sábado, 21 de junio de 2025
sábado, 10 de mayo de 2025
Joey Pontarelli se sumergió en la pornografía para escapar del dolor traumático del divorcio de sus padres cuando tenía 11 años: «Empecé a orar, conocí mi fe, busqué el plan de Dios para mi vida y sané de mi adicción»
Joey Pontarelli
Camino Católico.- "El día más doloroso de mi vida fue el de la separación de mis padres. Yo tenía 11 años. Mamá nos lo dijo a mí y a mis hermanos. Todo mi mundo se hizo añicos", recuerda Joey Pontarelli en Portaluz. En su angustia rememora que sin saber qué hacer se escondió en el armario de su habitación y lloró. Sentimientos de soledad, abandono e incluso de culpa lo abatían. "A partir de ese día, me volví amargado, enfadado y triste".
Para lidiar con el dolor, Joey recurría con frecuencia a la masturbación. Asimismo, cuando un amigo le introdujo en la pornografía, esta se convirtió en su droga preferida. "El porno me ofrecía una vía de escape del dolor, pero siempre me dejaba una sensación de vacío. Ya de joven sabía que quería ser feliz, y la pornografía no me hacía feliz".
Fueron pasando los años 5, 10, 15 y su afectividad continuaba herida. Necesitaba cambiar, quería curar las heridas que le había dejado la ruptura de sus padres, así que buscó ayuda... "un libro, un conferenciante, un retiro, lo que fuera. No encontré nada. La ayuda para gente como yo era prácticamente inexistente. Nadie daba consejos sobre cómo afrontar lo que me afectaba".
Joey Pontarelli
Casi sumido en el hastío comenzó a orar, pequeños momentos de súplica a Dios y otros intensos, prolongados. La oración trajo frutos cuando descubrió un día en la web al conocido conferencista católico Jason Evert fundador de Chastity Project (chastity.com). "Escuchar a @jasonevert me ayudó a dejar la pornografía y vivir una vida pura. También al conseguir nuevos amigos católicos pude conocer mi fe, vivirla, construir virtudes y buscar el plan de Dios para mi vida", confidencia.
Joey se aferró a Cristo y poco a poco fue sanando las heridas, a la par que su alma era moldeada por "la gracia de Dios a través de mi vida de oración", señala. Hace años que está libre de la adicción a la pornografía.
"Superé mi miedo al amor, y ahora llevo 7 años casado con mi mujer. Tenemos 3 hijos (1 en el cielo, 2 en la tierra). Me encanta ser padre. El matrimonio ha sido desafiante pero hermoso. Ciertamente me ha hecho un mejor hombre y no lo cambiaría por nada del mundo", afirma.
Uno de los frutos de este proceso de sanación ha sido fundar @restoredhelp, una fundación que ofrece ayuda a jóvenes cuyos padres se han divorciado. "Nuestro contenido les ayuda a sanar y a construir la virtud, para que no acaben repitiendo ese ciclo que yo viví. Es hermoso ver a Dios usar mi quebrantamiento para ayudar a otras personas. Me recuerda lo que dijo San Agustín: «En mi herida más profunda vi tu gloria, y me deslumbró»".
sábado, 3 de mayo de 2025
Marcelo Figueroa, pastor protestante: «Hace diez años me daban un año de vida y el Papa Francisco rezó por mí en el Vía Crucis del viernes santo y el cáncer agresivo que tenía desapareció»
Marcelo Figueroa junto al Papa Francisco en uno de sus encuentros
* «Prácticamente todos los días llamaba a mi casa para ver cómo estaba, que él seguía orando por mí. Bueno, esos gestos tan humanos, tan espirituales, tan profundos de él, que uno siempre guarda en el corazón»
Vídeo de la Televisión Pública Argentina en el que Marcelo Figueroa cuenta su testimonio
Camino Católico.- El argentino Marcelo Figueroa, pastor protestante, amigo por décadas del Papa Francisco, relata cómo fue que las oraciones del Pontífice mediaron milagrosamente para su sanación de un cáncer agresivo. Ante la aparición de la enfermedad los médicos le pronosticaron que sólo podría vivir un año. En el video de la Televisión Pública Argentina, Marcelo Figueroa cuenta su testimonio de cómo sanó.
El Papa oró por él y se curó. ¿Podemos hablar de un milagro? se pregunta el periodista argentino Guillermo Andino al iniciar su diálogo con Marcelo Figueroa, pastor protestante y amigo de Papa Francisco, quien afirma tener "un profundo sentimiento de orfandad" ante el fallecimiento del Pontífice.
Han sido 25 años en los cuales se forjó el vínculo entre Marcelo, protestante, y el Papa católico. Años de experimentar el diálogo interreligioso, forjando luego instancias para fortalecer el ecumenismo. A la par crecía espontáneo el íntimo afecto entre ambos. "Para mí fue un padre, un amigo. Él mismo decidió llamarme amigo", reitera Marcelo con voz emocionada.
Se puede comprender la intensa conmoción de este pastor protestante, tras escuchar su testimonio de cómo la impronta de Dios presente en el Papa Francisco marcó su alma, cuando por las oraciones del Pontífice fue sanado de cáncer, como él mismo lo relata:
Marcelo Figueroa y el Papa francisco saludándose en uno de los viajes apostólicos
«Mira, voy a rezar por vos. Ahora tengo que ir al Coliseo, cuando esté allí voy a rezar por vos»
Hace 10 años, justo el día de mi cumpleaños, el Papa Francisco me llamó, como todos los cumpleaños. Y bueno, yo tenía que ir a buscar una biopsia... pero le dije que estaba todo bien, que se quede tranquilo, que seguramente no era nada. Bueno, no fue así, era un cáncer muy agresivo que en general porcentajes que dan era más o menos podía durar un año (...) Entonces yo le escribí a él, por supuesto pidiéndole oración. Justo estábamos en Semana Santa. Y bueno, él me llamó el día que va al Coliseo para el Vía Crucis de Viernes Santo. Yo estaba con mi señora y me llamó por teléfono y me dijo: «Mira, estoy vestido para salir al Coliseo, acabo de recibir tu carta y no puedo salir sin saber cómo estás». Le conté y me dijo: «Mira, voy a rezar por vos. Ahora tengo que ir al Coliseo, cuando esté allí voy a rezar por vos». Y, bueno, el cáncer desapareció.
Recuerdo después de un año cuando me encontré con él en Santa Marta. Justo llegué a la recepción y bajó Bergoglio con Tucho Fernández que en ese momento ni siquiera era cardenal. Franciscol, delante de todo el mundo -me dio mucha vergüenza-, porque se abrió el ascensor, me vio, levantó los brazos y me dice: «¡Viniste Lázaro!», por el Lázaro de la historia bíblica. Claro, así con ese chiste. Pero bueno, él llamó mucho a mi familia, habló con mi esposa, sí. Prácticamente todos los días llamaba a mi casa para ver cómo estaba, que él seguía orando por mí. Bueno, esos gestos tan humanos, tan espirituales, tan profundos de él, que uno siempre guarda en el corazón.
Marcelo Figueroa
lunes, 21 de abril de 2025
Antonietta Raco, de 67 años, curada de Esclerosis Lateral Primaria, 72º milagro proclamado por el Santuario de Lourdes
A la izquierda, Antonietta Raco, en 2009, cuando acudió a la peregrinación a Lourdes en la que se curó; a la derecha, en 2019 ya sanada de Esclerosis Lateral Primaria junto a su esposo
Camino Católico.- El Santuario de Nuestra Señora de Lourdes en Francia ha celebrado este 16 de abril el acto de proclamación oficial del 72º milagro producido en este espacio mariano que acoge tantas peregrinaciones de enfermos. El encargado de hacerlo ha sido Vincenzo Carmine Orofino, obispo de la diócesis de Tursi-Lagonegro, en la provincia italiana de Matera. De allí es Antonietta Raco, aquejada de Esclerosis Lateral Primaria cuando visitó el santuario en 2009.
También el P. Michel Daubanes, rector del santuario, hizo el anuncio el miércoles tras la finalización del Rosario en el santuario francés, según un tuit emitido por los directores del lugar sagrado.
La peregrina que recibió el milagro fue identificada como la italiana Antonietta Raco, quien “sufría de esclerosis lateral primaria” y que fue “curada en 2009 durante su peregrinación a Lourdes”, dice el tuit.
El ‘Bureau des Constatations Médicales’ de Lourdes ha investigado la historia de Antonietta Raco, de 67 años, y que acudió a Lourdes con la organización italiana UNITALSI, tras varios años como paciente que tenía un seguimiento por parte del Departamento de Neurociencias de la Universidad de Turín por migrañas muy severas. Según informó el santuario, Raco comenzó en 2004 a tener dificultad para caminar, empeorando con la aparición de disfagia y disartria un año después, siendo diagnosticada en 2006. Tras seguir empeorando fue a Lourdes del 30 de julio al 5 de agosto de 2009, cuando al bañarse en las piscinas declaró sentir “una inusual sensación de bienestar” y ser capaz de caminar de nuevo, algo que no comentó hasta su regreso a casa. Ella misma.
Antonietta Raco tiene 67 años, vive en Basilicata (Italia) y tras su viaje al Santuario en Francia se curó inexplicablemente de esclerosis lateral primaria
A la vuelta empezó unas revisiones que confirmaron la desaparición de los síntomas que padecía desde 2004 y confirmaron el diagnóstico de Esclerosis Lateral Primaria. Luego, en julio de 2010, presentó su caso al santuario y la Junta de las Constataciones Médicas lo ha analizado con reuniones en 2012, 2013 y 2016, participando la propia Antonietta Raco, que en 2013 fue evaluada por el Departamento de Neurología de la Universidad de Milán, que confirmó el diagnóstico y se hizo cargo del seguimiento.
Finalmente, en 2017 se constata “la curación de Antonietta Raco, calificada de inexplicada según los conocimientos médicos”.
Posteriormente, el obispo “dispuso la creación de una comisión médico-teológica y el nombramiento de un delegado episcopal para hacer el necesario discernimiento eclesial sobre la supuesta curación milagrosa”, que se vota definitivamente en noviembre de 2024 con una mayoría de votos y el visto bueno del obispo de la diócesis de Tarbes y Lourdes.
Antonietta Raco, en 2009, ante la Basílica del Rosario del Santuario de Lourdes, cuando participó en la peregrinación en la que quedó curada y volvió a caminar
El periódico italiano La Gazzetta del Mezzogiorno informó el miércoles que el médico de Raco describió la curación como "un fenómeno científicamente inexplicable".
“Gracias a Dios, que con este signo divino ha manifestado una vez más su presencia entre su pueblo”, expresa la diócesis de Tursi-Lagonegro.
lunes, 31 de marzo de 2025
Walter Sánchez: «Un abuso sexual fue el disparador que me llevó al consumo de drogas, pero cuando conocí a Dios y encontré el amor en Él, la droga nunca más tuvo protagonismo en mi vida: llevo 25 años libre de drogas»
Walter Sánchez, sanado por el amor de Dios pudo dejar las drogas
* «Cerca de mi casa, a seis cuadras, había una parroquia, y decidí ir caminando hasta allí. El padre, un sacerdote diocesano agregado al Opus Dei, me dijo: “Si tú quieres que Dios te cure, ven a las seis de la mañana a rezar conmigo en el oratorio”. Comenzamos a hacer oración juntos y luego asistía a la Santa Misa. Ese silencio en el oratorio fue fundamental, pues allí encontré el espacio que necesitaba para reencontrarme conmigo mismo y con ese Dios al que anhelaba para curar mis heridas»
Vídeo del Opus Dei en el que Walter Sánchez cuenta su testimonio
* «Dios me permitió formar a una persona que hoy tiene un centro de rehabilitación con 17 años de trayectoria. San Josemaría decía: ‘Yo amo a Dios porque me da la gana’ y eso lo adopté en mi vida: ‘Yo no vuelvo a usar drogas porque no me da la gana, aunque se caiga el mundo’. Estoy agradecido del padre que me ayudó, pues llevo 25 años libre de drogas. Cuando él llegó a esta parroquia, sentí que había llegado por mí. Lo que Dios hizo en mí fue un milagro, porque ni yo ni quienes intentaban ayudarme podíamos hacer nada, pero yo me dejé amar por Dios»
Camino Católico.- Walter Sánchez estaba sumido en el mundo de las drogas, el dinero y relaciones fallidas. Un abuso sexual en la infancia le había destrozado la vida. Todo cambió cuando conoció a un sacerdote que le animó a dejarse amar por Dios y a permitir que Él le ayudara a salir del pozo en el que se encontraba. cuenta su testimonio en un vídeo del Opus Dei. Esta es su historia contada en primera persona:
Nuestros primos cuidaban de nosotros, y fue ahí donde uno de ellos que me llevaba más o menos 10 años de edad trastocó mis emociones y mi intimidad personal. Para mí fue un abuso sexual. Desde entonces repudiaba mi cuerpo y sentía incluso ciertas confusiones. Y eso creó en mí una agresividad pasiva y una rebeldía aún mayor contra mi familia.
Me aislé de mis hermanos. Me echaran del colegio en primaria y para mí fue un golpe muy duro. A los 14 años tuve mi primera novia, y ahí conocí al tío de esta chica, que me dio por primera vez la pasta básica de cocaína. Fue el refugio perfecto para huir —para anestesiar— mis sentidos, y escapar de todo, incluso de mí...
Específicamente, la violación sexual fue el disparador que me llevó al consumo de drogas. Consumía para vivir y no podía dormir sin pensar en cómo iba a conseguir dinero al día siguiente. Fue entonces cuando entré en la microcomercialización, creyendo que vendiendo drogas —marihuana y cocaína—, podría sostener mi adicción.
Eso me llevó a conocer mucha gente del malvivir: delincuentes de todo tipo, personas del ámbito de la prostitución… Obviamente en mi casa me dejaron de dar dinero, así que empecé a juntarme con un muchacho que ya tenía experiencia en robos menores. Fue él quien me introdujo en el arrebato de carteras, robar sin que la gente se dé cuenta, y el hurto de llantas de carros… hasta que, finalmente, terminé cinco días en la comisaría.
Lo peor lo vivió mi esposa, quien no solo tuvo que soportar a un adicto, sino también a un microcomercializador que, pese a tener dinero, no le daba lo necesario para sobrevivir. Me sumí en una locura impulsada por la droga, sin darme cuenta del daño que causaba.
Entraba y salía de los hospitales de salud mental. Mi exesposa —que en ese entonces aún era mi esposa—, trabajaba, mientras yo me encargaba de las tareas del hogar.
Llevaba unos nueve meses sin consumir cuando hablé con ella y le dije: “Mira, yo no quiero volver a drogarme porque si no me voy a morir. Si vuelvo a consumir droga no hay quien me pare. De verdad, si Dios existe, muéstramelo, porque ya no sé qué hacer. Si Él no me saca de esto, entonces no hay nada que hacer”.
Walter Sánchez con el sacerdote que le ayudó a sanar sus heridas y a poder iniciar su centro de rehabilitación para otros
Cerca de mi casa, a seis cuadras, había una parroquia, y decidí ir caminando hasta allí. El padre, un sacerdote diocesano agregado al Opus Dei, me dijo: “Si tú quieres que Dios te cure, ven a las seis de la mañana a rezar conmigo en el oratorio”. Comenzamos a hacer oración juntos y luego asistía a la Santa Misa.
Ese silencio en el oratorio fue fundamental, pues allí encontré el espacio que necesitaba para reencontrarme conmigo mismo y con ese Dios al que anhelaba para curar mis heridas.
Cuando conocí a Dios y encontré el amor en Él, empecé a conocer quién era yo y diagnostiqué la naturaleza exacta de mi problema. A partir de entonces, la droga nunca más tuvo protagonismo en mi vida, hasta el día de hoy.
Para poder recibir el sacramento del matrimonio, me confesé. Pude recibir el perdón de tantos pecados y sentí el alivio más grande, la descarga más importante de mi vida. Sentí que era un hombre nuevo y, al recibir el sacramento de la comunión, experimenté que pertenecía a Cristo.
Después de un tiempo de formación, el sacerdote me dijo: “Walter, ¿por qué no formas un grupo?”. Respondí que apenas podía con mi vida, y que por tanto no podía ayudar a otros. Él me respondió: “Tú tranquilo, Dios te va a decir cómo”.
Al poco tiempo, entendí el mensaje que el padre me dio y así nació el Grupo Libertad en la cochera de la casa de mis padres, donde recibí el primer paciente. Dos años y medio después, al cambiar de casa, comenzamos a trabajar con profesionales de la salud para que la atención de los pacientes, además de la ayuda espiritual, también tuviera un abordaje profesional.
Me interesé por conocer la espiritualidad del Opus Dei. San Josemaría decía que, para ser santo, el hombre no tiene que hacer grandes cosas. Entonces entendí que mi santidad estaba en el trabajo de la rehabilitación.
Walter Sánchez lleva 17 años rehabilitando personas de las adicciones
Tuve la oportunidad de capacitarme en Italia, en una fundación importante, donde aprendí cómo se manejan las estructuras de rehabilitación y traté de acondicionarla según nuestra cultura. En estos 23 años, hemos recibido unos 3.000 pacientes; y algunos de ellos llevan más de 20 años rehabilitados.
Dios me permitió formar a una persona que hoy tiene un centro de rehabilitación con 17 años de trayectoria. San Josemaría decía: “Yo amo a Dios porque me da la gana” y eso lo adopté en mi vida: “Yo no vuelvo a usar drogas porque no me da la gana, aunque se caiga el mundo”.
Estoy agradecido del padre que me ayudó, pues llevo 25 años libre de drogas. Cuando él llegó a esta parroquia, sentí que había llegado por mí. Lo que Dios hizo en mí fue un milagro, porque ni yo ni quienes intentaban ayudarme podíamos hacer nada, pero yo me dejé amar por Dios.
Walter Sánchez
miércoles, 12 de marzo de 2025
Juan Modesto, abogado en medicina legal y forense, curado milagrosamente de un carcinoma renal por intercesión de Santa Teresa de Calcuta
Juan Modesto, abogado en medicina legal y forense, muestra el TAC médico que certifica su curación milagrosa de un carcinoma renal por intercesión de Santa Teresa de Calcuta
Camino Católico.- Juan Modesto, abogado en medicina legal y forense, relata a El Rosario de las 11 PM su milagrosa curación de un carcinoma renal tras una profunda experiencia espiritual, destacando su acercamiento a Dios, la intercesión de Santa Teresa de Calcuta y la transformación de su vida.
domingo, 9 de marzo de 2025
Lola Rosique, la pediatra que lleva una reliquia de Carlo Acutis a niños enfermos, después de sanar ella de un grave cáncer: En la UCI un pequeño que se había ahogado se ha recuperado
Lola Rosique, pediatra, junto a la reliquia de Carlo Acutis que lleva a los niños enfermos / Foto: Cortesía de Lola Rosique
Camino Católico.- El 3 de enero de 2025 Lola Rosique estaba viendo un espectáculo navideño con su familia cuando recibió un whatsapp. Una madre del colegio de Murcia en el que estudian sus hijos, y también paciente suya, estaba viviendo un momento dramático: su hijo pequeño, Elías, se acababa de ahogar en una piscina.
Espontáneamente se puso a rezar al beato Carlo Acutis, a quien se siente muy unida. “Le dije: ¡Carlo, por favor, esta familia, qué tragedia! ¡Tienes que hacer algo!”, relata a Aleteia.
“Sentí en el corazón: llévale la reliquia”, recuerda, refiriéndose a un pedazo de una pieza de ropa del joven que la Iglesia canonizará el próximo mes de abril.
Reliquia itinerante
Desde hace unos meses, Lola va llevando la reliquia de Carlo a personas que pasan malos momentos, sobre todo a familias de compañeros de sus hijos.
Un sacerdote, Leandro Fernández, le prestó la reliquia en verano del año 2022 cuando le administró la unción de enfermos tras el diagnóstico de su grave cáncer. A Leandro se la había enviado la madre de Carlo en agradecimiento por una imagen del joven beato que él había pintado para su iglesia.
Imagen de Carlo Acutis pintada por el padre Leandro Fernández junto a la reliquia del beato que lleva Lola Rosique, pediatra, a los niños enfermos / Foto: Cortesía de Lola Rosique
Impactada por recibir entonces el regalo de esa reliquia, Lola le hizo una foto que publicó en su estado de Whatsapp, junto a una estampa de Carlo y una petición: que la gente pidiera su mejoría o curación por su intercesión.
Muchísimas personas de distintos lugares del mundo respondieron a su petición. Y ella sintió su fuerza en el duro proceso de pasar por una quimioterapia y dos cirugías muy agresivas.
Lola Rosique, pediatra, en el hospital afrontando el grave cáncer que padeció, junto a la tumba del beato Carlo Acutis a quien atribuye su recuperación / Foto: Cortesía de Lola Rosique
La ha llevado a varias familias que aseguran haber vivido un gran cambio en la manera de afrontar problemas difíciles.
En la UCI
A los familiares de Elías, tras conocer la noticia del ahogamiento, les envió un mensaje pidiéndoles si podía llevarles la reliquia. La familia lo agradeció y le pidieron su presencia en la UCI.
Lola se dirigió al hospital, entró a la unidad de cuidados intensivos donde Elías se debatía entre la vida y la muerte. Bendijo al niño con la reliquia, la dejó junto la monitor y rezó con la familia.
Lola Rosique, pediatra, llevó la reliquia del beato Carlo Acutis hasta la UCI donde el pequeño Elias se debatía entre la vida y la muerte / Foto: Cortesía de Lola Rosique
La madre de Elías, Maribel Galdo, le acercó la reliquia a su hijo, junto a otros objetos religiosos que le habían llevado.
“Al día siguiente, Elías estaba comiendo un bocadillo de jamón”, exclama Lola, convencida de que fue la fe de esa familia la que salvó al niño.
“El Señor nos infundió esa fe que necesitábamos para pasar ese momento”, asegura Maribel, feliz de que su hijo se recuperara tan rápido y sin ninguna secuela.
Victoria
Anteriormente, el año 2023, Lola había llevado la reliquia a la familia de Victoria, una niña con un cáncer terminal.
Cuando su hija le habló de esa compañera de clase, la pediatra empezó a rezar por ella. Y sintió que Carlo le decía: “No puedes quedarte tú sola la reliquia, tienes que compartirla”.
Ella se resistía porque no conocía a la familia ni quería darles falsas esperanzas, pero la llamada interior persistía.
Al final, a través de una amiga común, le ofreció a la madre dejarle unos días la reliquia de Carlo con la seguridad de que les reconfortaría.
Y pudo llevársela. La niña estaba con morfina sin poderse levantar de la cama. Le habían dado el alta para que pudiera morir en casa.
Al día siguiente, Victoria empezó una mejoría espectacular, recuerda Lola. “Engordó cuatro kilos en un mes, empezó a comer, la niña le pidió a Carlo poder volver al colegio, era muy trabajadora, le encantaba dibujar”.
“Su madre decía: no sé lo que durará pero cada minuto con Victoria es un regalo, esto es un regalo, dure lo que dure”, relata Lola.
Duró un mes. Y poco después de estrenarse en Murcia la película sobre Carlo “El cielo no puede esperar”, Victoria empeoró y falleció.
“En el tanatorio su madre me abrazaba y me decía: solo puedo agradecer este último mes con mi hija; para Victoria, igual que para Carlo, el cielo no podía esperar”.
El poder de una reliquia
Lola asegura que la reliquia ayuda a muchas personas a confiar más. “Hay mucha gente implicada en estas cosas que han pasado que antes no tenía fe y que de repente se está acercando a la Iglesia”, destaca.
Para ella, “el verdadero milagro ya no son las curaciones, sino vivir la cruz con sentido cristiano, ver la belleza de la cruz aunque sea difícil de entender y que todo sea para gloria de Dios”.