* «“Construyamos armas, así la economía se equilibra un poco, y vamos adelante con nuestro interés”. Hay una palabra fea del Señor: “¡Malditos!”. Porque Él ha dicho: “¡Bienaventurados los constructores de paz!”. Estos que trabajan por la guerra, que hacen las guerras, son malditos, son delincuentes. Una guerra se puede justificar – entre comillas – con tantas, tantas razones. Pero cuando todo el mundo, como sucede hoy, está en guerra, ¡todo el mundo!: es una guerra mundial – a pedazos: aquí, allá, allá, por doquier… no hay justificación. Y Dios llora. Jesús llora»
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