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miércoles, 22 de julio de 2009

Características del Amor / Autora : Claudia Elizabeth Orozco
22 de julio de 2009.- (ALMAS)
El hablar del amor es tema francamente interminable, porque no se agota en lo cognoscible, sino que invita a la experimentación, y ésta puede ser tan distinta como humanos y personalidades hay en la tierra.

Querer definir al amor es imposible por su naturaleza libre y excelsa. Sin embargo, si podemos dar pincelazos sobre las características que detallan toda forma de amor. Éstas son:

Reciprocidad
En su primera Encíclica “Deus caritas est”, el Papa Benedicto XVI menciona: “Quien quiere dar amor, debe a su vez recibirlo como un don”. La reciprocidad implica el buscar el bien del ser amado y recibirlo de regreso no de una manera interesada, sino por consecuencia del don otorgado; haciendo así posible una relación interpersonal (entre personas), no sólo unilateral (subjetiva, aislada).

Gratuidad
Nuestro Papa nos continúa diciendo: “El amor es posible sólo porque no es una mera exigencia: el amor puede ser porque antes es dado.” Esto se entiende como que el amor nos demanda dar pero también aceptar la entrega del otro, como el amor de amistad. En la amistad hay un “compromiso con la voluntad, una elección deliberada del bien del otro, una comunión fraterna o filial”.

Alteridad
En la misma Carta Encíclica, Dios es amor, se dice: “el amor es éxtasis, pero no en el sentido de arrebato momentáneo, sino como un camino permanente, como un salir del yo cerrado en sí mismo hacia su liberación en la entrega de sí y, precisamente de este modo, hacia el reencuentro consigo mismo, más aún, hacia el descubrimiento de Dios.” Dice Jean Laffite que la alteridad es la “unión que busca y la alegría del descubrimiento en la diferencia.” Es decir, el amar verdaderamente implica un encuentro con el otro que me hace descubrirme a mí mismo.

Compromiso
Jean Laffite afirma que “el verdadero amor no puede olvidarse de la voluntad”. La voluntad en el amor implica el querer el bien del otro. El Maestro del Amor nos enseña la forma más excelsa de entrega y compromiso a través de “su muerte en la Cruz, [en la que] se realiza ese ponerse Dios contra sí mismo, al entregarse para dar nueva vida al hombre y salvarlo: esto es amor en su forma más radical”.

Nosotros, humildes aprendices del amor, estamos llamados al compromiso con el próximo: “El amor al prójimo no se reduce a una actitud genérica y abstracta, poco exigente en sí misma, sino que requiere mi compromiso práctico aquí y ahora.”

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