Elige tu idioma

Síguenos en el canal de Camino Católico en WhatsApp para no perderte nada pinchando en la imagen:

Mostrando entradas con la etiqueta San Ignacio de Antioquía. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta San Ignacio de Antioquía. Mostrar todas las entradas

jueves, 17 de octubre de 2024

Oraciones a San Ignacio de Antioquía para pedir fe inquebrantable, valentía para proclamar el evangelio y la protección constante de Dios

Camino Católico.-  Cada 17 de octubre, la Iglesia Católica celebra a San Ignacio de Antioquía (35-ca.107), Padre de la Iglesia y discípulo de los apóstoles San Pablo y San Juan, por lo que ostenta también el título de “Padre Apostólico”.

A San Ignacio de Antioquía se le atribuye haber introducido la designación “católica” para referirse a la Iglesia fundada por Jesucristo. En una de sus cartas pastorales más conocidas, escribe: "Donde está Jesucristo, allí está la Iglesia católica".

El adjetivo femenino “católica” proviene del término griego “katholikós”, que quiere decir “universal”. En otras palabras, la pretensión de Ignacio fue explicitar lo que a todas luces se vivía entre los miembros de la “ekklesia”, la comunidad fundada por Cristo: su carácter “universal” o “para todos”, donde no hay lugar para la exclusión, a la que todos están invitados si desean ser como Jesús.

Todos están llamados a formar parte de ella -una auténtica novedad para la época-: hombres y mujeres, judíos y gentiles, ricos y pobres, poderosos y débiles, libres y esclavos. Es decir, gente de cualquier origen y condición. Para ser parte de la Iglesia bastaba querer seguir los pasos de Cristo, quien pasó por el mundo haciendo bien, liberando al hombre del pecado y la muerte.

Con el término “católica” también se quiere indicar que en la Iglesia subsiste la plenitud del Cuerpo de Cristo unido a su Cabeza, Dios hecho hombre, lo que supone al mismo tiempo que ella recibe de Él "la plenitud de los medios de salvación". Por último, es "católica" porque ha sido enviada a predicar la Buena Nueva a todo el género humano, hasta los confines del mundo.

Ignacio nació en Siria, probablemente en el año 35, y murió ejecutado en Roma, capital del imperio, posiblemente entre los años 107 y 110. San Ignacio de Antioquía fue discípulo directo de San Pablo y San Juan. 

Segundo sucesor de Pedro en el gobierno de la Iglesia de Antioquía o sea fue el tercer obispo de Antioquía (70-107 d.C.), ciudad ubicada en la actual Turquía y, aunque no abundan los detalles sobre su vida antes de ejercer su cargo episcopal, se sabe con certeza de su entrega servicial por quienes se reconocían como cristianos -de acuerdo a los Hechos de los apóstoles (Hch 11, 26) fue en Antioquía donde se empezó a emplear el vocablo “cristiano” o “cristiana” como sinónimos de seguidores de Cristo.

Antioquía, la comunidad cristiana que Dios le encomendó a Ignacio, era una de las más numerosas y sólidas de aquellos tiempos. Solía llamársele la “madre de las iglesias de la gentilidad”; expresión cuyo significado Ignacio comprendió muy bien y que lo condujo a velar no solo por su sede sino por todo seguidor de Jesucristo.

En tiempos del emperador romano Trajano, San Ignacio fue apresado y trasladado a Roma para ser ejecutado allí, debido a su condición de ciudadano romano. De camino a su martirio, Ignacio fue redactando una serie de cartas dirigidas a las diferentes iglesias cristianas, con ánimo de orientarlas y fortalecer su unidad en Cristo.

Al empezar cada epístola, al lado de su nombre, escribe “Teóforo”, que en griego quiere decir “portador de Dios”, como indicación de la manera cómo entendía su propia misión. En una de esas cartas se describe como "un hombre al que ha sido encomendada la tarea de la unidad". El Papa Benedicto XVI lo llamó, por eso, “el Doctor de la Unidad”.

Finalmente, en la epístola dirigida a los cristianos de Trales, refuerza bellamente lo expresado anteriormente: “Amaos unos a otros con corazón indiviso. Mi espíritu se ofrece en sacrificio por vosotros, no sólo ahora, sino también cuando logre alcanzar a Dios... Quiera el Señor que en Él os encontréis sin mancha”.

De acuerdo a la tradición, San Ignacio de Antioquía murió devorado por las fieras hacia el año 107, junto a muchos otros cristianos, en la ciudad de Roma, poco después de haber concluído su traslado desde oriente.

La iconografía recoge el momento del martirio y hace aparecer al santo generalmente al lado de dos leones, que en muchas imágenes, aparecen mordiéndolo: “Para ser trigo de Dios, molido por los dientes de las fieras y convertido en pan puro de Cristo”. (Ignacio de Antioquía, Ad Rom. 4, 1).

Oración para pedir fe inquebrantable y valentía para proclamar el evangelio

San Ignacio de Antioquía, pastor Valiente y testigo fiel de Cristo te pedimos que intercedas por nosotros para que nuestra fe sea inquebrantable Incluso en medio de las pruebas y dificultades.

Danos el coraje de proclamar el evangelio con la misma fuerza y convicción con que tú entregaste tu vida por Cristo.

Que bajo tu guía sepamos defender la verdad y la unidad de la iglesia siendo testigos del amor de Dios en el mundo.

San Ignacio ruega por nosotros para que podamos alcanzar la corona de la vida eterna fieles hasta el final en Nuestro camino de fe.

Amén.

Oración para pedir la protección constante de Dios

Dios todopoderoso y eterno,

tú has querido que el testimonio de

tus mártires glorificara a toda la Iglesia,

cuerpo de Cristo; concédenos que,

así como el martirio que ahora conmemoramos

fue para san Ignacio de Antioquía causa de gloria eterna,

nos merezca también a nosotros tu protección constante.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive

y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo

y es Dios por los siglos de los siglos.

Amén.