Por Noemí Cotto (Tengoseddeti.org)
28 de abril de 2010.- Desde que era muy pequeña, al menos desde cuando tengo recuerdo, mi madre siempre me enseñó que Dios es amor. Un amor perfecto, un amor puro, un amor que todo lo perdona… y mi madre me enseño que a Dios lo que más le interesaba era la salvación de sus hijos. Por eso vino Jesús al mundo, ¡para salvarnos!
Mi madre siempre tenía una Biblia al lado de su cama, y siempre estaba abierta en el Capítulo 13 de la Primera Carta de San Pablo a los Corintios. Leer más...
miércoles, 28 de abril de 2010
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