9 de mayo de 2010.- Julio y Charo llevan casados 10 años, tienen 6 hijos, de 2 a 9 años, y están esperando el séptimo. Afirman que «no entendemos nuestra vida sin Dios, y eso se transmite a nuestros hijos en todo». Tratan de vivir la fe con detalles pequeños: «Desde por la mañana, hacemos un pequeño ofrecimiento de obras, y también rezamos por la noche. Si vemos un accidente en la carretera, los niños piden para que no haya pasado nada. Salpicamos cada día con detalles de piedad, le pedimos cosas a nuestro ángel de la guarda: cada uno le pone un nombre, le pide y le trata como su amigo. Todo ello les despierta su sensibilidad de estar en presencia de Dios. En casa, cualquier acontecimiento se lleva a Dios». Leer más...
domingo, 9 de mayo de 2010
Julio y Charo, matrimonio: «no entendemos nuestra vida sin Dios; eso se transmite a nuestros hijos»
«Esperar a la Primera Comunión ya es tarde»: lo dice una de las familias protagonistas que aparece en este reportaje, y es que los padres subrayan la necesidad de transmitir la fe a los hijos en casa, ya desde pequeños
9 de mayo de 2010.- Julio y Charo llevan casados 10 años, tienen 6 hijos, de 2 a 9 años, y están esperando el séptimo. Afirman que «no entendemos nuestra vida sin Dios, y eso se transmite a nuestros hijos en todo». Tratan de vivir la fe con detalles pequeños: «Desde por la mañana, hacemos un pequeño ofrecimiento de obras, y también rezamos por la noche. Si vemos un accidente en la carretera, los niños piden para que no haya pasado nada. Salpicamos cada día con detalles de piedad, le pedimos cosas a nuestro ángel de la guarda: cada uno le pone un nombre, le pide y le trata como su amigo. Todo ello les despierta su sensibilidad de estar en presencia de Dios. En casa, cualquier acontecimiento se lleva a Dios». Leer más...
9 de mayo de 2010.- Julio y Charo llevan casados 10 años, tienen 6 hijos, de 2 a 9 años, y están esperando el séptimo. Afirman que «no entendemos nuestra vida sin Dios, y eso se transmite a nuestros hijos en todo». Tratan de vivir la fe con detalles pequeños: «Desde por la mañana, hacemos un pequeño ofrecimiento de obras, y también rezamos por la noche. Si vemos un accidente en la carretera, los niños piden para que no haya pasado nada. Salpicamos cada día con detalles de piedad, le pedimos cosas a nuestro ángel de la guarda: cada uno le pone un nombre, le pide y le trata como su amigo. Todo ello les despierta su sensibilidad de estar en presencia de Dios. En casa, cualquier acontecimiento se lleva a Dios». Leer más...
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