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jueves, 28 de julio de 2022

Enséñame Señor a amar a mi hermano en su adversidad / Por Arturo López


Camino Católico.-
  Arturo López Martos, laico casado y padre de dos hijos, miembro de la Comunidad Familia, Evangelio y Vida, profundiza en esta charla en lo único esencial para evangelizar: Amar a los demás como Dios los ama. ¿Por qué cuando tu hermano vive sumergido en la adversidad tiendes a no desear su presencia aunque ores por él? Evangelizar es mostrar a los demás el rostro de Cristo Jesús y el amor de Dios Padre. Para eso es imprescindible sostener al hermano con nuestra presencia en medio del sufrimiento.

Arturo López también participa de la reuniones de plegaria del grupo de oración Familia, Evangelio y Vida de la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Vilanova i la Geltrú, Barcelona, España, donde ha sido grabada en directo esta meditación, el 3 de mayo de 2010.

domingo, 15 de diciembre de 2019

Caminamos con la Virgen María para cumplir la Voluntad de Dios / Autores: Conchi Vaquero y Arturo Lópezi


Camino Católico.-  La Virgen María, la madre de Jesús el Señor, el Salvador, se levanta siempre con prontitud para acompañarnos cada vez que deseamos engendrar y hacer crecer la vida de su Hijo y la Voluntad de Dios en nuestro caminar cotidiano.   María se levantó con prontitud para visitar a su prima Isabel, embarazada como ella de Juan, un elegido de Dios para predicar el bautismo de conversión.Habitualmente hemos escuchado con pesar debates sobre la necesidad de ir por María a Jesús o hacerlo directamente. Estamos convencidos que estos planteamientos son absurdos. A Jesús se va «con» María pero no «por» María.

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viernes, 26 de octubre de 2018

Dios quiere que seas Santo. ¿Te dejas moldear por Él? / Autores: Conchi Vaquero y Arturo López

CaminoCatólico.com.- Estamos en la era del tener o el hacer cosas para creernos superiores a los demás o ser valorados por ellos: Hay una frase en boca de muchos: "Hay que hacer al menos un viaje al año para desconectar". Ahorramos o nos endeudamos para poder descansar. Nos gusta tener el mejor coche, vivienda, trabajo para autoconvencernos de que nos esforzamos en todo y que lo conseguido es mérito nuestro. Nos esforzamos en fingir y proyectar una buena imagen de familia feliz aunque este destruida. Muchas veces nos interrogamos cual es la voluntad de Dios para nuestra vida. La respuesta es clara: "Sed Santos". No necesitamos ser héroes para llegar a la santidad. Lo único que debemos hacer es gastar toda nuestra vida siguiendo al Señor. La práctica de las Palabras de Cristo aplicadas a cada acto cotidiano nos santificarán. 

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miércoles, 28 de diciembre de 2011

Busca el pesebre del Niño Jesús en cada persona / Por Conchi Vaquero y Arturo López

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Navidad es el milagro de amor de un Dios que es infinito y se hace niño indefenso.

La fotografía de la derecha es del belén de la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Vilanova i la Geltrú, Catalunya, España

28 de diciembre de 2011.-Hazte como un niño y podrás acoger el Reino de Dios que viene a entregarte Jesús, el Salvador, el Mesías. Dios está contigo desde siempre en la medida que le vas abriendo todo tu ser. Se acerca el día de celebrar el nacimiento del Verbo Encarnado que vive para siempre con nosotros. Cada día que pases percibiendo que el Señor vive en ti podrás cumplir la voluntad de dar su Amor a los otros. Ten la ilusión de un niño. Dios mismo se goza de la creación única que realizó en ti de tal manera que desea verte lleno de la luminosidad del Niño Jesús a cada instante. Dios se hizo niño para que tú te convirtieras en un bebé en manos de su Padre. Déjate cuidar por Dios. Él quiere que crezcas dentro de sus inmensas entrañas de misericordia. Leer más...

lunes, 19 de abril de 2010

Testigo del evangelio + persecución = Servidor de Cristo / Por Arturo López

Meditación en vídeo grabada en directo
19 de abril de 2010.- Arturo López Martos, laico casado y padre de dos hijos, miembro de la Comunidad Familia, Evangelio y Vida, profundiza en esta charla en la promesa de Jesús que si le servimos siendo testigos del evangelio seremos perseguidos por causa de su nombre como Él lo fue. ¿Qué actitud debemos tomar ante la persecución? En esta meditación se nos explican varios testimonios de persecución ordinarios reales y se nos invita a la humildad y a la total dependencia de Dios en todo cuanto hacemos, pensamos o decimos. Arturo López también participa de la reuniones de plegaria del grupo de oración Familia, Evangelio y Vida de la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Vilanova i la Geltrú, Barcelona, España, donde ha sido grabada en directo esta meditación, el 12 de abril de 2010. Leer más...

jueves, 31 de diciembre de 2009

Meditación-oración:
Que el egoismo se transforme en generosidad !!!! / Autores: Conchi Vaquero y Arturo López

31 de diciembre de 2009.-Francisco de Asís compuso el siguiente salmo, sirviéndose de citas bíblicas, para cantar y agradecer a Dios su presencia a nuestro lado y orarlo durante las fiestas de Navidad hasta la Epifanía:

"Aclamad a Dios, nuestra fuerza (Sal 80, 2),
Señor Dios vivo y verdadero, con gritos de júbilo;
porque el Señor es sublime y terrible, emperador de toda la tierra (Sal 46, 2-3).
Porque el Santísimo Padre del cielo, nuestro rey desde siempre (Sal 72, 13),
envió a su amado Hijo desde lo alto y nació de la bienaventurada Virgen Santa María.

Él me invocará: "Tú eres mi Padre"; y yo lo nombraré mi primogénito,
excelso entre los reyes de la tierra (Sal 88, 27-28) .
De día el Señor me hará misericordia,
de noche cantaré la alabanza del Dios de mi vida (Sal 41, 9).
Este es el día en que actuó el Señor;
sea nuestra alegría y nuestro gozo (Sal 117, 24).

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sábado, 26 de diciembre de 2009

Busca el pesebre del Niño Jesús en cada persona / Autores: Conchi Vaquero y Arturo López

Navidad es el milagro de amor de un Dios que es infinito y se hace niño indefenso.

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La fotografía de la derecha es del belén de la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Vilanova i la Geltrú, Catalunya, España _____________________
26 de diciembre de 2009.-
Hazte como un niño y podrás acoger el Reino de Dios que viene a entregarte Jesús, el Salvador, el Mesías. Dios está contigo desde siempre en la medida que le vas abriendo todo tu ser. Se acerca el día de celebrar el nacimiento del Verbo Encarnado que vive para siempre con nosotros. Cada día que pases percibiendo que el Señor vive en ti podrás cumplir la voluntad de dar su Amor a los otros. Ten la ilusión de un niño. Dios mismo se goza de la creación única que realizó en ti de tal manera que desea verte lleno de la luminosidad del Niño Jesús a cada instante. Dios se hizo niño para que tú te convirtieras en un bebé en manos de su Padre. Dejarte cuidar por Dios. Él quiere que crezcas dentro de sus inmensas entrañas de misericordia.
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domingo, 6 de diciembre de 2009

La Inmaculada Concepción nos enseña a entregar TODA nuestra vida a Dios / Autores: Conchi Vaquero y Arturo López

6 de diciembre de 2009.- La parroquia, a la que pertenecemos, nuestra comunidad, celebra estos días la fiesta de su patrona, la Inmaculada Concepción. Llenos de gozo, en comunión con toda la Iglesia, festejamos, en medio del Adviento, el poder fijar nuestra mirada en la Virgen María como modelo y ejemplo vivo del plan original de Dios para todos los seres humanos. María fue preservada desde el principio anticipadamente, por los méritos de la muerte de Cristo en la cruz, de la mancha de todo pecado incluido el original. Si Adán y Eva no hubiesen desobedecido a Dios, nuestra vida habría estado llena de gracia como la de la Madre de Dios. Leer más...

domingo, 8 de noviembre de 2009

Abandonar toda nuestra vida al Espíritu Santo, camino de santidad / Por Conchi Vaquero

Meditación en vídeo grabada en directo
8 de noviembre 2009.-Conchi Vaquero Callejas, laica casada y madre de dos hijos, miembro de la Comunidad Familia, Evangelio y Vida, nos habla con profundidad del camino ascendente de santidad por el que debemos transitar en nuestra vida cotidiana, abandonando todo cuanto pensamos, hacemos o decimos en manos del Espíritu Santo. Cada mañana debemos pedir al Espíritu Santo que posea todo nuestro ser y nos enseñe en la sabiduría del amor de Dios Padre capacitándonos para entregarle todo nuestro corazón. El abandono como forma de oración y de vida nos hará crecer espiritualmente y como personas. En esta meditación se nos invita a mirar dentro de nosotros mismos para que interioricemos sobre todo cuanto nos impide entregarnos totalmente al infinito amor de Dios. Conchi Vaquero pertenece también al grupo de oración Familia, Evangelio y Vida de la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Vilanova i la Geltrú, Barcelona, España, donde ha sido grabada en directo esta meditación. Ver vídeo...

jueves, 29 de octubre de 2009

Testimonio de Federico Cusi Padern, 93 años entregados a amar a los demás como Dios le ha amado / Autores: Conchi Vaquero y Arturo López

29 de octubre de 2009.-Ha sobrepasado los 93 años de vida. Es Federico Cusí Padern, vecino de nuestro barrio marítimo de Vilanova i la Geltrú, Barcelona, España, y fiel de la parroquia de la Inmaculada Concepción (en la fotografia de la izquierda). Hace más de un año lo entrevistamos por el interés de su testimonio cotidiano de vida y fidelidad al Señor. Durante la pasada madrugada ha fallecido sólo en su domicilio mientras dormia. Ayer miércoles lo vimos por última vez en la Eucaristía de la noche. Todo lo que Federico Cusí explica es una meditación sobre la vida y el mismo momento de la muerte. Aquí dejamos reflejado su testamento espiritual que es una invitación a vivir el evangelio.

Federico se definía como "católico, apostólico, romano y clerical. Creo que todo va unido. Es incoherente decir que creo en Dios pero no en la Iglesia ni en los curas. Hay muchos sacerdotes entregados totalmente al servicio de los demás con una vida austera, santa y centrada en quitar cargas pesadas de los corazones de la gente".

El testimonio de vida de Federico Cusí ha sido simple pero a la vez muy intenso y enriquecedor. En nueve décadas afrontó muchas dificultades pero aseguraba:"me han ayudado a darme cuenta de la verdadera fidelidad, la de Dios. Él me ha fortalecido en los peores momentos, en los cuales me he sentido acompañado y sostenido por su amor y misericordia".
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jueves, 8 de octubre de 2009

"¿No sabéis que sois santuario de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? / Por Arturo López y Conchi Vaquero

"¿No sabéis que sois santuario de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? Si alguno destruye el santuario de Dios, Dios le destruirá a él; porque el santuario de Dios es sagrado, y vosotros sois ese santuario" dice San Pablo en l Corintios, 3, 16-17. ¿Somos conscientes de que el Espíritu Santo de Dios habita en nuestro corazón? Muchas veces nos viene a la mente esta idea, pero en pocos instantes de nuestra vida actuamos como santuarios vivos de Dios, como presencias vivas de la Santísima Trinidad en el mundo. Un santuario es el Templo en que se venera la imagen o reliquia de un santo de especial devoción. En nuestro caso el único que puede santificarnos, Dios mismo. ¿Veneramos y adoramos la santidad de Dios en nosotros en cada acto y en cada situación? Lamentablemente no. Si lo hiciéramos el mal no tendría tanto poder en nosotros ni en los demás. Para venerar y adorar deberíamos pedir la gracia de orar permanentemente en nuestra vida cotidiana, deseando hacer aquello que Dios pusiera en nuestro corazón en cada momento. La madre Teresa de Calcuta decía que sólo era un lápiz en las manos del Señor. El lugar central del Templo es donde mora el Altísimo. En nuestro templo pocas veces Dios permanece en el centro del corazón y su lugar lo ocupan: Las heridas de convivencia familiar, laboral y social. Los planes de futuro para sobrevivir o prosperar. Las ansias de mantener siempre una buena imagen ante los demás, pese a estar destruidos, y decir en nuestro interior: "Que vida más inútil vivo". El consumismo nunca satisfecho. El deseo de nuevos placeres y emociones fruto del amor insatisfecho. En definitiva el vacío interior, el hastío, la soledad, la infelicidad..., porque Dios no ocupa el lugar central de mi templo y yo estoy roto. Portadores del mayor Tesoro ¡Qué gran contrariedad sentirnos vacíos y ser portadores del autor de la vida, del tesoro único. Precisamente el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define la palabra santuario como: "Tesoro de dinero o de objetos preciosos que se guarda en un lugar". Somos herederos de la plenitud, de la vida inmortal, del amor verdadero, y navegamos en la oscuridad del océano llevados por los vaivenes del mar, el azote del viento, la frialdad del agua, la oscuridad de la noche y abrasados por el sol a la intemperie y a la deriva sin brújula. Somos templos de un tesoro lleno y creador de vida y no de un ser inerte. Por eso estamos llamados a comunicarnos constantemente con Dios en nuestro interior para hacer crecer su vida en nosotros y para alimentarnos de su esencia llegando a ser como un bebé en el seno de la madre unidos por un cordón umbilical de la manera más natural y sencilla. Ese nexo de unión es la oración y la oración más íntima, más personal en la que la unión es máxima. Por eso Jesús seguramente deseó hacerse entender con la parábola de los talentos que encontramos en Mateo 25,14-30: El Reino de los Cielos es también como un hombre que, al salir de viaje, llamó a sus servidores y les confió sus bienes. A uno le dio cinco talentos, a otro dos, y uno solo a un tercero, a cada uno según su capacidad; y después partió. En seguida, el que había recibido cinco talentos, fue a negociar con ellos y ganó otros cinco. De la misma manera, el que recibió dos, ganó otros dos, pero el que recibió uno solo, hizo un pozo y enterró el dinero de su señor. Después de un largo tiempo, llegó el señor y arregló las cuentas con sus servidores. El que había recibido los cinco talentos se adelantó y le presentó otros cinco. "Señor, le dijo, me has confiado cinco talentos: aquí están los otros cinco que he ganado". "Está bien, servidor bueno y fiel, le dijo su señor, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor". Llegó luego el que había recibido dos talentos y le dijo: "Señor, me has confiado dos talentos: aquí están los otros dos que he ganado". "Está bien, servidor bueno y fiel, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor". Llegó luego el que había recibido un solo talento. "Señor, le dijo, sé que eres un hombre exigente: cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has esparcido. Por eso tuve miedo y fui a enterrar tu talento: ¡aquí tienes lo tuyo!". Pero el señor le respondió: "Servidor malo y perezoso, si sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido, tendrías que haber colocado el dinero en el banco, y así, a mi regreso, lo hubiera recuperado con intereses. Quítenle el talento para dárselo al que tiene diez, porque a quien tiene, se le dará y tendrá de más, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene. Echen afuera, a las tinieblas, a este servidor inútil; allí habrá llanto y rechinar de dientes".
Los talentos son los dones únicos que Dios nos ha dado como personas irrepetibles. Sólo si los ponemos a trabajar a la luz del Espíritu Santo que nos habita darán fruto en nosotros y en los demás. El gran tesoro que es Dios se ha hecho presente en nuestros corazones entregándonos todo su amor. Poner a trabajar los talentos es entregar la vida única que Dios nos ha dado a los demás. Esto es extender el Reino de Dios a nuestro alrededor y hasta los confines de la Tierra, porque en la medida que se multiplican nuestros talentos ayudamos a que otros hermanos activen los suyos, como un efecto dominó. Dilapidamos los talentos Demasiadas veces cuando uno tiene salud, estabilidad económica y sentimental, desea disfrutar de momentos placenteros vacíos. Dilapida la salud comiendo lo innecesario, bebiendo, tomando alcohol, no durmiendo lo suficiente. Dios desea que usemos nuestra salud para servir a quienes no la tienen, desgastándonos dando amor a aquellos que se sienten sólos y que dejemos de dormir para compartir las últimas horas con un moribundo o un enfermo terminal. En definitiva que nuestra salud sea realmente un sacrificio de alabanza de Dios que vive en nosotros, no un mero desgaste inútil. Con los bienes económicos sucede igual: Dios quiere que acumulemos riquezas para repartirlas, para dar trabajo a los que no tienen, para mejorar la vida de los más desfavorecidos. Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo nos lo han regalado todo.
¿Qué méritos creemos tener para acumular riquezas y participar de la lista de los más poderosos? El problema actualmente es que las empresas compiten por ser las que más beneficios y más cuota de mercado tienen aunque estemos sumergidos en una crisis económica mundial. Todas publican que ganan mucho, aunque sea menos que el años anterior. Sin embargo, detrás de esas estadísticas hay los números ocultos: ¿De donde salen esos beneficios? ¿Se han despedido trabajadores? ¿Se paga menos a los proveedores? ¿Se cobra más al consumidor en comisiones o en el producto?. Las estadísticas que Dios desearía son que se publicará un gran número de trabajadores a quienes se les ha subido el sueldo, pese a que la empresa lo hace a cambio de no ganar tanto. O que se contratan trabajadores pese a renunciar a ganancias o que no se despiden empleados. En nuestra vida personal acostumbramos a hacer a los demás lo que nos hacen. En lugar de fijar los ojos en el interior de nuestro corazón y concienciarnos de la obra que Dios realiza cada instante que respiramos, miramos a nuestro alrededor y queremos imitar el egocentrismo envolvente que nos asedia. Así deseamos tener un sueldo, una casa y un coche superior, aunque tenga como consecuencia que el vecino no prospere o se quede sin trabajo. Queremos hacernos dios siendo portadores del verdadero Dios y es cuando elegimos dilapidar nuestros talentos. Todo esto lo aplicamos de forma automática a las relaciones humanas y sentimentales. No nos gusta que nos utilicen, y siempre tenemos razón cuando dejamos nosotros una relación. Cuando es la otra persona la que nos abandona nos sentimos profundamente heridos y traicionados. Dios quiere que nos relacionemos sabiendo que Él habita en nuestro corazón y en el de la persona que tenemos ante nosotros. Cada uno somos un Templo, un lugar sagrado y cuando nos dañamos nosotros mismos o a los demás estamos lastimando al mismo Jesús que dijo: ""Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo". (Mateo 25, 40). Debemos expulsar de nuestro corazón, de nuestro templo, todos los vendedores de sueños imposibles que nos invaden, para poder encontrar la paz para comunicar con Dios que desea hacernos crecer en su amor, entregándole nuestra vida. A cambio el nos ha prometido mucha más vida, Vida en abundancia. Sólo si mandamos callar a las voces de los vendedores que nos confunden, apreciaremos la magnitud de nuestro templo y con Santa Teresa de Ávila podremos decir: "Sólo Dios basta" . Jesús expulsó a los vendores del templo con un látigo. Nuestro látigo debe ser el que nos legó Cristo, la oración. Oremos ahora con estos dos textos de San Agustín interioriorizando cada palabra;
Ven a mí, Espíritu Santo,
Espíritu de sabiduría:
dame mirada y oído interior
para que no me apegue a las cosas materiales, sino que busque siempre las realidades del Espíritu.
Ven a mí, Espíritu Santo,
Espíritu de amor:
haz que mi corazón
siempre sea capaz de más caridad.
Ven a mí, Espíritu Santo,
Espíritu de verdad:
concédeme llegar al conocimiento de la verdad
en toda su plenitud.
Ven a mí, Espíritu Santo,
agua viva que lanza a la vida eterna:
concédeme la gracia de llegar
a contemplar el rostro del Padre en la vida
y en la alegría sin fin.
Amén.
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Respira en mi
Oh Espíritu Santo
Para que mis pensamientos
Puedan ser todos santos.
Actúa en mí
Oh Espíritu Santo
Para que mi trabajo, también
Pueda ser santo.
Atrae mi corazón
Oh Espíritu Santo
Para que sólo ame
Lo que es santo. Fortaléceme
Oh Espíritu Santo
Para que defienda
Todo lo que es Santo. Guárdame pues
Oh Espíritu Santo
Para que yo siempre
Pueda ser santo.
--------------------------------------------
Y ahora pidamos con confianza:
Señor concédeme: -La serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar
-El valor para cambiar aquellas que puedo
-Y la sabiduría para conocer la diferencia. Oh Espíritu Santo, amor del Padre y del Hijo, inspírame siempre: - lo que debo pensar,
- lo que debo decir,
- como debo decirlo,
- lo que debo callar,
- lo que debo escribir,
- como debo de obrar. Para procurar vuestra Gloria, el bien de las almas y mi propia santificación. Espíritu Santo ilumina mi entendimiento y fortifica mi voluntad. Señor dame el balance divino en mi vida. Gloria a ti Señor.
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Si lo deseas puedes ahora terminar orando con la canción-oración del cantautor Martín Valverde "Ven Espíritu Santo":

miércoles, 7 de octubre de 2009

"Tú eres mi Hijo muy querido" / Autores: Conchi Vaquero y Arturo López

Y una voz desde el cielo dijo: "Tú eres mi Hijo muy querido, en ti tengo puesta toda mi predilección". (Marcos 1, 11)

Palabras dirigidas por Dios Padre a Jesús cuando fue bautizado por Juan. Con este versículo intentamos explicar, cada mes en la parroquia, a los padres que van a bautizar a sus hijos, la trascendencia y responsabilidad personal e intransferible de la relación de cada uno con Dios. Si el padre y la madre no mantienen una vida de escucha personal del Señor diaria, difícilmente podrán educar a sus hijos como cristianos. Leer más...

miércoles, 9 de septiembre de 2009

La relación de nuestros hijos con Dios. La familia en manos del verdadero Padre. / Autores: Conchi Vaquero y Arturo López

9 de septiembre de 2009.-No hacemos nada extraordinario para educarlos en la fe, sólo compartir nuestra vida espiritual con ellos de forma natural, poniendo al Señor en el centro de nuestra familia. Artur i Rut, como dos hermanos de edades muy próximas, tienen celos el uno del otro, cada uno viviéndolo de una forma diferente. Ellos saben que cada uno es amado como ser único e irrepetible por nosotros.... Leer.más...

jueves, 30 de julio de 2009

"Cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo" / Autores: Conchi Vaquero y Arturo López

"Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: "Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver". (Mateo 25, 34-36).

Estamos llamados a Amar sin condiciones hasta el extremo: Jesús cuando habla del juicio final nos advierte seriamente que sólo se tendrán en cuenta nuestros actos de Amor. También subraya algo importantísimo: en cada ser humano, sea creyente o no, hay un lugar, una morada en el corazón sólo reservada para ser estancia de Dios. Por eso Jesús dice que cuando visitamos a un enfermo o a un preso estuvimos con Él: "Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo". (Mateo 25, 40).

Para Amar como Dios nos ama, debemos ser coherentes. Si vamos a las prisiones a visitar a un preso, o a un hospital a ver a un enfermo, la única verdadera esperanza que podemos aportarle es el agua viva que el Señor nos dé para él en aquel momento. Debemos señalar a Dios como fuente de todo bien. En eso consiste evangelizar. Testimoniar que estamos allí porqué Dios nos ha hecho experimentar su Amor y que sólo podemos atenderle en su nombre. Leer más...

sábado, 4 de julio de 2009

"No tengáis miedo" / Autores: Conchi Vaquero y Arturo López
Jesús repitió muchas veces estas palabras: "No tengan miedo". Las reiteraciones de Cristo en esta afirmación nos dan un claro discernimiento: El miedo jamás proviene de Dios. Debemos interiorizar y hacer vida en nuestro corazón estas tres palabras del Hijo de Dios: "No tengáis miedo".

Humanamente lo opuesto al miedo sería la valentía. No obstante, cuando Jesús dice "no tengáis miedo" nos revela la razón principal para no permitir que se apodere de nuestro corazón: "Yo he vencido al mundo". El miedo sólo irá disminuyendo en nosotros cuando la presencia de Cristo vaya tomando posesión de todas las áreas de nuestra vida y de nuestro corazón como autentico Señor.

La Paz de Cristo reposará en nosotros cuando vivamos deseando ardientemente como Juan el Bautista que Él crezca y nuestro ego disminuya. A más miedos menos fundamentada tenemos nuestra vida en Aquél que tiene poder para dar y quitar la vida que perdura para siempre.

En realidad hay miedos de los cuales tenemos constancia y conciencia. Otros miedos dominan nuestro subconsciente y no somos capaces de reconocer que se han asentado en nosotros. Estos que no aceptamos como tales nos hacen actuar en todas las áreas de nuestra vida defendiéndonos y no dando Amor como es la Voluntad de Dios.

Todos los miedos son consecuencia de las decenas de heridas emocionales, espirituales y vitales que hemos recibido desde el momento de nuestra gestación. Sólo Dios puede restaurar esas heridas si acudimos a Él con humildad, tal y como estamos, pidiéndole que las llagas de nuestro corazón sean convertidas en heridas luminosas de Resurrección por el poder de la Cruz de Jesús.

Tenemos miedo a hacer el ridículo, a perder el trabajo, a quedarnos sólos sin nuestros seres queridos, al silencio, a la oscuridad, a ser rechazados, a fracasar en nuestras relaciones humanas y sociales, a enfermar...y a morir. Inmediatamente todos reconocemos que eso nos sucede a todos, creyentes y laicistas, pero nos apresuramos a autojustificarnos interior y exteriormente con la frase:
"Claro que nos pasa a todos. Es humano".

Confundimos nuestro concepto de humanidad (imperfección) con aquél con que Dios Padre creó el mundo. La voluntad de Dios era desde el principio que la humanidad durara eternamente sin el tránsito de la muerte. Fuimos creados a imagen y semejanza de Dios: creados esencial y únicamente para Amar. El pecado introdujo el mal, la enfermadad y la muerte. El Padre del Cielo nos amó tanto que entregó a su Hijo Jesucristo por nuestra salvación. De esta manera instauraba la humanidad que Él había pensado si nos acogemos al seguimiento de Cristo: "Sed Santos como Yo soy Santo". "Sed perfectos como mi Padre es perfecto".

Todos los miedos provienen del miedo a morirnos que habita en nosotros. Si Cristo no es el Señor de nuestra vida y hay áreas que deseamos controlar nosotros mismos estamos mostrando la debilidad vital del miedo a la muerte que nos acompaña, porque en realidad sólo depositamos una parte de nuestro corazón en las manos de Dios. Deseamos vivir según nos place y no siguiendo la voluntad del Padre Celestial.

En la 1ª de Juan 4, 8-19 leemos:
"Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene; en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados. Queridos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros. A Dios nadie le ha visto nunca.Si nos amamos unos a otros,Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud. En esto conocemos que permanecemos en Él y Él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu. Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo, como Salvador del mundo. Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios,Dios permanece en él y él en Dios. Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene, y hemos creído en Él.Dios es Amor y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él. En esto ha llegado el amor a su plenitud con nosotros: en que tengamos confianza en el día del Juicio, pues como Él es, así somos nosotros en este mundo. No hay temor en el amor; sino que el amor perfecto expulsa el temor, porque el temor mira el castigo; quien teme no ha llegado a la plenitud en el amor.Nosotros amemos, porque él nos amó primero".

Cuando no hacemos la voluntad de Dios, nuestra codicia y egoísmo hacen penetrar el miedo en la herida humanidad que vivimos, nos dañamos profundamente nosotros y a aquellos con quienes nos relacionamos. El miedo se expande socialmente como una mancha de aceite fruto del pecado, nos paraliza, mina nuestra fe y nos deja como ovejas sin Pastor. Jesús es el Buen Pastor y no quiere que tengamos miedo. En la carta a los Hebreos 13, 5-6 se nos exhorta: "Sea vuestra conducta sin avaricia; contentos con lo que tenéis, pues él ha dicho: No te dejaré ni te abandonaré; de modo que podamos decir confiados: El Señor es mi ayuda; no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre?".

Conocemos decenas de personas que para defender su lugar de trabajo han hablado mal de los compañeros ante el jefe, han hecho trabajos gratuitos y han querido ganarse la confianza de la empresa dañando a los demás por sí en alguna ocasión se debía despedir a alguien no fueran ellas las perjudicadas. Todos los que actúan así tienen miedo porque su autoestima está destruida y creen que los demás harán con ellos lo mismo. Este daño es múltiple: espiritual, emocional y síquico. Sólo Dios puede hacernos comprender que todos merecemos un trabajo por nuestra dignidad de Hijos de Dios. Nadie tiene un trabajo por sus propios méritos, aunque muchas veces lo pensamos. ¿Por qué millones de personas no pueden trabajar y subsitir y viven esclavizados en el mundo?. Por el egoísmo social del hombre. Dios es totalmente contrario a eso y nos pide que testimoniemos en su nombre en situaciones como esta.

Hemos orado varias veces por un hombre que mantiene una profunda relación con Dios y que desea seguir al Señor cada día. Él a visto la Gloria de Dios en su vida y en la de muchas personas. El Señor lo ha hecho crecer en su Amor, pero las heridas de relación con su padre en la infancia le asentaron una gran inseguridad en si mismo. Su padre ya murió hace años. Él actúa siguiendo al Señor como si su padre le estuviera observando y debiera agradarle a él y no a Dios. Eso es inconsciente, pero cada pasó que Dios le pide que dé se ve atormentando por las dudas. Quisiera que antes de caminar sobre las aguas como Pedro, Dios le extendiera un certificado de idoneidad donde constará que si da el paso todo saldrá bien y su prestigio social y su autoestima no serán dañadas. Con el tiempo Cristo Resucitado ha fortalecido y curado heridas que le hacen menos vulnerable.

También hemos orado por una mujer que tiene una gran fe, pero que por las relaciones con personas del entorno y de su familia la han marcado profundamente. Tiene miedo a la oscuridad, a oír hablar del diablo, a que a sus familiares les pasé algo grave cuando van a cualquier lugar tanto en coche, en transporte público como a pie. Tiene miedo a que sus familiares enfermen. Ella ha sufrido a su alrededor con hermanos que la han rechazado, familiares alcohólicos, ha pasado por malos tratos síquicos...Pero debemos subrayar que es una persona generosa y llena del Amor de Dios, como la viuda del Evangelio que dio en el templo todo lo que tenía. No tenemos ninguna duda que Dios está obrando en ella cada instante en cada herida de su vida para que la Paz se vaya apoderando de todo su ser. Su combate siempre es:
"Dios ha hecho maravillas en mi vida pero tengo miedo que Él no me responda en situaciones difíciles".

Debemos interiorizar las palabras de la carta a los Romanos, 8, 35-39: "¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿los peligros?, ¿la espada?, como dice la Escritura: Por tu causa somos muertos todo el día; tratados como ovejas destinadas al matadero. Pero en todo esto salimos vencedores gracias a aquel que nos amó. Pues estoy seguro de que ni la muerte ni la vida ni los ángeles ni los principados ni lo presente ni lo futuro ni las potestades ni la altura ni la profundidad ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro".

Oremos con el Salmo 91:

Tú que vives al amparo del Altísimo
y resides a la sombra del Todopoderoso,
di al Señor: "Mi refugio y mi baluarte,
mi Dios, en quien confío".

Él te librará de la red del cazador
y de la peste perniciosa;
te cubrirá con sus plumas,
y hallarás un refugio bajo sus alas.

No temerás los terrores de la noche,
ni la flecha que vuela de día,

ni la peste que acecha en las tinieblas,
ni la plaga que devasta a pleno sol.

Aunque caigan mil a tu izquierda
y diez mil a tu derecha,
tú no serás alcanzado:
su brazo es escudo y coraza.

Con sólo dirigir una mirada,
verás el castigo de los malos,
porque hiciste del Señor tu refugio
y pusiste como defensa al Altísimo.

No te alcanzará ningún mal,
ninguna plaga se acercará a tu carpa,
porque él te encomendó a sus ángeles
para que te cuiden en todos tus caminos.

Ellos te llevarán en sus manos
para que no tropieces contra ninguna piedra;
caminarás sobre leones y víboras,
pisotearás cachorros de león y serpientes.

"Él se entregó a mí,
por eso, yo lo libraré;
lo protegeré, porque conoce mi Nombre;
me invocará, y yo le responderé.
Estaré con él en el peligro,
lo defenderé y lo glorificaré;
le haré gozar de una larga vida
y le haré ver mi salvación".

martes, 23 de junio de 2009

Ser feliz conlleva estar en paz con Dios, contigo mismo y con los demás / Autores: Conchi Vaquero y Arturo López
Esperar en el Señor en toda situación y acontecimiento de nuestra vida es engendrar al Hijo de Dios en el corazón. Conservar la esperanza y hacerla crecer cuando las dificultades y la contrariedades salen a nuestro encuentro es a veces muy cansado y erosionante.

El sufrimiento y el dolor pueden desalentarnos, deprimirnos y hacernos vivir en una oscuridad que nos desoriente y nos haga caminar como ovejas sin pastor. Es una sensación de vacío, en la cual no comprendemos porque vivimos esta experiencia si hemos querido ser fieles al Señor.


Dejarnos llevar al desierto

Nos sentimos abandonados y desolados. Es como si hubiéramos sido ubicados de repente en medio de un desierto sin caminos, sin nada para subsistir y nadie a quien acudir. El desierto es el lugar de la conversión, de hacer frente al mal, de llenarse de Dios para abrir caminos que lleven la Buena Noticia del Reino.

Juan el Bautista se va al desierto ha hacer una vida austera. Es allí donde empieza a anunciar que hay que arrepentirse de los pecados. Lo hace encontrando a Dios en el silencio y la soledad. Jesús es conducido por el Espíritu Santo al desierto, para ser tentado por el Diablo que utiliza fragmentos de la Palabra de Dios. Nosotros también somos llevados a desierto por el Señor para hacernos crecer en conversión y fidelidad a Él.

Cada día debemos mantener relaciones familiares, laborales y sociales. Antes de empezar la jornada es necesario dejarnos llevar al desierto por el Señor pidiendo desde el fondo del corazón la conversión de los pecados y las faltas del día anterior y de toda la vida. En la medida que tomemos consciencia que nuestras acciones y actitudes son desiertos sin caminos si no son iluminados por Dios podremos crecer en gracia, sabiduría, misericordia y santidad.

La conversión de los pecados durará toda la vida pero seremos llenados por la gracia de Dios proporcionalmente al arrepentimiento real, al perdón y a la necesidad vital que tengamos de la Santísima Trinidad. Sólo levantarnos debemos declararnos pobres de espíritu y débiles, mirando en nuestro interior, pero muy sedientos de la presencia y la luz del Altísimo.

La historia de la aguja y el alfiler

A veces somos purificados y probados por el Señor para consolidar en nuestro corazón su voluntad. El sufrimiento y el dolor son reacciones humanas a las dificultades y al mal, pero no son el MAL. Dios no quiere que seamos afectados por el mal y cuando nos alcanza, por nuestros actos y pecados o por los de los demás, el Padre del Cielo desea rescatarnos haciendo concurrir todo para nuestro bien. Dios es el único que ha vencido el mal con el nacimiento de Cristo, su muerte y su resurrección. De nuestros actos de muerte el Señor sólo anhela darnos nueva vida. En ocasiones debemos sentirnos débiles para acogernos al crecimiento que Dios quiere regalarnos. Nos pasa como a la aguja y al alfiler de la siguiente historia:

Un alfiler y una aguja encontrándose en una cesta de labores y no teniendo nada qué hacer, empezaron a reñir, entablándose la siguiente disputa:

¿De qué utilidad eres tú? Dijo el alfiler a la aguja; y ¿cómo piensas pasar la vida sin cabeza?

-Y a ti respondió la aguja con tono agudo, ¿de qué te sirve la cabeza si no tienes ojo?



-¿Y de qué te sirve un ojo si siempre tienes algo en él?

-Pues yo, con algo en mi ojo puedo hacer mucho más que tú.

-Sí; pero tu vida será muy corta pues depende de tu hilo.

Mientras hablaban así el alfiler y la aguja, entró una niña deseando coser. Tomó la aguja y echó mano a la obra por algunos momentos; pero tuvo la mala suerte de que se rompiera el ojo de la aguja. Después cogió el alfiler, y atándole el hilo a la cabeza procuró acabar su labor; pero tal fue la fuerza empleada que le arrancó la cabeza y disgustada lo echo con la aguja en la cesta y se fue.

Aquí estamos de nuevo se dijeron, parece que el infortunio nos ha hecho comprender nuestra pequeñez; no tenemos ya motivo para reñir. ¡Cómo nos asemejamos a los seres humanos que disputan acerca de sus dones y aptitudes hasta que los pierden, y luego… echados en el polvo, como nosotros, descubren que son hermanos!


El pecado: pozo, cueva y oscuridad

La cesta de la aguja y el alfiler equivalen a los pozos, cuevas y oscuridades en los que nos vemos hundidos como consecuencia del pecado y de todo lo que hacemos sin contar con la gracia de Dios. A diferencia de la Aguja y del Alfiler, que son dejados en la cesta, nosotros tenemos la posibilidad de ser rescatados por el Señor. Sólo necesitamos arrepentirnos y reconocer que sin el Altísimo nada podemos. En Flp 4, 13 se confirma: "Todo lo puedo en Aquel que me conforta". Pablo en 2 Cor 4, 7 nos define como caminamos en medio del espíritu del mundo peregrinando hacia el corazón de Dios: "Pero llevamos este tesoro en recipientes de barro para que aparezca que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no de nosotros."

El profeta Isaias nos habla de acogernos a la Salvación de Cristo en Is. 55, 6-11:

"¡Busquen al Señor mientras se deja encontrar,
llámenlo mientras está cerca!

Que el malvado abandone su camino
y el hombre perverso, sus pensamientos;
que vuelva al Señor, y Él le tendrá compasión,
a nuestro Dios, que es generoso en perdonar.

Porque los pensamientos de ustedes no son los míos,
ni los caminos de ustedes son mis caminos
–oráculo del Señor–.

Como el cielo se alza por encima de la tierra,
así sobrepasan mis caminos y mis pensamientos
a los caminos y a los pensamientos de ustedes.

Así como la lluvia y la nieve descienden del cielo
y no vuelven a él sin haber empapado la tierra,
sin haberla fecundado y hecho germinar,
para que dé la semilla al sembrador
y el pan al que come,
así sucede con la palabra que sale de mi boca:
ella no vuelve a mí estéril,
sino que realiza todo lo que yo quiero
y cumple la misión que yo le encomendé."


La esperanza y la escucha son actitudes activas



Cada instante que respiramos tenemos que dejar a Dios que nos guíe por sus caminos. Preguntemos al Señor con asiduidad manifiesta: ¿qué quieres que haga ante este suceso, dificultad o persona?. Para abrir caminos y allanar las sendas hacia la vida perdurable produciendo frutos que permanezcan, hay que tener la humildad de decir siempre: "habla Señor que tu siervo escucha".

La esperanza y la escucha son dos actitudes de fe cristiana activas y no pasivas. La esperanza es creer que Dios es fiel, nos ama profundamente como hijos suyos y seres únicos irrepetibles. Esperamos vivir en la presencia de Dios, rescatados del pecado por la muerte de Cristo. Esa salvación ya ha sido realizada. Si creemos que Dios nos creó de la nada para vivir eternamente y que Cristo murió y resucitó no podemos sentirnos abandonados por quien entregó a su Hijo por el perdón de nuestros pecados. La esperanza es acogernos a la salvación de Jesucristo renunciando al pecado y a la muerte. Como explicó el ángel a José y se narra en Mt. 1, 21: " Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados".

Acogernos a la gracia de Dios para renunciar al pecado

Instaurar el Reino, acoger al Mesías, a Emmanuel, a Dios con nosotros, supone renunciar a todo pecado. Tomar conciencia de nuestras debilidades no consiste en sentirnos acusados por Dios. Todo lo contrario, supone acogernos a su gracia para que nos libre de todo pecado como se afirma en 1ª Jn. 1,7-9: "Pero si caminamos en la luz, como él mismo está en la luz, estamos en comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo pecado. Si decimos: "No tenemos pecado", nos engañamos y la verdad no está en nosotros. Si reconocemos nuestros pecados, fiel y justo es él para perdonarnos los pecados y purificarnos de toda injusticia."

El camino real lo señala el Bautista cuando en Jn. 1,29 proclama:

"Al día siguiente ve a Jesús venir hacia él y dice: "He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo."

En la carta a los Romanos S. Pablo se refiere al pecado:

* "todos pecaron y están privados de la gloria de Dios y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redención realizada en Cristo Jesús, a quien exhibió Dios como instrumento de propiciación por su propia sangre, mediante la fe, para mostrar su justicia, habiendo pasado por alto los pecados cometidos anteriormente, en el tiempo de la paciencia de Dios; en orden a mostrar su justicia en el tiempo presente, para ser él justo y justificador del que cree en Jesús." (Rom. 3,23-26)

* "En efecto, si por el delito de uno solo reinó la muerte por un solo hombre ¡con cuánta más razón los que reciben en abundancia la gracia y el don de la justicia, reinarán en la vida por un solo, por Jesucristo!" (Rom. 5,17)

* "¿Qué diremos, pues? ¿Que debemos permanecer en el pecado para que la gracia se multiplique? ¡De ningún modo! Los que hemos muerto al pecado ¿cómo seguir viviendo en él? " (Rom. 6,1-2)

* "Pues el salario del pecado es la muerte; pero el don gratuito de Dios, la vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro." (Rom. 6,23)

En 1 Pe. 2, 20-25 se muestra como andar detrás del Mesías:

"¿Pues qué gloria hay en soportar los golpes cuando habéis faltado? Pero si obrando el bien soportáis el sufrimiento, esto es cosa bella ante Dios. Pues para esto habéis sido llamados, ya que también Cristo sufrió por vosotros, dejándoos ejemplo para que sigáis sus huellas. El que no cometió pecado, y en cuya boca no se halló engaño; el que, al ser insultado, no respondía con insultos; al padecer, no amenazaba, sino que se ponía en manos de Aquel que juzga con justicia; el mismo que, sobre el madero, llevó nuestros pecados en su cuerpo, a fin de que, muertos a nuestros pecados, viviéramos para la justicia; con cuyas heridas habéis sido curados. Erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al pastor y guardián de vuestras almas."

El perdón y la reconciliación con Dios

El hombre viejo debe dejar paso al hombre nuevo. Sí cambia nuestro corazón también tendremos otras maneras de actuar. Pablo lo explica en Ef. 4, 25-32:

"Por tanto, desechando la mentira, hablad con verdad cada cual con su prójimo, pues somos miembros los unos de los otros. Si os airáis, no pequéis; no se ponga el sol mientras estéis airados, ni deis ocasión al Diablo. El que robaba, que ya no robe, sino que trabaje con sus manos, haciendo algo útil para que pueda hacer partícipe al que se halle en necesidad. No salga de vuestra boca palabra dañosa, sino la que sea conveniente para edificar según la necesidad y hacer el bien a los que os escuchen. No entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, con el que fuisteis sellados para el día de la redención. Toda acritud, ira, cólera, gritos, maledicencia y cualquier clase de maldad, desaparezca de entre vosotros. Sed más bien buenos entre vosotros, entrañables, perdonándoos mutuamente como os perdonó Dios en Cristo."

El sacramento de la reconciliación debe ser una práctica de esperanza y salvación en nuestra vida, no un sacrificio. Cuando recibimos la gracia de Dios, el perdón de los pecados, estamos cumpliendo su voluntad. Él está contra el pecado y el mal pero no puede de ninguna manera rechazar y querer humillar a sus hijos amados. Dios abomina el pecado y el mal, pero siempre quiere rescatar, a quienes pecamos, de toda consecuencia negativa que hayamos podido sufrir al cometer nuestras faltas. S. Pablo lo escribe en su carta 2ª Co. 5, 18-21:

"Y todo proviene de Dios, que nos reconcilió consigo por Cristo y nos confió el ministerio de la reconciliación. Porque en Cristo estaba Dios reconciliando al mundo consigo, no tomando en cuenta las transgresiones de los hombres, sino poniendo en nosotros la palabra de la reconciliación. Somos, pues, embajadores de Cristo, como si Dios exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os suplicamos: ¡reconciliaos con Dios! A quien no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que viniésemos a ser justicia de Dios en él."

Discernir los pecados propios

La esperanza se alimenta con la escucha de la Palabra de Dios para poder hacerla vida y cerrar las cicatrices emocionales y espirituales provocadas por el pecado. La interiorización de la Palabra de Dios y de nuestras debilidades poniéndolas una frente a las otras, hará que nuestras heridas de muerte se conviertan por la sangre de Jesucristo en llagas luminosas de amor como las del Señor resucitado. Esas heridas cicatrizadas deben servir para curar, imitando al samaritano. Nuestras llagas han de mostrar el rostro de Cristo a quienes están tirados al borde del camino, para que los habilite y le puedan seguir.

El problema que tenemos en nuestro crecimiento espiritual es discernir a veces los pecados propios. Nos es muy fácil detectar la brizna en el ojo ajeno y no ver la viga en el nuestro. Pidamos continuamente al Espíritu Santo que nos haga presentes nuestros pecados ocultos, aquellos que justificamos como actos hechos con buena intención. Todos cometemos pecados de falta de amor, fe, esperanza, orgullo, egoísmo, vanidad, pereza, soberbia, juicios y críticas, ira y mal genio, mentiras, palabrotas, resentimientos, gula, impaciencia...

Juzgamos a los demás sin interiorizar la mirada que Jesús tuvo con la adúltera. Muchas veces incluso somos muy rápidos y nos creemos con méritos para lanzar piedras contra el hermano pecador creyéndonos superiores. También protagonizamos pecados ocultos de omisión. Estamos convencidos que cuando una persona tiene un problema en la vida seguramente se lo habrá buscado. En lugar de ofrecerle la mano de Cristo amorosa que habita en nuestro corazón nos desentendemos totalmente.

Abre la cortina de tu corazón

"¿Dónde está Dios?" nos preguntamos muy a menudo. Aquí mismo. Dios está dentro de tu corazón, a tu lado. La única razón por la cual puedes no estar experimentando todo el poder de la Luz de Dios es porque se encuentra escondida detrás de una cortina. El ser ruin, odioso, interesado, egoísta... es una cortina. Afortunadamente, cada vez que actúas de acuerdo con la voluntad de Dios, de una forma tolerante, considerada, sin egoísmo, la cortina se corre. Mantén en mente que la Luz de Dios nunca cambia. Permanece constante. Tienes el libre albedrío de eliminar la cortina que envuelve tu corazón y atraer más Luz de Dios a tu mundo, o mantener cerrada la cortina y aumentar la oscuridad.

Hoy, revela toda la intensidad de la luminosidad del Señor. Haz algo por alguien sin ninguna razón. Sirve a otros antes de servirte a ti mismo. Tómate a ti mismo un poco menos en serio y un poco más a los demás.

Dios no toma en cuenta las veces que caemos, sino las que nos levantamos. Su amor arropa el dolor de su pueblo. El escucha nuestra oración, nos sana y nos guía al camino correcto.

El fin no justifica los medios


Nuestra vida cotidiana, llena de ocupaciones, nos hace vivir a un ritmo frenético aun en la rutina. Creemos en Dios y queremos dejarnos guiar por su Palabra, pero nuestro egoísmo nos lleva a faltar continuamente, sin ser conscientes, contra el primer mandamiento: "Amarás al Señor tu Dios sobre todas las cosas". Muchas veces no tenemos en cuenta al Señor asumiendo pragmáticamente que la paz consiste en solucionar problemas de la forma más ágil posible. Todos nuestros actos tienen consecuencias y si los realizamos sin orar y con la ausencia de la mirada de Dios conseguimos "hacer el mal que no quiero y dejar de hacer el bien que deseaba" como explicaba S. Pablo a las primeras comunidades cristianas.

La Virgen María en la Anunciación nos enseña con su actitud que el fin no justifica los medios. Al recibir el anuncio del ángel ella no responde de inmediato. Como persona de fe de su tiempo pregunta: "¿cómo será esto?". Sólo al recibir la respuesta de parte de Dios da su "SI". Si hubiera discernido que la forma en que debía cumplirse lo anunciado contradecía la Palabra de Dios y sus mandamientos no habría aceptado.

Aprende a besar con la mirada de Dios

El camino adecuado lo podremos abrir a los demás en su desierto particular si dejamos primero al Señor que nos alimente de su Palabra de Vida en nuestra soledad. Entonces iremos aprendiendo a besar nuestra alma y la de nuestros semejantes con la mirada de Dios:

El alma se nutre de la Palabra de Dios, como el cuerpo de la comida. El alma necesita ser alimentada la fortaleza del Amor para cumplir la misión para la cual hemos sido creados: Amar. Besar el alma es saber tener paciencia, comprensión, y nunca juzgar a nadie, simplemente aceptar Las personas como son ...Sólo Dios puede enseñarnos.

Besar el alma es abrazarse cuando hay soledad, cuando se está triste ... Sin decir nada, solo sostenerse con ese abrazo de apoyo. Dios está siempre con nosotros y nos enseña como acompañar.

Besar el alma, es sentarse juntos cuando no hay necesidad de hablar, cuando solo hace falta el silencio , el no hacer preguntas ....Dios habla en el silencio del desierto: aprendamos su lenguaje de Amor. Dejemonos enseñar a comunicarnos con su mirada y a escuchar a los demás.

Besar el alma, es sentir otras manos que dan apoyo fortaleciendo esa esperanza de vida y de compañía. Dios tiene siempre las manos abiertas para acogernos y fortalecernos. Deposita la fortaleza que recibes del Altísimo en el corazón débil del hermano.

Besar el alma, es decir un te quiero con la mirada ...Dios te creó de la nada con una mirada de amor y te ama eternamente. Muestra el rostro de el Padre acogiendo al Hijo Pródigo.

Besar el alma.... Es fácil , solo basta que decidamos bajar del pedestal del orgullo que muchas veces nos rodea y nos consume. Apoyemonos en la promesa de Jesús:
"Estaré con vosotros hasta el fin del mundo."

Besar el alma...¡¡¡ Cuantos de nosotros necesitamos de ese beso en el alma que Dios desea darte cada instante de tu vida. Abrazate a su Amor!!!

Por eso debemos comprender que :
Exactamente, la Felicidad es :
ESTAR EN PAZ CON DIOS!
ESTAR EN PAZ CONTIGO!
ESTAR EN PAZ CON TODO EL MUNDO!


Oremos:

Te doy gracias, Dios mío, por haberme creado, redimido,
hecho cristiano y conservado la vida.
Te ofrezco mis pensamientos, palabras y obras de este día.
No permitas que Te ofenda y dame fortaleza para huir de las ocasiones de pecar.
Haz que crezca mi amor hacia Ti y hacia los demás.

Quisiera
armar en estos
días
un árbol dentro de mi
corazón.

Y colgar en cada rama
los nombres
de todos mis amigos. Los de cerca
y los de lejos. Los de siempre y los de
ahora.

Los que veo cada día, y los que raramente
encuentro.
Los de siempre recordados y los que a veces se me
olvidan.

Los constantes y los inconstantes. Los de las horas
difíciles, y los de las horas alegres. A los que sin querer
herí y sin querer me hirieron. Aquellos a quienes conozco
profundamente, y aquellos a quienes conozco apenas por sus
apariencias.

Los que me deben y a quienes debo mucho. Mis amigos humildes
y mis amigos importantes. Los nombro a todos y a los que pasaron
por mi vida.
Un árbol de raíces profundas para que sus nombres nunca sean arrancados
de mi corazón, y que al florecer en un tiempo traiga esperanza, amor y paz.
Y que siempre, Señor, nos podamos encontrar para compartir
esperanza,
derramando un poco
de felicidad en aquellos
que todo lo han perdido.


Que Dios en su infinita Misericordia derrame sobre nosotros una lluvia de bendiciones! Que Jesús reparta abundamentemente las gracias que necesitemos! El Espíritu Santo nos fortalezca para la lucha diaria y haga de este día un eterno descubrir el Amor del Padre en todas las dimensiones de nuestras vidas! Y nuestra amada madre la Santísima Virgen María nos cobije con su manto maternal y nos forme en su vientre purísimo así como lo hizo con Jesús!

"El verdadero secreto de la felicidad"

Para poder profundizar más en este tema te invitamos a ver el programa de la EWTN "De corazón a corazón" en el cual la hermana Gabriella aborda el tema de "el verdadero secreto de la felicidad".
Vídeo 1

Vídeo 2

Vídeo 3


jueves, 7 de mayo de 2009

Carlos y Fernando, 14 años de sacerdocio: "una carta escrita por Cristo mismo" / Autores: Conchi Vaquero y Arturo López
Los sacerdotes asesores de la Comunidad Familia, Evangelio y Vida y de "Escuchar la Voz del Señor" cumplen años de su ordenación
Damos gracias a Dios Padre, con Jesucristo Resucitado por el don del Espíritu Santo revelado en los 14 años de vida de sacerdocio, que ayer seis de mayo cumplieron los padres Carlos García Malo de Molina Ferrer (en la fotografia de la izquierda revestido) y Fernando Simón Rueda (en la fotografia de la derecha), los dos asesores espirituales de la Comunidad Familia, Evangelio y Vida y del blog y la web "Escuchar la Voz del Señor". Hemos compartido con Carlos y Fernando nuestras pobrezas y nuestro crecimiento en el amor de Dios. Se hace difícil plasmar en un texto o humanamente la alegría del corazón que produce ver a unos amigos entregar un año más de vida al Señor, en medio de sus miedos y su combates, pero habiendo comprobado por activa y por pasiva que son dos fieles corazones, a veces abrumados, pero siempre con sed y celo por hacer la voluntad de Dios. Su gran fortaleza ha sido su debilidad y la necesidad continua e insaciable de cuestionarse a cada instante si realmente están haciendo lo que Dios quiere.

Podríamos escribir anécdotas personales y curiosas de Carlos y de Fernando, pero quienes les hemos conocido autodenominandose "curas de pueblo", sólo podemos dar gracias a Dios por su vida diaria, por todo, lo positivo y los errores. Todo nos ha ayudado a amarles más. Carlos y Fernando fueron ordenados sacerdotes hoy hace 14 años, siendo compañeros, aunque muy distintos el uno del otro. Sin embargo, no pareciéndose en ninguno de sus rasgos de carácter el Señor les ha hecho vivir un camino espiritual muy sencillo pero muy profundo. Hoy podemos decir usando las palabras de San Pablo en 2 Corintios 3, 3, que Carlos y Fernando son "una carta escrita por Cristo mismo; una carta escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios viviente; una carta no grabada en tablas de piedra, sino en corazones humanos."

Y estamos de acuerdo que las palabras de San Pablo escritas en 1 Corintios, 4-9 son aplicables a lo que hemos vivido con Carlos y Fernando en estos 14 años de sacerdocio y por tanto podemos decir que "siempre damos gracias a Dios por vosotros, por la gracia que Dios os ha dispensado por medio de Cristo Jesús. Pues por medio de él os ha dado Dios gran riqueza espiritual, tanto de palabra como de conocimiento, de manera que el mensaje acerca de Cristo ha llegado a ser una realidad en vosotros. De este modo no os falta ningún don de Dios mientras esperáis el día en que aparezca nuestro Señor Jesucristo. Dios os mantendrá firmes hasta el fin, para que nadie pueda reprocharos nada cuando regrese nuestro Señor Jesucristo. Dios, que siempre cumple sus promesas, es quien os ha llamado a vivir en comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor."

Y aplicando el texto de Efesios 1, 3-23 a Fernando y a Carlos repetimos y adaptamos las palabras del apóstol:

"Alabemos al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, pues en vuestra unión con Cristo os ha bendecido en los cielos con toda clase de bendiciones espirituales. Dios os escogió en Cristo desde antes de la creación del mundo, para estar en su presencia santos y sin falta. Por su amor os destinó a ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, conforme a lo que se había propuesto en su voluntad. Por esta causa alabamos siempre a Dios por su gloriosa bondad, con la cual os bendijo mediante su amado Hijo. En su gran amor, Dios os ha liberado por la sangre que su Hijo derramó, y ha perdonado vuestros pecados. Dios os ha mostrado su amor dándoos toda sabiduría y entendimiento, y os ha hecho conocer su designio secreto, o sea el plan que él mismo se había propuesto llevar a cabo. Según este plan, que se cumplirá fielmente a su debido tiempo, Dios va a unir bajo el gobierno de Cristo todas las cosas, tanto en el cielo como en la tierra.

Dios os había escogido de antemano para que por vuestra unión con Cristo recibierais vuestra parte en la herencia, de acuerdo con el propósito de Dios, que todo lo hace según su buen parecer. Y lo ha hecho así a fin de que vosotros, que fuisteis los primeros en poner vuestra esperanza en Cristo, viváis para que Dios sea alabado por su grandeza. Y también vosotros, cuando oísteis el mensaje de la verdad, la buena noticia de vuestra salvación, y creísteis en Cristo, fuisteis unidos a él y sellados como propiedad de Dios por medio del Espíritu Santo que él había prometido. El Espíritu Santo es la garantía de que recibiréis la herencia que Dios os ha de dar cuando haya completado vuestra redención, para que él sea alabado por su grandeza.

Por esto, como sabemos que tenéis fe en el Señor Jesús y amor para con todos los que pertenecen al pueblo santo, no dejamos de dar gracias por vosotros, recordándoos en nuestras oraciones. Pedimos al Dios de nuestro Señor Jesucristo, al Padre glorioso, que os dé sabiduría espiritual para entender su revelación y conocerle mejor. Pedimos a Dios que continue iluminando vuestra mente para que permanezca siempre en vuestros corazones la esperanza a la que habéis sido llamados, cuán gloriosa y rica es la herencia que Dios da a los que pertenecen a su pueblo y cuán grande y sin límites es su poder, el cual actúa en vosotros. Este poder es el mismo que Dios mostró con tanta fuerza y potencia cuando resucitó a Cristo y lo hizo sentar a su derecha en el cielo, poniéndolo por encima de todo poder, autoridad, dominio y señorío, y por encima de todo lo que existe tanto en este mundo como en el venidero. Sometió todas las cosas bajo los pies de Cristo, y a Cristo mismo lo dio a la iglesia como cabeza de todo. Pues la iglesia es el cuerpo de Cristo, la plenitud de Cristo, que es quien lleva todas las cosas a su plenitud."

Sin lugar a dudas, queridos Carlos y Fernando, que clamando cada día al Señor intentando hacer su voluntad, estamos convencidos,como escribe San Pablo en Romanos, 8, 39, que "¡Nada podrá separaros del amor que Dios os ha mostrado en Cristo Jesús, nuestro Señor!"

Felicidades por los 14 años de sacerdocio y que vuestro crecimiento espiritual y las bendiciones espirituales que impartáis se multipliquen cada día. Alabemos al Señor por estos años de sacerdocio con tres vídeos musicales. El primero es un recuerdo de la llamada sacerdotal que Carlos y Fernando recibieron del Señor y las muchas preguntas que se hicieron. Se trata de la canción de rock católico "Maestro ¿dónde Vives?" del grupo La Voz del Desierto, formado por algunos sacerdotes de la diócesis de Alcalá de Henares (España). Otro es
del Ministerio de Música de Lima de la Renovación Carismática Católica. El último del grupo "Stupovi" que interpreta con otros cantantes de Serbia la tradicional canción de Pacua "Cristo ha Resucitado".



Si quieres felicitar a Carlos y Fernando puedes hacerlo publicando un comentario o bien escribiendo a sus correos electrónicos:
P. Carlos García Malo de Molina Ferrer:
p.carlosgarciamalo@camino.catolico.ws
P. Fernando Simón Rueda:
p.fernandosimon@camino.catolico.ws