* «La cerrazón a toda revelación de lo alto, y por tanto a la fe, no es causada por la inteligencia, sino por el orgullo. Un orgullo particular que consiste en el rechazo de toda dependencia y en la reivindicación de una autonomía absoluta por parte del pensador. Se esconde tras la trinchera de la palabra mágica «razón», pero en realidad no es la famosa «razón pura», que lo exige, ni una razón «soberana», sino una razón esclava, con las alas recortadas. Filósofos, que no pueden ser acusados de falta de inteligencia o de capacidad dialéctica, han escrito: «Una tarea del conocimiento humano consiste en comprender que hay cosas que no puede comprender y descubrir cuáles son éstas» (Kierkegaard). Quien no reconoce esta capacidad trascendente pone un límite a la razón y la humilla; no lo hace por tanto el creyente, que lo reconoce. Una vez encontrada la verdad, la verdad tiene que subir al trono y el buscador debe inclinarse ante ella y esto, cuando se trata de la Verdad trascendente, cuesta el “sacrificio del intelecto”»
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domingo, 9 de julio de 2023
Homilía del evangelio del Domingo: El orgullo intelectual, ceguera espiritual / Por Cardenal Raniero Cantalamessa, ofmcap
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domingo, 14 de mayo de 2023
Homilía del evangelio del domingo: El cristiano debe ser «otro Cristo» y «otro Paráclito» / Por Cardenal Raniero Cantalamessa Ofmcap.
* «En cierto sentido, el Espíritu Santo nos necesita para ser Paráclito. Él quiere consolar, defender, exhortar; pero no tiene boca, manos, ojos para «dar cuerpo» a su consuelo. O mejor, tiene nuestras manos, nuestros ojos, nuestra boca. La frase del Apóstol a los cristianos de Tesalónica: «Confortaos mutuamente» (1Ts 5,11), literalmente se debería traducir: «sed paráclitos los unos de los otros». Si la consolación que recibimos del Espíritu no pasa de nosotros a los demás, si queremos retenerla egoístamente para nosotros, pronto se corrompe. De ahí el porqué de una bella oración atribuida a San Francisco de Asís, que dice: «Que no busque tanto ser consolado como consolar, ser comprendido como comprender, ser amado como amar…». A la luz de lo que he dicho, no es difícil descubrir que existen hoy, a nuestro alrededor, paráclitos. Son aquellos que se inclinan sobre los enfermos terminales, sobre los enfermos de Sida, quienes se preocupan de aliviar la soledad de los ancianos, los voluntarios que dedican su tiempo a las visitas en los hospitales. Los que se dedican a los niños víctimas de abuso de todo tipo, dentro y fuera de casa»
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domingo, 12 de marzo de 2023
Homilía del Evangelio del Domingo: Es necesario redescubrir el sentido de eternidad / Por Cardenal Raniero Cantalamessa, OFM Cap.
* «Está claro que no basta con saber que existe la eternidad; se necesita también saber qué hacer para alcanzarla. Preguntarse, como el joven rico del Evangelio: «Maestro, ¿qué debo hacer para tener la vida eterna?». Leopardi, en la poesía El Infinito, habla de un cercado que oculta de la vista el último horizonte. ¿Cuál es para nosotros este cercado, este obstáculo que nos impide mirar hacia el horizonte último, hacia lo eterno? La samaritana, aquel día, comprendió que debía cambiar algo en su vida si deseaba obtener la «vida eterna», porque en poco tiempo la encontramos transformada en una evangelizadora que relata a todos, sin vergüenza, cuanto le ha dicho Jesús»
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domingo, 18 de diciembre de 2022
Homilía del Evangelio del Domingo: La «Esperanza» «tiene por autor y garante a Dios mismo» / Por Cardenal Raniero Cantalamessa, ofmcap.
* «Es inevitable plantearse inmediatamente la pregunta: ¿por qué nacen tan pocos niños en Italia y en otros países occidentales? El principal motivo de la escasez de nacimientos no es de tipo económico. Los nacimientos deberían aumentar a medida que se camina hacia las franjas más elevadas de la sociedad, o según se va del Sur al Norte del mundo, y en cambio sabemos que ocurre exactamente lo contrario. El motivo es más profundo: es la falta de esperanza, con lo que implica: confianza en el futuro, impulso vital, creatividad, poesía y alegría de vivir. Si casarse es siempre un acto de fe, traer al mundo un hijo es siempre un acto de esperanza. Nada se hace en el mundo sin esperanza. Necesitamos de la esperanza como del aire para respirar. El Evangelio tiene algo esencial que ofrecer a nuestra gente, en este momento de la historia: la Esperanza con mayúsculas, virtud teologal, o sea, que tiene por autor y garante a Dios mismo. La esperanzas terrenas (casa, trabajo, salud, el éxito de los hijos…), aunque se realicen, inexorablemente desilusionan si no hay algo más profundo que las sustente y las eleve. La Esperanza teologal es el hilo de lo alto en nuestra vida, lo que sustenta toda la trama de nuestras esperanzas. En este momento en que sentimos tan fuerte la necesidad de esperanza, la fiesta de Navidad puede representar la ocasión para una inversión de marcha. Recordemos lo que dijo un día Jesús: “Quien recibe a un niño en mi nombre, a mí me recibe”»
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domingo, 11 de diciembre de 2022
Homilía del Evangelio del Domingo: Es hora de proclamar con valor que Dios es felicidad / Por Cardenal Raniero Cantalamessa, ofmcap.
* «La revelación dice: «Dios es felicidad»; el hombre invierte de nuevo el orden y dice: «¡La felicidad es Dios!». ¿Y qué sucede así? No conocemos en la tierra la felicidad en estado puro, como no conocemos el amor absoluto; conocemos sólo fragmentos de felicidad que se reducen con frecuencia a ebriedades pasajeras de los sentidos. Cuando por eso decimos: «¡La felicidad es Dios!», divinizamos nuestras pequeñas experiencias; llamamos «Dios» a la obra de nuestras manos o de nuestra mente. Hacemos, de la felicidad, un ídolo. Esto explica por qué quien busca a Dios encuentra siempre la alegría, mientras que quien busca la alegría no siempre encuentra a Dios. El hombre se reduce a buscar la felicidad en razón de cantidad: siguiendo placeres y emociones cada vez más intensos, o añadiendo placer a placer. Como el drogadicto que necesita dosis cada vez mayores para lograr el mismo grado de placer. Sólo Dios es feliz y hace felices. Por eso un salmo exhorta: «Ten tu alegría en el Señor, y escuchará lo que pida tu corazón» (Sal 37,4). Con Él también los gozos de la vida presente conservan su dulce sabor y no se transforman en angustias. No sólo los gozos espirituales, sino toda alegría humana honesta: la alegría de ver crecer a los propios hijos, del trabajo felizmente llevado a término, de la amistad, de la salud recuperada, de la creatividad, del arte, del esparcimiento en contacto con la naturaleza. Sólo Dios ha podido arrancar de los labios de un santo el grito: «Basta, Señor, de alegría; ¡mi corazón ya no puede contener más!». En Dios se encuentra todo lo que el hombre acostumbra a asociar a la palabra felicidad e infinitamente más, pues «ni ojo vio, ni oído oyó, ni al corazón del hombre llegó, lo que Dios preparó para los que le aman» (1 Co 2,9)»
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jueves, 8 de diciembre de 2022
Homilía del Evangelio: La Solemnidad de la Inmaculada sacude la «narcosis por pecado» / Por Cardenal Raniero Cantalamessa, OFM Cap.
* «Pero el dogma de la Inmaculada nos dice también algo sumamente positivo: que Dios es más fuerte que el pecado y que donde abunda el pecado sobreabunda la gracia (v. Rm 5, 20). María es la señal y la garantía de esto. La Iglesia entera, detrás de Ella, está llamada a ser «resplandeciente, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada» (Ef 5, 27). Un texto del Concilio Vaticano II dice: «Mientras que la Iglesia en la Santísima Virgen ya llegó a la perfección, por la que se presenta sin mancha ni arruga, los fieles, en cambio, aún se esfuerzan en crecer en la santidad venciendo el pecado; y por eso levantan sus ojos hacia María, que brilla ante toda la comunidad de los elegidos, como modelo de virtudes»»
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domingo, 4 de diciembre de 2022
Homilía del Evangelio del II Domingo de Adviento: «Quien nos ha creado sin nosotros no nos salva sin nosotros» / Por Cardenal Raniero Cantalamessa, ofmcap
* «La palabra de Dios jamás nos aplasta bajo una mole de deberes sin darnos al mismo tiempo la seguridad de que Él nos brinda lo que nos manda hacer. Dios, dice [el profeta] Baruc, «ha ordenado que sean rebajados todo monte elevado y los collados eternos, y colmados los valles hasta allanar la tierra, para que Israel marche en seguro bajo la gloria de Dios» [Ba 5, 7. Ndr]. Dios allana, Dios colma, Dios traza la senda; es tarea nuestra secundar su acción»
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domingo, 27 de noviembre de 2022
Homilía del Evangelio del Domingo: «Todo pasa; sólo Dios basta» / Por Cardenal Raniero Cantalamessa, ofmcap.
* «Veamos qué tiene que decirnos la fe a propósito de este dato de hecho de que todo pasa. «El mundo pasa, pero quien cumple la voluntad de Dios permanece para siempre» (1 Jn 2, 17). Así que existe alguien que no pasa, Dios, y existe un modo de que nosotros no pasemos del todo: hacer la voluntad de Dios, o sea, creer, adherirnos a Dios»
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domingo, 20 de noviembre de 2022
Homilía del Evangelio del Domingo: ¿Es Cristo Rey y Señor de mi vida? / Por Cardenal Raniero Cantalamessa, ofmcap.
* «Vivir «para uno mismo» significa vivir como quien tiene en sí mismo el propio principio y el propio fin; indica una existencia cerrada en sí misma, orientada sólo a la propia satisfacción y a la propia gloria, sin perspectiva alguna de eternidad. Vivir «para el Señor», al contrario, significa vivir por Él, esto es, en vista de Él, por y para su gloria, por y para su reino. Se trata verdaderamente de una nueva existencia, frente a al cual la muerte ha perdido su carácter irreparable. La contradicción máxima que el hombre experimenta desde siempre –aquella entre la vida y la muerte– ha sido superada. La contradicción más radical ya no es aquella entre «vivir» y «morir», sino entre vivir «para uno mismo» y vivir «para el Señor»»
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domingo, 13 de noviembre de 2022
Homilía del Evangelio del Domingo: El secreto al trabajar, «poner el corazón en lo que hacen las manos» / Por Cardenal Raniero Cantalamessa, ofmcap.
* «El trabajo no vale sólo por la «buena intención» que se pone al hacerlo, o por el ofrecimiento que se hace de él a Dios por la mañana; vale también por sí mismo, como participación en la obra creadora y redentora de Dios y como servicio a los hermanos. El trabajo humano –dice un texto del Concilio– «es para el trabajador y para su familia el medio ordinario de subsistencia; por él el hombre se une a sus hermanos y les hace un servicio, puede practicar la verdadera caridad y cooperar al perfeccionamiento de la creación divina. No sólo esto. Sabemos que, con la oblación de su trabajo a Dios, los hombres se asocian a la propia obra redentora de Jesucristo» (Gaudium et spes, 67). No importa tanto qué trabajo hace uno, sino cómo lo hace. Esto restablece una cierta igualdad, dejando de lado todas las diferencias (a veces injustas y escandalosas) de categoría y de remuneración. Una persona que ha desempeñado tareas humildísimas en la vida puede «valer» mucho más que quien ha ocupado puestos de gran prestigio»
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lunes, 31 de octubre de 2022
Homilía del Evangelio del Domingo: Jesús no condena sin apelación la riqueza, sino su uso inicuo / Por Cardenal Raniero Cantalamessa, ofmcap.
Continuar leyendo* «¡Existe salvación también para el rico! Zaqueo es la prueba de esto. Dios puede hacer el milagro de convertir y salvar a un rico sin, necesariamente, reducirlo al estado de pobreza. Una esperanza, ésta, que Jesús no negó jamás y que incluso alimentó, no desdeñando frecuentar, Él, el pobre, también a algunos ricos y jefes militares. Cierto: Él jamás halagó a los ricos ni buscó su favor suavizando, cuando estaba en su compañía, las exigencias de su Evangelio. ¡Todo lo contrario! Zaqueo, antes de oír que se le dice: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa», tuvo que tomar una valiente decisión: dar a los pobres la mitad de su dinero y de los bienes acumulados, reparar los fraudes cometidos en su trabajo restituyendo el cuádruple. El caso de Zaqueo se presenta, así, como el reflejo de la conversión evangélica que es siempre y a la vez conversión a Dios y a los hermanos»
lunes, 24 de octubre de 2022
Dios llora por ti / Por Arturo López
Camino Católico.- La meditación la realiza Arturo López Martos, laico casado y padre de dos hijos, miembro de la Comunidad Familia, Evangelio y Vida. En esta enseñanza se reflexiona sobre el amor de Dios que no es indiferente ante nada de lo que nos sucede. Cristo lloró por la muerte de su amigo Lázaro. Dios llora cada vez que nos alejamos de Él, bien sea por actitudes de pecado o por no estar atentos a su voz hacia las personas que se cruzan en nuestro camino y desea que las amemos como Él nos ama. Dios llora cuando no acogemos su amor para los demás…y llora por nosotros profundamente porque no es el centro de nuestra vida.
Arturo López también participa de las reuniones de plegaria del grupo de oración Familia, Evangelio y Vida de la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Vilanova i la Geltrú, Barcelona, España, donde ha sido grabada en directo esta enseñanza, el lunes 17 de enero del 2011.
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domingo, 23 de octubre de 2022
Homilía del Evangelio del Domingo: Los nuevos fariseos y publicanos / Por Cardenal Raniero Cantalamessa, ofmcap.
* «Poquísimos (tal vez nadie) están siempre del lado del fariseo o siempre del lado del publicano, esto es, justos en todo o pecadores en todo. La mayoría tenemos un poco de uno y un poco del otro. Lo peor sería comportarnos como el publicano en la vida y como el fariseo en el templo. Los publicanos eran pecadores, hombres sin escrúpulos que ponían dinero y negocios por encima de todo; los fariseos, al contrario, eran, en la vida práctica, muy austeros y observantes de la Ley. Nos parecemos, por lo tanto, al publicano en la vida y al fariseo en el templo si, como el publicano, somos pecadores y, como el fariseo, nos creemos justos. Si tenemos que resignarnos a ser un poco el uno y el otro, entonces que al menos sea al revés: ¡fariseos en la vida y publicanos en el templo! Como el fariseo, intentemos no ser en la vida ladrones e injustos, procuremos observar los mandamientos y pagar las tasas; como el publicano, reconozcamos, cuando estamos en presencia de Dios, que lo poco que hemos hecho es todo don suyo, e imploremos, para nosotros y para todos, su misericordia»
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domingo, 9 de octubre de 2022
Homilía del Evangelio del Domingo: ¿Para qué sirven los milagros? / Por Cardenal Raniero Cantalamessa, ofmcap.
* «No es verdad, por ejemplo, que la Iglesia considere milagro todo hecho inexplicable (¡de estos, se sabe, está lleno el mundo y también la medicina!). Considera milagro sólo aquel hecho inexplicable que, por las circunstancias en las que ocurre (rigurosamente comprobadas), reviste el carácter de señal divina, esto es, de confirmación dada a una persona o de respuesta a una oración. Si una mujer, de nacimiento sin pupilas, en cierto momento empieza a ver, aún sin pupilas, esto puede ser catalogado como hecho inexplicable, pero si sucede precisamente mientras se confiesa con el padre Pío, como de hecho ocurrió, entonces ya no basta hablar sencillamente de «hecho inexplicable»»
domingo, 2 de octubre de 2022
Homilía del Evangelio del Domingo: A Dios no se le alcanza más que con el «salto» de la fe / Por Raniero Cantalamessa, ofmcap.
* «La fe tiene distintos matices de significado. Esta vez desearía reflexionar sobre la fe en su acepción más común y elemental: creer o no en Dios. No la fe según la cual se decide si uno es católico o protestante, cristiano o musulmán, sino la fe según la cual se decide si uno es creyente o no creyente, creyente o ateo. Un texto de la Escritura dice: «El que se acerca a Dios ha de creer que existe y que recompensa a los que le buscan» (Hebreos 11,6). Éste es el primer escalón de la fe, sin el cual no hay otros»
domingo, 25 de septiembre de 2022
Homilía del Evangelio del Domingo: «Dios quiere salvar a los ricos de su riqueza» / Por Cardenal Raniero Cantalamessa, ofmcap.
* «Esta denuncia, después de dos mil años, conserva intacta su carga negativa. El motivo es que quien la pronuncia no es un hombre que esté de parte de ricos o pobres, sino uno que está por encima de las partes y se preocupa tanto de los ricos como de los pobres, incluso tal vez más de los primeros que de los segundos (¡a estos les sabe menos expuestos al peligro!). La parábola del rico epulón no se sugiere por el hastío hacia los ricos o por el deseo de ocupar su lugar, como tantas denuncias humanas, sino por una preocupación sincera de su salvación»
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domingo, 18 de septiembre de 2022
Homilía del Evangelio del Domingo: Tenemos la vida en «administración», no en propiedad / Por Cardenal Raniero Cantalamessa, ofmcap.
* «El Evangelio a menudo hace diversas aplicaciones prácticas de esta enseñanza de Cristo. En la que se insiste más tiene que ver con el uso de la riqueza y del dinero: «Yo os digo: haceos amigos con el dinero injusto, para que, cuando llegue a faltar, os reciban en las eternas moradas». Es como decir: haced como aquel administrador; haceos amigos de quienes un día, cuando os encontréis en necesidad, puedan acogeros. Estos amigos poderosos, se sabe, son los pobres, puesto que Cristo considera dado a Él en persona lo que se da al pobre. Los pobres, decía San Agustín, son, si lo deseamos, nuestros correos y porteadores: nos permiten transferir, desde ahora, nuestros bienes en la morada que se está construyendo para nosotros en el más allá»
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domingo, 11 de septiembre de 2022
Homilía del Evangelio del Domingo: Sanar la relación padres-hijos, una misión más actual que nunca / Por Raniero Cantalamessa, ofmcap.
* «El sufrimiento es recíproco; no es como en la parábola, donde la culpa es única y exclusivamente del hijo… Hay padres cuyo sufrimiento más profundo en la vida es ser rechazados o hasta despreciados por los hijos. Y hay hijos cuyo sufrimiento más profundo e inconfesado es sentirse incomprendidos, no estimados o incluso rechazados por el padre. He insistido en el aspecto humano y existencial de la parábola del hijo pródigo. Pero no se trata sólo de esto, o sea, de mejorar la calidad de vida en este mundo. Entra en el esfuerzo de una nueva evangelización la iniciativa de una gran reconciliación entre padres e hijos y la necesidad de una sanación profunda de su relación. Se sabe lo mucho que la relación con el padre terreno puede influir, positiva o negativamente, en la propia relación con el Padre celestial y por lo tanto la misma vida cristiana. Cuando nació el precursor Juan Bautista el ángel dijo que una de sus tareas sería la de «hacer volver los corazones de los padres a los hijos y los corazones de los hijos hacia los padres» [Cf. Lc 1,17.], una misión más actual que nunca»
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domingo, 4 de septiembre de 2022
Homilía del Evangelio del Domingo: Quien busca a Jesús sin la cruz, encontrará la cruz sin Jesús / Por Raniero Cantalamessa, ofmcap.
Continuar leyendo* «La frase «si alguno viene donde mí y no odia a su padre y a su madre» debe entenderse, por tanto, en este sentido: «si alguno viene donde mí sin preferirme a su padre y a su madre». Para darse cuenta de esto basta leer el mismo pasaje del Evangelio de Mateo donde dice: «El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí» (Mateo 10, 37). Sería totalmente equivocado pensar que este amor por Cristo está en competencia con los diferentes amores humanos: por los padres, el cónyuge, los hijos, los hermanos. Cristo no es un «rival en el amor» de nadie y no tiene celos de nadie. El amor por Cristo no excluye los demás amores sino que los ordena. Es más, en él todo amor genuino encuentra su fundamento, su apoyo y la gracia necesaria para ser vivido hasta el final. Este es el sentido de la «gracia de estado» que confiere el sacramento del matrimonio a los cónyuges cristianos. Asegura que, en su amor, serán apoyados y guiados por el amor que Cristo tuvo por su esposa, la Iglesia»
domingo, 24 de julio de 2022
Homilía del Evangelio del Domingo: Imposible conocer a Jesús prescindiendo de la fe en Dios / Por Cardenal Raniero Cantalamessa, OFM Cap.
* «Si se niega la fe en Dios o se prescinde de ella, no se elimina sólo la divinidad, o el llamado Cristo de la fe, sino también al Jesús histórico tout court; no se salva ni siquiera el hombre Jesús. Si Dios no existe, Jesús no es más que uno de los muchos ilusos que oró, adoró, habló con su sombra o con la proyección de su propia presencia, por decirlo al modo de Feuerbach. Pero ¿cómo se explica entonces que la vida de este hombre «haya cambiado el mundo»? Sería como decir que no la verdad y la razón han cambiado el mundo, sino la ilusión y la irracionalidad. ¿Cómo se explica que este hombre siga, a dos mil años de distancia, interpelando a los espíritus como ningún otro? ¿Puede todo ello ser fruto de un equívoco, de una ilusión?»
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