30 de junio de 2011.- «Antes de venir aquí, iba a misa sólo en Navidad y en Pascua. Llegué a Medjugorje solo, un mes después de los atentados a las Torres Gemelas, en el 2001, un evento que me había afectado. Para mí fue como volver a casa, reencontrarme conmigo mismo y con la verdadera paz. Esa primera vez, cuando llegó el momento de regresar, estaba aterrorizado, temía que la felicidad que había experimentado desapareciera...»
Es casi mediodía y el sol calienta las piedras marrones del monte Podbrdo, la colina de las apariciones, donde hace treinta años en junio, algunos jóvenes de este pequeño pueblo perdido de Herzegovina contaron haber visto por primera vez a la «Gospa», la «Reina de la paz». Hay un hombre que recorre el sendero en subida con los pies descalzos, desgranando el rosario. Se llama Fabio Sghedoni, tiene 46 años, estácasado, tiene cuatro hijos y es uno de los titulares de Kerakoll, la empresa de Sassuolo que factura 350 millones de euros por año en ocho plantas europeas con más de mil empleados, que produce cola para azulejos y la exporta a todo el mundo. Leer más...
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