El obispo francés de Montauban, que le administró la Extremaunción, monseñor Théas, explica: «A esta pregunta: ¿Desea usted el perdón de sus pecados?, respondió: Sí. Recibió con plena lucidez el sacramento de la Penitencia, que yo mismo le administré»
6 de enero de 2012.- «Después de errores, olvidos y persecuciones»-en palabras del obispo francés que le administró la Extremaunción-, Manuel Azaña murió reconciliado con la Iglesia. Presidente de la República durante el trágico período del Frente Popular, sus biografías a menudo omiten el dato. El jesuita Gabriel Verd recogía abundante documentación sobre su vuelta a la Iglesia, en La conversión de Azaña, artículo publicado en la revista Razón y Fe en 1986. Éste es un extracto recopilado por Alfa y Omega y que por su interés reproducimos.
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