* «Dios lo perdona todo, pero es necesario reparar, es necesario postrarse. Dice la Palabra de Dios que un corazón humilde, contrito y humillado, el Señor lo reconoce y lo ama. La reparación por amor a Dios apela a la justicia divina. Mi esperanza es creer que mis bebés (los cuatro que abortó) están en un lugar muy cerca de Dios»
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