24 de junio de 2011.- Un joven era el favorito para ganar la carrera de 400 metros en los Juegos Olímpicos de Verano en Barcelona 1992. Había entrenado todo su vida para este momento. Sin embargo, la desilusión se produjo a 250 metros de la meta final. Mientras corría a toda velocidad de repente se lastimó el tendón de la corva y se desplomó a la pista con mucho dolor. La carrera parece acabada. Como camilleros se dirigían hacia él, sabía que tenía que decidir. Así que a pesar del dolor, logró ponerse de pie y comenzó a cojear por la pista.... |
viernes, 24 de junio de 2011
Correr la carrera de la fe
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