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domingo, 15 de enero de 2023

Homilía del Evangelio del Domingo: Jesús ha dado al dolor sentido y fecundidad / Por Cardenal Raniero Cantalamessa, OFM Cap.

jueves, 11 de agosto de 2011

Marta Robin, vivió 50 años postrada en cama sin comer ni beber ni dormir; sólo se alimentaba de la Eucaristía

«Tengo deseos de gritar a los que me preguntan si como, que yo como más que ellos, pues yo me alimento en la Eucaristía de la sangre y la carne de Jesús. Tengo deseos de decirles que ellos impiden en sí los efectos de este alimento. Bloquean sus efectos»
* La Ciencia nunca pudo dar una respuesta sensata a las manifestaciones que tenía esta campesina francesa

viernes, 24 de junio de 2011

Correr la carrera de la fe

24 de junio de 2011.- Un joven era el favorito para ganar la carrera de 400 metros en los Juegos Olímpicos de Verano en Barcelona 1992. Había entrenado todo su vida para este momento. Sin embargo, la desilusión se produjo a 250 metros de la meta final. Mientras corría a toda velocidad de repente se lastimó el tendón de la corva y se desplomó a la pista con mucho dolor. La carrera parece acabada. Como camilleros se dirigían hacia él, sabía que tenía que decidir. Así que a pesar del dolor, logró ponerse de pie y comenzó a cojear por la pista....

sábado, 29 de enero de 2011

Rosa Cruz ha perdido sus manos y sus piernas pero ama a Dios, a los demás y a la vida


29 de enero de 2011.- Rosa Cruz, natural de Salamanca, de 67 años, ha padecido una enfermedad y, como consecuencia, ha perdido sus manos y sus pies. No obstante ella muestra una sorprendente alegría ante la vida únicamente explicable por su fe. Rosa es consagrada del Opus Dei y ha servido a las personas con amor toda la vida realizando tareas hogareñas. Ahora su vida ha cambiado radicalmente y debe ser servida por otros para realizar muchas de las cosas.Lejos de deprimirse Rosa afronta con una alegría sorprendente cada nuevo día. El amor incondicional y fiel a Dios, a los demás y a la vida estas presentes en cada segundo de su existencia. Rosa Cruz afirma que hace mucho tiempo entregó toda su vida a Dios y que en ese acto se puso en manos del Altísimo para afrontar cualquier circunstancia que le tocara vivir con alegría y amor. Las palabras, los gestos y las imagenes de Rosa durante los casi 30 minutos de entrevista-testimnio no dejan a nadie indiferente. Ver vídeo...

viernes, 15 de octubre de 2010

Mª José Solaz, tetrapléjica, reza dos horas diarias para pedir "llevar la cruz de quienes sufren"

* Tiene 36 años, vive en la localidad valenciana de Caudete de las Fuentes y acude a su parroquia ante el Santísimo Sacramento para interceder por los demás * Sufre una ataxia desde los 9 años y escribe a Dios para agradecerle “mi bella vida” * Recibió la noticia de su enfermedad “cuando tomé la Primera Comunión” y “el último día que pude andar por mí misma fue el de mi Confirmación”, con 15 años * “Me consuela mucho pensar que Jesús, siendo Dios, quiso pasar por la cruz por amor a nosotros” * “Dios no me ha maltratado, no me arrepiento en absoluto de haber confiado en Él y ni siquiera le pido que me cure con un milagro, sino que haga siempre su voluntad en mí” 15 de octubre de 2010.- Una vecina de la localidad valenciana de Caudete de las Fuentes, María José Solaz Viana, de 36 años, afectada desde niña por una ataxia degenerativa que le produce desde hace una década una discapacidad del cien por cien reza todos los días dos horas a solas en su parroquia para pedir a Dios, entre otras cosas, “poder llevar la cruz de las personas que sufren” y en acción de gracias porque “mi vida es bella”. De ese modo, “me ofrezco al Señor” para que remitan los “males de quienes sufren y me piden que rece por ellos” o, “al menos, para que encuentren alivio”, ha explicado María José, que es natural de Caudete, donde vive con sus padres. Publicamos el testimonio en un reportaje escrito y en un vídeo donde además de Mª José hablan sus padres y el párroco del pueblo.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Los padres de la nueva beata Chiara Luce Badano explican como dió su sí a Jesús en la enfermedad


* "Advertimos enseguida que no era sólo hija nuestra. Era ante todo de Dios, y como tal teníamos que educarla, respetando su libertad”
* "Se dedicaba a las personas que tenía alrededor. En especial había una muchacha, en la otra habitación, que estaba allí para desintoxicarse de la droga. Chiara le lavaba el cabello y le hacía mucha compañía. Viéndola más cansada, le pedimos que se limitara, pero ella nos calló con un seco: “Ya tendré tiempo para descansar” * "Con el TAC supimos lo que tenía: un sarcoma óseo. En ese momento sentí que me moría. Abrazándome fuerte a Ruggero nos dijimos: “Sólo Jesús nos puede ayudar a decir nuestro sí” y le pedimos con fuerza a la Virgen que “tomara de la mano a Chiara por este nuevo camino” * "Las últimas palabras de Chiara cuando nos saludó fueron: “Adiós mamá. Sé feliz porque yo lo soy”, y su último acto de amor fue el don de las córneas a dos jóvenes" 1 de octubre de 2010.- Un partido de tenis cuando tenía 17 años fue el evento que cambió radicalmente la vida de Chiara Badano (1971 – 1990). Allí comenzó a sentir dolores muy fuertes. Era el principio de la enfermedad que meses después la llevó a la muerte. "Por ti, Jesús, ¡si tú lo quieres, yo también lo quiero!", eran las palabras que repetía durante su agonía. Chiara pertenecía al Movimiento de los Focolares, fundado en Italia por Chiara Lubich en 1943. Ha sido beatificada este pasado sábado 25 de septiembre en el santuario del Divino Amor en Roma, en una ceremonia presidida por monseñor Angelo Amato, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, en representación del Papa Benedicto XVI, y ha contado con la presencia del cardenal Ennio Antonelli y miles de personas, en su mayoría jóvenes, casi todos focolares venidos de 57 países para la primera beatificación de un miembro del movimiento que fundó Chiara Lubich. Cuando la joven Chiara Luce Badano fue proclamada beata y su retrato descubierto, una atronadora salva de aplausos de dos minutos saludó el acontecimiento mientras, entre los asistentes, dos personas recibían una peculiar atención: Teresa y Ruggiero Badano, los padres de Chiara, señalados por el privilegio especial de ver a su hija convertida ya oficialmente por la Iglesia en mediadora e intercesora entre Dios y los hombres, un caso prácticamente único en la Historia de la Iglesia. Él estaba más conmovido. Teresa, sin embargo, sonreía, fiel a las palabras con que su niña la animó antes de expirar: «Sé feliz, porque yo soy feliz». «Durante todo este camino Chiara nos enseñó a cumplir la voluntad de Dios, como hizo ella, porque no sólo hay que decirle sí cuando todo va bien», dijeron sus padres ante los micrófonos de Radio Vaticana. Ruggiero considera lo que les ha pasado como un «misterio», algo «demasiado grande». Y así fue la beatificación. Monseñor Amato resumió lo sucedido en una frase: «La santidad de Chiara es una alegre canción al amor de Dios. Que los jóvenes sepan cantar alegremente para que canten esta vida de gracia con su propia vida».

Teresa y Ruggiero, la acompañaron durante sus dos años de enfermedad y su testimonio ha permitido conocer cómo era y cómo vivió. Explican sus vivencias en una entrevista.

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jueves, 20 de mayo de 2010

Juan Pablo II nunca pidió sedantes y abrazó siempre el dolor, explica su médico Renato Buzzonetti


El Papa era un paciente dócil, atento, deseoso de conocer sus males para curarse pronto y volver a trabajar, comenta el también médico personal de Benedicto XVI

20 de mayo de 2010.-
En una entrevista concedida a L’Osservatore Romano, el doctor italiano Renato Buzzonetti (en la fotografía de la derecha junto al anterior Papa), actual médico de Benedicto XVI, relata cómo era su relación y muchas de las vivencias con su querido predecesor, Juan Pablo II, desde que el Papa Peregrino decidiera que él estuviese a cargo de su salud en 1978. Recuerda, entre muchas otras cosas, algunos detalles del atentado del 13 de mayo de 1981, su disposición a abrazar al Señor en la cruz del dolor y los últimos momentos de su vida. El galeno recuerda que tras las cinco horas de la intervención a la que tuvo que ser sometido luego de recibir la bala en la Plaza de San Pedro el 13 de mayo de 1981, Juan Pablo II le dijo: «Como Bachelet». A lo que él respondió: «no, Santidad, porque usted está vivo y vivirá». Leer más...

lunes, 15 de febrero de 2010

Ignacio Ciprés, un trasplante, tres bypass y una fe profunda: "Si Tú lo quieres, yo lo quiero"

* «Yo he tenido siempre presente al Señor. He tenido dolores de volverse uno loco, pero he cogido el crucifijo en la mano, lo he apretado y le he dicho al Señor: Señor, me uno a tu cruz, me uno a Ti en la cruz. Y Él me ha ayudado a llevarla...Lo he pasado mal, pero nunca he perdido la fe en Dios, nunca, nunca, nunca»
15 de febrero de 2010.-
Ignacio lleva un tiempo recuperándose en el Hospital y centro de cuidados sanitarios Laguna, en Madrid, porque su cuerpo tiene ya muchas heridas de guerra. Es de Javier, en Navarra, y lleva 48 años casado. «Y feliz», apostilla al comenzar el relato de su vida: «Yo tenía un restaurante en Pamplona, y me olvidé de la caja. Me robaron, y tuve que volver a comenzar. Yo decía: Señor, si Tú lo has permitido, por algo será». Y tuvo que volver a comenzar, en Tarragona: «Allí es cuando comienza mi lucha, siempre junto a Dios y la Virgen». En 1993, le hacen un triple bypass, y cinco años después le dijeron que tenía que hacerse un trasplante de corazón. Fue entonces cuando tuvo la ocasión de vivir lo que él llama la vivencia más bonita de su vida: / Leer más...

Esther Sáez, víctima del 11-M: "¿Dónde estaba Dios? Dios estaba ahí, conmigo"

* "Me han dicho que en Haití han sacado gente de los escombros e inmediatamente se han puesto a rezar: ellos son los sabios de verdad. Cuando uno lo pasa mal, Dios es el único que está. Yo, cuando estaba en la Unidad de Críticos, no me podía mover, estaba sorda, sin apenas ver, con un respirador para poder respirar..., me sentía sola. Pero es una soledad que sólo en ella eres capaz de ver a Dios cara a cara"
15 de febrero de 2010.-
Uno llega a la estación de Atocha desde Alcalá de Henares, en uno de aquellos que llamaron los trenes de la muerte del 11-M, y se detiene en uno de esos puestos de venta de libros para viajeros con prisas. Allí, entre multitud de títulos en los que se abre paso la superchería de la nueva era, destaca uno con un nombre llamativo: Dios no es bueno. Y claro, cuando uno viene de hablar con Esther Sáez, que viajaba en uno de aquellos trenes, no se lo cree. Casada y madre de dos chicos, David e Ismael, que en el momento del 11-M tenían 3 años y un año y medio, recuerda cómo vivió el atentado:


«En ese momento, mi concepción de la vida cambió. Fue cuando realmente me di cuenta de que la vida es perecedera. Uno siempre piensa: A mí nunca me va a pasar. Ese contacto con la realidad es muy duro, pero, sin saber por qué, en ese momento, no me sentía sola. No perdí la conciencia en ningún momento, y a pesar de todos los dolores tan horribles que sentía, por fuera y por dentro, en ese momento tuve una paz muy distinta a lo que había vivido antes. Esa tranquilidad y esa serenidad mucha gente no las entiende. Las da absolutamente Dios, la confianza en Dios. No brota de ti, de decir simplemente: Voy a confiar en Dios. Viene de Él mismo, del descanso en sus manos que Él mismo produce: Cuando tú lo pasas mal, Yo te llevo en brazos». Leer más...

Ana Fernández, la vida buscando y ofreciendo al Señor: "El sufrimiento, un camino hacia Dios"

15 de febrero de 2010.- «Hace 25 años tuve un cáncer, y nadie daba por mí un duro»: así comienza su historia Ana Fernández, que hoy está plenamente implicada en el acompañamiento de enfermos, a través del ministerio de sanitarios, de la Renovación Carismática Católica. Pero para llegar hasta aquí recorrió un duro camino, lleno de dudas y de pasos en falso de los que ha aprendido el inmenso valor del sufrimiento como vía para llegar a Dios. Cuenta que ese cáncer «me pilló de sorpresa, sin entender lo que pasaba, y me preguntaba: ¿Por qué a mí? Entonces tuve una experiencia importante del bien de la oración, porque había mucha gente rezando por mí, amigos, compañeros de trabajo... Yo me sentía muy arropada, y veía que Cristo estaba allí, conmigo». Leer más...

sábado, 13 de febrero de 2010

Genoveva Serrano Suñer, atropellada en un grave accidente: "Pase lo que nos pase, Dios nos sostiene"

* " Como bien decía Santa Juana de Chantal, “el sufrimiento pasa, pero el haber sufrido queda""
* "Según pasa el tiempo, me doy cada vez más cuenta que todo lo que he perdido en mi cabeza, lo he recuperado en mi corazón. Gracias a Dios, veo todo esto mucho más claro que antes: lo que hoy nos falta es lo básico, no cuestiones que algunas sí están muy de moda pero que desgraciadamente no son verdaderas"
13 de febrero de 2010.-
Genoveva Serrano Suñer, jurista y madre de familia, sobrevivió a un accidente de tráfico que le hizo perder parte de su memoria. En el pasado congreso Católicos y Vida Pública contó su historia. Lo que sigue es un resumen de su testimonio. Leer más...

domingo, 18 de mayo de 2008

«El arte de ser feliz», según Ignacio Larrañaga / Autoras: Lidia González y Teresa de Diego

Habla el fundador de los «Talleres de Oración»
MADRID, (
ZENIT.org).- El padre Ignacio Larrañaga, sacerdote franciscano, capuchino, fundador de los Talleres de Oración (http://www.tovpil.org), que han beneficiado a más de diez millones de personas, es uno de los maestros del espíritu de estos inicios de milenio.

Autor de más de una docena de libros que han sido traducidos a más de diez idiomas, ha tenido una enorme influencia con su pedagogía que vincula la oración con la vida concreta, especialmente, con la vida de matrimonio.

Es autor de uno de los libros de espiritualidad de más éxito en estos momentos, «El arte de ser feliz» (LibrosLibres), que ya ha llegado a su séptima edición, con el que pretende ayudar al hombre moderno a salir de su angustia y encontrar la felicidad.

Así lo explica en esta entrevista este misionero, cuya obra, con reconocimiento pontificio, se ha extendido por todos los continentes.

--¿Es posible que el hombre sea realmente feliz?
--Pare Larrañaga: Aunque mágica, la palabra felicidad no deja de ser una palabra equívoca. En realidad nadie es feliz, completamente feliz. Puede haber momentos de éxtasis o exaltación y en esos momentos parece que se ha llegado a la plenitud de la felicidad; pero ¡vana ilusión!, son momentos efímeros, fugaces. Puede haber ráfagas de felicidad, copas de alegría, pero ¿la' felicidad misma? No. Lo que aborta la felicidad es el sufrimiento, y aquí podemos establecer una ley de proporcionalidad; cuanto más sufrimiento, menos felicidad; cuanto menos sufrimiento, más felicidad. «El arte de ser feliz» enseña a eliminar o aminorar cualquier sufrimiento y, por este camino, enseña no a ser feliz, pero sí a ser más feliz. He ahí el arte.

--Un hombre que sufre enfermedad o dolor físico, ¿puede ser feliz?
--Pare Larrañaga: Se puede decir que cualquier dolor corporal ya ha sido eliminado con las medicinas modernas. Pero, ¿y la enfermedad? El problema de la enfermedad no es la perturbación biológica sino la resistencia mental que tiene la angustia. La angustia es el peor aguijón de la enfermedad. Un enfermo inundado de una gran paz es un enfermo feliz.
Este libro enseña precisamente eso: arrancar a la enfermedad su peor aguijón que es la angustia. Transformar la enfermedad en la «hermana enfermedad» y hacer del enfermo un «enfermo feliz». He ahí el arte.

--Hoy en día vivimos pensando en tener éxito ¿Cómo prepararnos para aceptar el fracaso?
--Pare Larrañaga: Es verdad. Estamos inmersos en una sociedad excesivamente competitiva en la que el más fuerte, el más audaz, el más creativo se lleva la palma en una lucha sin cuartel. Por todos partes se oye el grito romano «ay de los vencidos», es decir, «ay de los fracasados». En esta sociedad no hay lugar para los fracasados; ellos son eliminados con crueldad y sin compasión. Usted me pregunta: ¿cómo aceptar el fracaso sin derrumbarse? Francamente no lo sé; o mejor, lo veo imposible. Tal vez, tan sólo en el espíritu de fe y abandono en Dios, podría suavizar el golpe y ayudarlo a mantenerse de pie. Sin fe es inevitable caerse de espaldas, hecho pedazos.

--Hay gente que cree que el hombre se tortura con angustias y obsesiones porque piensa demasiado.
--Pare Larrañaga: No porque piensa demasiado sino porque da vueltas en su mente, e inútilmente, a hechos consumados y episodios tristes. Y de tanto dar vueltas en su cabeza a sucesos tristes de la vida, las personas se hacen temperamentalmente tristes. Los hechos que no tienen solución o la solución no está en nuestras manos ¿para qué darles vueltas en la mente? Hay que dejarlos en manos de Dios.

--¿Por qué cree usted que tenemos tanto miedo a que los años se nos pasen y la muerte nos sorprenda sin haber vivido? ¿Cuál es su respuesta a los que temen la muerte?
--Pare Larrañaga: Es un sentimiento hondo, casi siempre inconsciente pero real: se les van pasando los años y están aproximándose al ocaso de la vida. No les falta nada. Por tenerlo todo, hasta tienen salud fisica y mental, pero están dominados por la sensación de que les falta todo. Si les preguntamos por la razón de su vivir, responderán que no la tienen. Es el vacío, la oscura sensación de que se les va la vida sin haberla vivido. Su existencia no ha sido gratificante. ¿Respuesta a los que temen la muerte? No es fácil responder. Es un fenómeno de gran complejidad. Ese temor, para los que no tienen fe, participa del «horror vacui», horror al vacío. Desde luego es un temor irracional: se debería pensar mil veces en la ley universal de que lo que comienza, acaba, ley respetada por todos los seres de la creación, excepto por el hombre.
--Al igual que aprendemos a leer, escribir... ¿tenemos que aprender a ser felices? ¿Depende de nosotros o de las circunstancias que nos toque vivir?
--Pare Larrañaga: En la época prehumana, los animales no se hacían problemas para vivir. Todos sus problemas los encontraban solucionados mediante mecanismos instintivos con los que resolvían, casi mecánicamente, sus necesidades elementales. Los animales no pueden ser más felices de lo que son. No tienen problemas. No se aburren. El hombre, en cambio, desde que sale a la luz, todo son problemas: tiene que comenzar a respirar, alimentarse, a andar, a hablar... y así, a lo largo de los años, y hasta la muerte, su existencia es un eterno aprender a vivir y ser felices. Es verdad que hay personalidades genéticamente proclives a la tristeza, otras a la alegría. También es verdad que ciertas circunstancias de la vida pueden favorecer u obstaculizar la dicha del vivir. Pero es el lector mismo quien tiene que poner en práctica los medios de autoliberación que el libro entregará y, en un proceso de progresiva superación del sufrimiento humano, avanzar paulatinamente hacia la tranquilidad de la mente, la serenidad de los nervios y la paz del alma.

--En la actualidad disponemos de muchos medios materiales, avances tecnológicos... pero la gente parece más individualista, nerviosa, dispersiva, en una palabra, menos feliz. ¿Tendremos que huir a una isla desierta para ser felices?
--Pare Larrañaga: Efectivamente, la sociedad moderna es asesina, digamos así, porque acaba por desintegrar lo más sagrado del hombre que es la unidad interior y la estabilidad emocional. Y por ahí sobrevienen la dispersión, el estrés, y podemos aproximamos peligrosamente hacia la depresión, y todo esto en medio de la sensación generalizada de desasosiego. Para salvamos de una sociedad tan desestabilizadora no necesitamos retiramos a una isla solitaria. Pero tampoco se nos va a regalar la dicha de vivir como un presente de Navidad. El lector tendrá que someterse a un próceso de autoliberación siguiendo las pautas del libro.
--Usted da mucha importancia a la oración, ¿necesita de ella para vivir con alegría?
--Pare Larrañaga: Pienso absolutamente que el trato de amistad y la relación personal con Dios favorece enormemente, casi decididamente, la libertad interior, la ausencia del miedo y la alegría de vivir. Además sospecho que la oración y la actitud de abandono son el único camino de la paz profunda. De todas maneras pienso que los golpes rudos de la vida nos despedazarán inevitablemente si Dios está totalmente ausente del corazón.

--Y si no tienes fe ¿puedes ser igualmente feliz?
--Pare Larrañaga: Comprendo que puede haber hombres y mujeres completamente agnósticos e igualmente felices. Pero esto por excepción. El hombre, sin fe, tiene que sentir un gran vacío, allá, en la última soledad del ser, en aquel pozo infinito que sólo un infinito puede llenar. En todo caso, todas las reflexiones y orientaciones que entrega «El arte de ser feliz» van dirigidas a los que no tienen fe o la tienen débil.