1 de mayo de 2011.- Las escenas que nos narra el evangelista san Juan se pueden perfectamente trasladar a nuestra situación. Me refiero, por ejemplo, al día en que se reúnen los apóstoles, el primero de la semana. Se trata del mismo día en que nos reunimos los cristianos, semana a semana, para celebrar juntos, en el Día del Señor, la resurrección de Jesucristo. El Resucitado, además, se aparece con el mismo ritmo con que nosotros nos reunimos en su nombre para celebrar la Eucaristía dominical: cada ocho días. En efecto, también nosotros reconocemos cada domingo la presencia del Resucitado que nos ofrece su alegría y su paz y nos da el Espíritu Santo, que renueva a la Iglesia con el perdón de los pecados. Leer más...
Interioriza el Evangelio del domingo en vídeo
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