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sábado, 21 de junio de 2025

Homilía del evangelio del domingo: Recibir la Sagrada Comunión es acoger a Jesús en nuestra casa para que tome plena posesión de ella, es abrazarlo con el deseo de estrechar la comunión con Él / Por P. José María Prats

* «De hecho, la conciencia del don que supone la Sagrada Comunión y el deseo de recibirla más dignamente deberían impulsarnos a acudir con frecuencia al sacramento de la reconciliación. Este amor a Jesús que se entrega y viene a habitar en nosotros debe manifestarse también en nuestras actitudes antes, durante y después de comulgar, centrando nuestra atención en la grandeza de lo que estamos viviendo, recibiendo con gran respeto y delicadeza la Sagrada Comunión y dando gracias de todo corazón por el don que se nos concede»


Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo - C

Génesis 14, 18-20 /  Salmo 109 / 1 Corintios 11, 23-26 / San Lucas 9, 11b-17 

P. José María Prats / Camino Católico.-   El tiempo ordinario que hemos iniciado tras la solemnidad de Pentecostés representa el tiempo presente, el tiempo en que la Iglesia avanza hacia la consumación del mundo guiada y sostenida por el Señor resucitado e impulsada por el Espíritu Santo.

En la celebración de hoy contemplamos y adoramos el misterio del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo con que el Señor resucitado comunica su vida a su pueblo y lo sostiene y fortalece. De hecho, el milagro de la multiplicación del pan y los peces que nos presenta el evangelio de hoy se ha interpretado siempre como una figura de la eucaristía. Los doce cestos llenados con las sobras de esa comida están destinados a las doce tribus de Israel: son el alimento espiritual del pueblo de Dios.

Sí, el Señor resucitado nos alimenta con su Cuerpo y con su Sangre, pero este don inefable sólo puede producir fruto en nosotros si lo acogemos debidamente. Conviene, por ello, recordar cómo debe recibirse la Sagrada Comunión.

En primer lugar hemos de tomar conciencia de lo que vamos a recibir: al mismo Jesucristo vivo y latente bajo las especies del pan y del vino. Es imposible penetrar todo el alcance de este misterio de amor, pero podemos, al menos, sumergirnos y dejarnos empapar por él a través de la adoración eucarística, que enciende en nosotros el deseo ferviente de corresponder a este amor incomparable.

Recibir la Sagrada Comunión es acoger a Jesús en nuestra casa para que tome plena posesión de ella, es abrazarlo con el deseo de estrechar la comunión con Él. Por ello no podemos recibirla si esta comunión se ha roto por un pecado grave o si nuestra vida no se ajusta a sus mandamientos como en el caso de quienes conviven maritalmente sin estar casados ante Dios. Recibirla en estas condiciones sería una contradicción, una mentira, una hipocresía; como la de quien abraza a un amigo a quien antes ha traicionado. San Pablo nos lo advierte con palabras muy severas: «Quien coma del pan y beba del cáliz del Señor indignamente, es reo del cuerpo y de la sangre del Señor. Así pues, que cada cual se examine, y que entonces coma así del pan y beba del cáliz. Porque quien come y bebe sin discernir el cuerpo come y bebe su condenación» (1 Co 11,27-29). De hecho, la conciencia del don que supone la Sagrada Comunión y el deseo de recibirla más dignamente deberían impulsarnos a acudir con frecuencia al sacramento de la reconciliación.

Finalmente, este amor a Jesús que se entrega y viene a habitar en nosotros debe manifestarse también en nuestras actitudes antes, durante y después de comulgar, centrando nuestra atención en la grandeza de lo que estamos viviendo, recibiendo con gran respeto y delicadeza la Sagrada Comunión y dando gracias de todo corazón por el don que se nos concede. ¡Alabado sea el Santísimo Sacramento!

P. José María Prats

 

Evangelio

En aquel tiempo, Jesús les hablaba acerca del Reino de Dios, y curaba a los que tenían necesidad de ser curados. Pero el día había comenzado a declinar, y acercándose los Doce, le dijeron: 

«Despide a la gente para que vayan a los pueblos y aldeas del contorno y busquen alojamiento y comida, porque aquí estamos en un lugar deshabitado». 

Él les dijo: 

«Dadles vosotros de comer». 

Pero ellos respondieron: 

«No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta gente».

Pues había como cinco mil hombres. Él dijo a sus discípulos: 

«Haced que se acomoden por grupos de unos cincuenta». 

Hicieron acomodarse a todos. Tomó entonces los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, pronunció sobre ellos la bendición y los partió, y los iba dando a los discípulos para que los fueran sirviendo a la gente. Comieron todos hasta saciarse. Se recogieron los trozos que les habían sobrado: doce canastos.

San Lucas 9, 11b-17

Palabra de Vida 21/6/2025: «No os agobiéis por el mañana» / Por P. Jesús Higueras

Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 21 de junio de 2025, sábado de la 11ª semana de Tiempo Ordinario, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.

Evangelio: San Mateo 6, 24-34:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Nadie puede servir a dos señores. Porque despreciará a uno y amará al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.

Por eso os digo: No estéis agobiados por vuestra vida pensando qué vais a comer, ni por vuestro cuerpo pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos?

¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida?

¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues, si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se arroja al horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados, pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los paganos se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso.

Buscad sobre todo el reino de Dios y su justicia; y todo esto se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le basta su desgracia».

viernes, 20 de junio de 2025

Palabra de Vida 20/6/2025: «Donde está tu tesoro, allí estará tu corazón» / Por P. Jesús Higueras

Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 20 de junio de 2025, viernes de la 11ª semana de Tiempo Ordinario, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.

Evangelio: San Mateo 6, 19-23:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«No atesoréis para vosotros tesoros en la tierra, donde la polilla y la carcoma los roen, donde los ladrones abren boquetes y los roban. Atesorad tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni carcoma que se los roen, ni ladrones que abran boquetes y roban. Porque donde está tu tesoro allí estará tu corazón.

La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, tu cuerpo entero tendrá luz; si tu ojo está enfermo, tu cuerpo entero estará a oscuras. Si, pues, la luz que hay en ti está oscura, ¡cuánta será la oscuridad!».

jueves, 19 de junio de 2025

Palabra de Vida 19/6/2025: «Vosotros orad así» / Por P. Jesús Higueras

Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 19 de junio de 2025, jueves de la 11ª semana de Tiempo Ordinario, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.

Evangelio: San Mateo 6, 7-15:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros orad así:

“Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos han ofenden, no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal”.

Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre celestial, pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas».

miércoles, 18 de junio de 2025

Palabra de Vida 18/6/2025: «Dios ama al que da con alegría» / Por P. Jesús Higueras

Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 18 de junio de 2025, miércoles de la 11ª semana de Tiempo Ordinario, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.

Evangelio: San Mateo 6, 1-6.16-18:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad os digo que ya han recibido su recompensa.

Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vean los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa.

Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará.

Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya han recibido su paga.

Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará».

martes, 17 de junio de 2025

Palabra de Vida 17/6/2025: «Si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis?» / Por P. Jesús Higueras

Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 17 de junio de 2025, martes de la 11ª semana de Tiempo Ordinario, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.

Evangelio: San Mateo 5, 43-48:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”. Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.

Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».

lunes, 16 de junio de 2025

Palabra de Vida 16/6/2025: «Yo os digo que no hagáis frente al que os agravia» / Por P. Jesús Higueras

Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 16 de junio de 2025, lunes de la 11ª semana de Tiempo Ordinario, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.

Evangelio: San Mateo 5, 38-42:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo, diente por diente”. Pero os digo: no hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el manto; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas».

domingo, 15 de junio de 2025

Palabra de Vida 15/6/2025: «Todo lo que tiene el Padre es mío» / Por P. Jesús Higueras

Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 15 de junio de 2025, domingo de la 11ª semana de Tiempo Ordinario, solemnidad de la Santísima Trinidad, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.

Evangelio: San Juan 16, 12-15:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

– «Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues no hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir.

Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que recibirá y tomará de lo mío y os lo anunciará».

Homilía del evangelio del domingo: Contemplamos el misterio del Dios Uno y Trino: Dejémonos inundar por esta fuente de amor inagotable / Por P. José María Prats


* «Sí, Dios en verdad era uno y único, como decían las antiguas Escrituras, pero ahora los discípulos descubrían maravillados que este único Dios tenía una vida interna desbordante, que todo en Él era acción, dinamismo y amor que se comunica. El único Dios era una comunión de tres personas –el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo– en la que cada una no vivía para sí misma sino entregada por completo a las demás»


Santísima Trinidad - C

Proverbios 8, 22-31  /  Salmo 8  /  Romanos 5, 1-5  / San Juan 16, 12-15

P. José María Prats / Camino Católico.-  En esta solemnidad de la Santísima Trinidad, contemplamos y adoramos el misterio de Dios que se nos ha revelado en la vida, muerte y resurrección de Jesucristo y en el don del Espíritu Santo. Y es que la concepción cristiana de Dios no procede de especulaciones filosóficas sino de una experiencia poderosísima vivida por los discípulos de Jesús.

El judaísmo de la época romana mantenía celosamente su identidad frente a las religiones politeístas de su entorno subrayando la unidad y unicidad de Dios hasta el punto de hacer del Shemá su oración más sagrada: «Escucha, Israel, el Señor es nuestro Dios, el Señor es uno» (Dt 6,4). En este contexto teológico, especular sobre desarrollos en la unidad de Dios era sencillamente impensable. Pero el vino nuevo que irrumpió en la vida de los discípulos de Jesús fue tan poderoso que rompió los viejos odres del judaísmo. Hasta Tomás, el más escéptico de los apóstoles, tuvo que arrodillarse ante Jesucristo resucitado y decir: «Señor mío y Dios mío» (Jn 20,28). Y la experiencia de Pentecostés por la que empezaron a sentir una presencia viva en su interior que les revelaba las profundidades de los misterios de Dios, oraba al Padre con gemidos inefables y los capacitaba para vivir de una forma nueva era demasiado intensa y compartida como para negar que Dios mismo estaba habitando en sus corazones por el don del Espíritu Santo.

Sí, Dios en verdad era uno y único, como decían las antiguas Escrituras, pero ahora los discípulos descubrían maravillados que este único Dios tenía una vida interna desbordante, que todo en Él era acción, dinamismo y amor que se comunica. El único Dios era una comunión de tres personas –el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo– en la que cada una no vivía para sí misma sino entregada por completo a las demás. El Padre se entregaba eternamente al Hijo (lo habían escuchado en el Jordán: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco»). El Hijo acogía eternamente este don del Padre y respondía a Él con la entrega total de sí mismo (el mismo Jesús se lo había dicho: «Mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado»). Y el Espíritu Santo era el mismo Amor que unía eternamente al Padre y al Hijo, pues los creyentes, al recibir este Espíritu, habían, por fin, «conocido el amor».

Por ello, San Juan, el Teólogo, el que recostado en el pecho del Señor contempló los grandes misterios de Dios, hace la afirmación más importante de la Escritura: «Dios es Amor y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él» (1 Jn 4,16). Dios, pues, no sólo ama a los seres que ha creado, sino que en su misma esencia es amor. 

Como los discípulos de Jesús, acabamos de revivir en la liturgia de la Iglesia la muerte y resurrección del Señor y la venida del Espíritu Santo. Y, por ello, en la fiesta de hoy contemplamos el misterio del Dios Uno y Trino que se nos ha manifestado a través de estos hechos. Dejémonos inundar por esta fuente de amor inagotable para poder decir con todo el corazón en la asamblea de los ángeles y los santos: «Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo».

P. José María Prats

 

Evangelio

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: 

«Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello. Cuando venga Él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir. Él me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho: ‘Recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros’».

San Juan 16, 12-15

sábado, 14 de junio de 2025

Palabra de Vida 14/6/2025: «Yo os digo que no juréis en absoluto» / Por P. Jesús Higueras

Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 14 de junio de 2025, sábado de la 10ª semana de Tiempo Ordinario, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.

Evangelio: San Mateo 5, 33-37:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Habéis oído que se dijo a los antiguos: «No jurarás en falso» y «Cumplirás tus juramentos al Señor».

Pues yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo cabello. Que vuestro hablar sea sí, sí, no, no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno».

viernes, 13 de junio de 2025

Palabra de Vida 13/6/2025: «Todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio» / Por P. Jesús Higueras



Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 13 de junio de 2025, viernes de la 10ª semana de Tiempo Ordinario, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.



Evangelio: San Mateo 5, 27-32:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Habéis oído el mandamiento «no cometerás adulterio».

Pero yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.

Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en la “gehenna”.

Si tu mano derecha te induce a pecar, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero “gehenna”.

Se dijo: «El que repudie a su mujer, que le dé acta de repudio» Pero yo os digo que si uno repudia a su mujer – no hablo de unión ilegítima – la induce a cometer adulterio, y el que se casa con la repudiada comete adulterio».

jueves, 12 de junio de 2025

Palabra de Vida 12/6/2025: «Por ellos me santifico a mí mismo, para que sean santificados en la verdad» / Por P. Jesús Higueras

Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 12 de junio de 2025, jueves de la 10ª semana de Tiempo Ordinario, Jesucristo, sumo y eterno sacerdote, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.

Evangelio: San Juan 17, 1-2.9. 14-26:

En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, dijo:

«Padre, ha llegado la hora, glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti y, por el poder que tú has dado sobre toda la carne, dé la vida eterna a todos los que le ha dado.

Te ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por estos que tú me diste, porque son tuyos.

Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del maligno. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

Santifícalos en la verdad: tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así yo los envío también al mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.

No solo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.

Yo le he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno; yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí.

Padre, este es mi deseo: que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo.

Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste. Les de dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos, y yo en ellos».