Los mensajes publicitarios y el modelo de ‘perfección’ física que fomentan los medios de comunicación hacen estragos en muchas ocasiones entre los más jóvenes. Sin tetas no hay paraíso, el título de una novela del colombiano Gustavo Bolívar y de una serie televisiva en España y en otros muchos países, resume a la perfección la convicción de muchas adolescentes.
Alrededor de 40.000 menores españolas se someten cada año a la cirugía estética en busca del cuerpo perfecto al que alude la serie de televisión. De hecho, España es el país europeo más enganchado al bisturí ‘estético’ y el aumento de pecho es la intervención más solicitada.
El doctor Antonio Porcuna, presidente de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE), considera que esa cantidad de operaciones es una “barbaridad”.
De la misma opinión es el doctor Víctor García Giménez, presidente de la Sociedad Española de Medicina y Cirugía Cosmética (SEMCC), quien declara que “dar cifras es complicado, porque hablamos de medicina privada, pero pocas operaciones no son”.
Al mismo tiempo, otros profesionales del sector creen que la cifra es “próxima a la realidad”, como la doctora María Jesús Barba.
“Está de moda la mujer con pecho”
Barba hace referencia a la creciente moda del aumento de pecho y dice, en referencia a las tallas, que “ahora se lleva la 95 o la 100. Está de moda la mujer con pecho. De ahí que los implantes de mama sea la cirugía más demandada por mujeres de todas las edades: menores, jóvenes y adultas”. “Muchas, incluso, se operan para aumentar una sola talla”, insiste.
Cada año, según cálculos del sector, unas 25.000 mujeres españolas pagan una media de 6.000 euros por ver cumplido el deseo de aumentar el tamaño de sus pechos.
Por la consulta de la doctora Barba pasan cientos de chicas. “A partir de los 18, muchas”, empeñadas en ajustar su físico a unos cánones de belleza impuestos por la publicidad, la moda, el cine o los medios de comunicación, recalca esta profesional. “No hay otra razón”, insiste.
En cualquier caso, el número de menores que pasan por el quirófano supondría el diez por ciento del total de operaciones de estética realizadas en España, que es líder en Europa y el cuarto país del mundo en este tipo de operaciones, por detrás de Estados Unidos, Brasil y Argentina.
Obsesión por el cuerpo ‘10’
“Desde los años ochenta del siglo pasado, los medios han fijado su atención en unos personajes cuyo único valor es tener un cuerpo perfecto, algo tan irreal como infrecuente. Y eso ha calado especialmente entre los más jóvenes”, afirma la psicóloga Rosa Calvo.
La presión social, del grupo y de la moda estarían, pues, en el origen de esa obsesión de los adolescentes por lucir un cuerpo 10, por imitar la nariz o los labios de su actriz preferida, o por lucir el mismo escote que la cantante de moda.
“El problema es que el desarrollo corporal no se ha completado a esas edades ni existe estabilidad emocional”, dos características inherentes a la adolescencia, apunta el doctor Porcuna.
“A 15, 16, 17 años, incluso antes, no debe operarse una nariz o las mamas si no es por un problema fisiológico importante. El organismo está todavía en pleno desarrollo y podría tener consecuencias graves en el futuro. Nunca, jamás a esas edades, debe entrar una chica en un quirófano por capricho”, advierte el presidente de SECPRE.
Porcuna apela a la responsabilidad, a la ética, de sus compañeros de profesión: “Nuestro código deontológico nos obliga a no hacer daño”, recuerda.
Asimismo, denuncia el intrusismo, unido a la falta de escrúpulos, de algunos que sólo piensan en “hacer caja”, y la ausencia de una normativa legal que regule las operaciones en adolescentes.
“Responsabilidad de los padres”
También hace mención a la responsabilidad de los padres, que son quienes pagan el “capricho” de sus hijas. “Deben entender que una cirugía siempre conlleva riesgos. Que no puede ser un regalo de Navidad o cumpleaños, o por un aprobado. No es lo mismo que regalar un coche o una moto”, añade el doctor Porcuna.
Esta nueva “adicción” de los jóvenes por la cirugía estética “debe preocuparnos”, agrega el doctor Víctor García Giménez, presidente de la Sociedad Española de Medicina y Cirugía Cosmética, y recuerda que todo médico, antes de operar, debe evaluar la madurez física y mental del paciente.
“La inmensa mayoría -continúa el presidente de la SEMCC- sabemos lo que sí y lo que no se puede hacer” cuando llega un joven a la consulta. “Es un tema de ética, de deontología, de ciencia”, insiste.
En su intento por hallar una explicación a tan preocupante banalización de la cirugía estética entre los más jóvenes, la psicóloga Rosa Calvo habla de su obsesión por tener un cuerpo perfecto unido al deseo de exagerar su identidad sexual.
“Cuando se miran al espejo, las adolescentes quieren ver reflejada una imagen exagerada de su condición de mujer. De ahí que sueñen con tener unos pechos más grandes”, asegura.
En una etapa de la vida tan vulnerable como es la adolescencia, “y de tantas inseguridades”, los chicos y chicas, explica la psicóloga, buscan la admiración de los demás y la identidad en lo corporal. “La inseguridad se focaliza sobre todo en la imagen”, comenta.
Rosa Calvo se refiere además a la ausencia de límites en la que son educados los jóvenes de hoy. “Desconocen, porque no se lo enseñamos, que no es positivo que se cumplan todos los deseos, ni los propios ni los ajenos, que las frustraciones ayudan a madurar, o que el valor de un ser humano no está en su cuerpo. Mucho menos en unos implantes de mama. Estamos obligados a enseñarles que no somos un trozo de carne”, concluye la psicóloga.
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