* «Dios no se cansa de amar, y alguien me puede decir pero si yo caigo en las peores cosas ¿Dios me ama?, y si yo soy un traidor, un pecador, que termino mal, en la droga, en tantas cosas ¿Dios me ama? ¡Dios te ama! Dios ama siempre, no puede dejar de amar. Dios ama siempre y en todas partes, mira tu vida y la ve muy buena (cf. Gn 1,31). Nunca se arrepiente de nosotros. Si nos ponemos delante del espejo quizá no nos vemos como quisiéramos, porque corremos el riesgo de centrarnos en lo que no nos gusta. Pero si nos ponemos ante Dios la perspectiva cambia. No podemos más que asombrarnos de que somos para Él, a pesar de todas nuestras debilidades y nuestros pecados, hijos amados desde siempre y para siempre. Entonces, más que comenzar la jornada frente al espejo, ¿por qué no abres la ventana de tu habitación y te detienes en todo lo hermoso que ves? Sobre todo lo hermoso que hay, sal de ti mismo. Queridos jóvenes, miren, que nuestros ojos contemplen la creación es hermosa, a los ojos de Dios cada uno de ustedes es infinitamente hermoso. Él, dice la Escritura, “ha hecho de nosotros maravillas admirables” (cf. Sal 139,14). Cada uno de nosotros para Dios es una maravilla estupenda. Deja que este asombro te invada. Déjate amar por quien siempre cree en ti, por quien te ama más de cuanto tú mismo puedas llegar a amarte. No es fácil esto, no es fácil llegar a la profundidad del amor, pero es así, basta dejarse mirar por la mirada de Dios. Y cuando estén decepcionados por algo que hayan hecho, hay otro asombro que no tienen que dejar escapar: el asombro del perdón. Y en esto quiero ser muy claro, Dios perdona siempre, somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón, Él perdona siempre»
Vídeo completo del discurso del Papa de la transmisión en directo de Vatican News traducido al español con las palabras del Papa
* «¡Qué contento está cuando nos abrimos a Él! Así se conoce a Dios. Porque para conocerlo no basta tener ideas claras sobre Él: se necesita ir hacia Él con la vida. Tal vez este sea el motivo por el que tantos lo ignoran, porque sólo sienten predicaciones y discursos. En cambio, Jesús se transmite a través de rostros y de personas concretas. Hagan la prueba de releer los Hechos de los Apóstoles y verán cuántas personas, rostros y encuentros; así conocieron a Jesús nuestros padres en la fe. Dios no nos da un catecismo en la mano, sino que se hace presente por medio de las historias de las personas. Pasa a través de nosotros. Dios no nos da en la mano un libro para aprender cosas, Dios se hace entender en la cercanía, acompañándonos en el camino de la vida conocer a Jesús es el núcleo de nuestra fe»