17 de mayo de 2011.- Tiene veintitrés años y lleva seis años en un convento de clausura. La hermana Adriana es una joven madrileña que salía de fiesta, se divertía con sus amigos haciendo ‘botellón’, bailando, bebiendo, fumando… hasta que sintió en su interior “un vacío muy grande” y descubrió que “toda su vida era algo precioso a los ojos de Dios”. Su historia aparece junto a otras nueve en el libro “¿Qué hace una chica como tú en un sitio como éste?”, escrito por Jesús García y que acaba de publicar ‘Libroslibres’, donde las diez religiosas dan testimonio de su vocación. Según el propio autor Jesús García “lo que te atrapa, más que sus vidas, es lo que cuentan que Dios ha hecho en sus vidas. Qué ha pasado en la vida de una chica, de una mujer joven, para dejarlo todo, para renunciar a todo, y vivir bajo una Regla de vida consagrada, haciendo votos de castidad y pobreza”.
Adriana estudió en el colegio Montealto de Madrid. Sus padres son buenos cristianos, “de misa y rosario diarios”, y llevaron a sus cinco hijos a “colegios cristianos, donde se nos diese una buena formación”. Recuerda que su padre “nos bendecía cuando nos íbamos a dormir haciéndonos la señal de la cruz en la frente”. Con catorce años se planteó qué quería Dios de ella. Conocía el Opus Dei y pensó que ese podría ser su camino. Pero una amiga suya mayor le aconsejó que esperase y rezase. Y le dijo: “Dios contigo, o todo o nada”. Con esa edad, fue con su padre y un sacerdote a conocer el convento carmelita de san José, en Ávila, que le gustó, aunque inmediatamente empezó a distanciarse de Dios y a sumergirse en el mundo de la diversión juvenil. Leer más...
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