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jueves, 30 de julio de 2009

"Cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo" / Autores: Conchi Vaquero y Arturo López

"Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: "Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver". (Mateo 25, 34-36).

Estamos llamados a Amar sin condiciones hasta el extremo: Jesús cuando habla del juicio final nos advierte seriamente que sólo se tendrán en cuenta nuestros actos de Amor. También subraya algo importantísimo: en cada ser humano, sea creyente o no, hay un lugar, una morada en el corazón sólo reservada para ser estancia de Dios. Por eso Jesús dice que cuando visitamos a un enfermo o a un preso estuvimos con Él: "Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo". (Mateo 25, 40).

Para Amar como Dios nos ama, debemos ser coherentes. Si vamos a las prisiones a visitar a un preso, o a un hospital a ver a un enfermo, la única verdadera esperanza que podemos aportarle es el agua viva que el Señor nos dé para él en aquel momento. Debemos señalar a Dios como fuente de todo bien. En eso consiste evangelizar. Testimoniar que estamos allí porqué Dios nos ha hecho experimentar su Amor y que sólo podemos atenderle en su nombre. Leer más...

1 comentario:

  1. Queridos hermanos en Jesús:esta meditación me ha resultado muy útil,pues a veces, mis deseos de ayudar sobrepasan mis límites económicos y afectivos y eso me suele deprimir. Bueno, no tanto como deprimir,pues soy muy consciente de que no actúo yo,sino el Señor, cuando hago algo por otra persona. Pero me he encontrado con casos en los que me parece que estoy dándome contra una pared,pues hay personas difíciles de ayudar y encauzar.De todas formas,siempre que hablo de Jesús encuentro recepción en la gente,creo que en el fondo, ellos se dan cuenta de que lo necesitan,solo que no saben cómo abrirse a Él. Creo que el caso más duro lo tengo en mi propia familia:son muy duros de evangelizar.Siempre le digo a mi hermana pequeña,(que es muy buena,pero no tiene luz en su vida y es porque no cree en Dios,no cree en el amor incondicional de Jesús),que Dios la puso en mi familia para santificarme como cristiana. Rezo mucho por ella y confío en que un día se de cuenta de su error. Espero seguir leyéndoles,pues me dan mucha esperanza. Un abrazo en J y Mª.

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