienen un tiempo díario de silencio para escuchar lo que Dios quiere decirles e iluminarles. Quienes escuchan a Dios son transformados y hacen crecer a los demás como personas y espiritualmente. Dios quiere cambiar todas las cosas que nos dañan y hacer crecer su reino en medio de nosotros. Si hay personas que tengan tiempo de escucharle sólo 15 minutos diarios verán como la vida de la iglesia es renovada poderosamente. Yo lo he visto en muchos lugares donde hay personas que escuchan al Señor y noto los cambios y el crecimiento de un año a otro."