El cantautor cuenta como el Señor le sanó importantes heridas de la vida y de desamor, el 9 de febrero de 1990, cuando le inspiró la canción ante el público:
"Hoy, cuando cuento esto, digo que Dios me gritaba: “Diles cuánto los amo”, “¡diles cuánto les amo!” (de hecho lo plasmo en un “dile a mi pueblo cuánto lo amo”), aunque ahora que lo escribo, veo que era simplemente Dios derrotándome con su amor, acercándose y con su voz y su Espíritu dándome el abrazo que había visto delante de mí, y que sanaba en mí y entre Él y yo muchas cosas"
20 de febrero de 2010.-Me he tardado en escribir sobre esta canción pues sé que se trata de una de las más queridas por todos, además de ser simplemente la abanderada de mi trabajo y quería encontrar el tiempo del bueno para hacerlo. Como suele suceder, se me ha acabado el tiempo, dejo de esperarlo y procedo a tomarlo, así que entro en materia y me dispongo pero con igual cariño a escribirlos. Muchísima gente me ha preguntado de mil maneras cómo fue que la compuse, en qué momento de levitación espiritual estaba cuando la recibí, etc. Y es que los frutos de Dios a través de ella han sido tantos que por supuesto algunos llegan a imaginar que el autor, o el medio (en este caso yo) sea un santo compañero de celda de San Benito, y nada más lejos de la verdad. No es mi intención desmitificar la canción, por el contrario se trata de aseverar el hecho de que Dios ha puesto su tesoro en vasos de barro como éste que les escribe. Les cuento cómo fue y que lo disfruten. Leer más y ver vídeo...
sábado, 20 de febrero de 2010
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