* «Antes no me lo creía y ahora me lo creo todo… Dar razón de tu fe es una gracia. Nuestra fe va madurando y terminas por darte cuenta de que el mandato que está por encima de todo es el amor. La evangelización es un mandato divino. Es algo que no podemos no hacer. Aunque es un tesoro escondido en vasijas de barro. Hay que hablar las cosas con naturalidad y con paz, sin imponer las cosas y desde el respeto al otro. Quizá, a veces, no sabemos respetar al otro. Y si Dios existe, igual tenemos que tener un poco más de confianza en Él. Creo que tenemos una fe demasiado voluntarista. Parece que está en nuestra mano que la gente se convierta y una conversión es una cosa de Dios, absolutamente. La fe es un don»
CaminoCatólico.- María Arratibel era atea redomada y de repente sintió como moría de amor al ver una imagen del Sagrado Corazón. Así se podría resumir el cambio tan radical que experimentó. Ella antes era de las que se reía de la religión. La fe no era nada, hasta que pasó a serlo todo.
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