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jueves, 26 de marzo de 2009

Joaquín Manuel Montero, segundo teniente de alcalde de Paradas, Sevilla
“Los que militamos en la izquierda debemos gritar ’sí a la vida’”
Actúa "en conciencia" aunque sabe que su postura es incómoda para el partido
26 de marzo de 2009.-Joaquín Manuel Montero ha firmado la Declaración de Madrid sobre el aborto y se ha adherido a la campaña de la Semana por la Vida, promovida entre otros, por Derecho a Vivir, que culminará el domingo 29 de marzo con la marcha por la vida que partirá del ministerio de Igualdad. En esta entrevista explica el porqué de su postura:

(Alba / Sonsoles Calavera)

-¿Cómo ha contactado con las iniciativas de Derecho a Vivir? ¿Conoce a alguno de sus miembros?

-Personalmente, no conozco a nadie. Encontré la campaña a través de Internet, por casualidad. Sigo por la red al detalle las movilizaciones, la firma de manifiestos, la campaña de la semana por la vida, etc.

-¿Qué le parece la reforma del aborto tal como se está planteando?

-Me produce desesperanza, porque precisamente quienes militamos en la izquierda debemos defender públicamente el sí a la vida, principalmente la de los más necesitados, indefensos y débiles, como el no nacido, pero sí concebido. Debemos gritar en la calle, en general, por la defensa de la vida, en todas sus etapas, hasta la finalización de la misma. Pero también debemos defender la vida de los inmigrantes que mueren en pateras al cruzar el estrecho, la de los que mueren por enfermedad evitable o por hambre en los países empobrecidos. La izquierda siempre ha estado al lado de los débiles, denunciando las injusticias. Y ¿quién hay más débil que el no nacido, que no tiene siquiera el derecho de la palabra o del voto?

-¿Por qué cree que hay que defender la vida desde la concepción hasta la muerte natural?

-En una sociedad cada vez más individualista y consumista, guidada por los parámetros de productividad y eficiencia, ’sobran’ los débiles, los discapacitados, los ancianos, los no nacidos cuyas madres deben estar trabajando en perfectas condiciones físicas y mentales en sus puestos de trabajo. Todos ellos no tienen cabida en nuestra sociedad. Por ello es una simple cuestión de convicciones por la que tengo el deber de hacer una defensa de la vida como militante de la izquierda.

-¿Se siente defraudado porque su partido promueva esta reforma que deja desprotegido al no nacido?

-Sí, y además lo veo como una profunda contradicción. No se están afrontando las causas reales del problema, las que hacen que el número de abortos se haya más que duplicado en España en los últimos 10 años.

-¿Qué le parece cómo se está llevando a cabo la reforma?

-La impresión que tengo es que el rumbo ya se tiene marcado desde el último congreso federal del partido y la comisión de expertos realmente ha servido para insuflar artificialmente un aire de cientificidad, consenso y representatividad de la sociedad.

-La voz de la ciencia es de las que menos se está escuchando en este debate, más político e ideológico. ¿Qué papel debería jugar?

-La Declaración de Madrid es un acierto en ese sentido. No es un tema de convicciones ideológicas ni de abstracciones metafísicas. La ciencia reconoce que desde que el óvulo es fecundado ya se tiene todo el aporte genético necesario para culminar todo el proceso de desarrollo biológico molecular y celular. Es un contrasentido estipular un momento a partir del cual la persona concebida tiene derecho a vivir, y hasta el cual no lo tiene. Es una profunda contradicción. El manifiesto, con la firma de los científicos que lo avalan, es un apoyo más que explícito, en ese sentido.

-¿Qué opina de la manifestaciones que se están preparando?

-Son importantísimas para hacer oír el clamor popular, la verdadera opinión de la sociedad sobre este tema. Yo iré con mi familia a la concentración que habrá en Sevilla el día 27 a las 19 horas en Plaza Nueva. La sociedad tiene que organizarse para reclamar la parcela de decisión que le corresponde.

-¿Cómo se puede parar esta ofensiva a la vida?

-Los políticos no podemos estar al margen de la opinión pública y prestar atención una vez cada cuatro años. De la información que se puede ir recopilando en la calle y en los medios de información, sobre todo en los electrónicos, donde hay más pluralidad, no puede deducirse que haya una amplia demanda social para la modificación de la actual ley del aborto, de la que además estoy en contra. La legislación vigente tiene lagunas legales que se quieren solventar con la futura ley de plazos, que complicará aún más el problema de fondo, que no es otro que el incremento del número de abortos. Es fundamental elaborar medidas eficaces que vayan a la raíz del problema. Ni que decir tiene que plantear el aborto como anticonceptivo, es una aberración.

-¿Qué le parece que se hable del aborto como derecho?

-Ninguna persona es dueña de otra. La esclavitud ya fue abolida hace mucho tiempo. No es momento de hablar de la madre que concibe a un hijo como propietaria de la vida de éste. Me produce una profunda tristeza oír esa afirmación en personas que se dicen de izquierdas. No consigo entender sus argumentaciones.

-¿Se puede conseguir algo desde los partidos?

-Tanto el Partido Popular, que ha sido cómplice de la situación actual y que aprobó el uso de la píldora abortiva Ru-486, como el Partido Socialista con la propuesta de reforma, no están dando respuesta para solucionar las verdaderas causas del problema. Tampoco hay un discurso firme en el resto de partidos del arco parlamentario español.

-¿Dentro de su partido hay sensibilidades como la suya?

-No conozco grupo alguno dentro del partido que esté en contra de la previsible norma. Tarde o temprano, espero que salgan voces que den un paso adelante y se opongan porque no quieran ser cómplices de esta situación. En definitiva, la historia es la que juzgará nuestros actos.

-Cómo augura su futuro dentro del partido, después de mantener esta postura tan coherente.

-Cuando inicié mi compromiso con el Partido Socialista lo hice como servicio a la sociedad de la que tanto recibimos. Intenté aprender de viejos socialistas el valor de las palabras justicia y solidaridad y trato de tenerlo presente con dignidad. Entiendo que esta no es una postura cómoda dentro del partido, pero la conciencia personal, y colectiva, deben estar por encima de las aspiraciones en política.

2 comentarios:

  1. Las declaracions de Montero me parecen valientes y llenas de sentido común.
    Adelante hacia una sociedad solidaria y defensora de la vida, especialmente las de los más débiles.

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