* «Me parecía que la Virgen está allí presente y empecé a sentir de manera infusa una necesidad de conocer de Dios y de amar a la iglesia. La experiencia con la Virgen cambió mi vida… El año pasado (2018) la madre Anne-Françoise me autorizó por escrito para que yo pudiera ir con la bendición del Carmelo en los lugares donde los obispos me invitaran a hablar sobre Santa Mariam o llevar sus reliquias»
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