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miércoles, 15 de noviembre de 2023

Papa Francisco a jóvenes para la JMJ: «Creados por Dios a su imagen y semejanza, ser expresión de su amor, que hace nacer la alegría y la esperanza donde parece imposible»


 «La esperanza se alimenta con la oración. Rezando se custodia y se renueva la esperanza. Rezando mantenemos encendida la chispa de la esperanza. ‘La oración es la primera fuerza de la esperanza. Tú rezas y la esperanza crece, avanza’ »


«La esperanza se alimenta con nuestras elecciones diarias.  Por eso, los exhorto a elegir un estilo de vida cimentado en la esperanza. Les pongo un ejemplo: en las redes sociales parece más fácil compartir malas noticias que noticias esperanzadoras. Por lo tanto, les hago una propuesta concreta: traten de compartir cada día una palabra de esperanza. Conviértanse en sembradores de esperanza en la vida de sus amigos y de todos aquellos que los rodean. En efecto, ‘la esperanza es humilde, y es una virtud que debe trabajarse ―digamos así― todos los días […]. Todos los días es necesario recordar que tenemos la garantía, que es el Espíritu que trabaja en nosotros por medio de cosas pequeñas’»

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jueves, 22 de diciembre de 2022

La Virgen María nos enseña a amar a Dios sobre todas las cosas / Por Conchi Vaquero

Camino Católico.- Conchi Vaquero Callejas, laica casada y madre de dos hijos, miembro de la Comunidad Familia, Evangelio y Vida, reflexiona en esta enseñanza respecto a las palabras del Magníficat (Lucas 1, 39-56) pronunciadas durante la visita a su prima Isabel. El servicio, la obediencia, la esperanza, la comunión, la delicadeza, la ternura y el amor manifestados en la vida de la Virgen María son el modelo a seguir en nuestro camino espiritual para cumplir la voluntad de Dios.  Esta es la tercera de una serie de meditaciones sobre las virtudes y dones de María acogidos por ella con fe y humildad, fruto  de su abandono  e intimidad con el Padre. Conchi Vaquero pertenece también al grupo de oración Familia, Evangelio y Vida de la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Vilanova i la Geltrú, Barcelona, España, donde ha sido grabada en directo esta charla, el lunes 4 de junio de 2012.

Vive con gozo y llénate de la gracia de Dios como la Virgen María / Por Conchi Vaquero

Camino Católico.-  Conchi Vaquero Callejas, laica casada y madre de dos hijos, miembro de la Comunidad Familia, Evangelio y Vida, reflexiona en esta enseñanza respecto al gozo y a la gracia de Dios recibidos por la Virgen María para poder engendrar a Cristo. Esta es la primera de una serie de meditaciones sobre las virtudes y dones de María acogidos por ella con fe y humildad, fruto  de su abandono  e intimidad con el Padre. Conchi Vaquero pertenece también al grupo de oración Familia, Evangelio y Vida de la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Vilanova i la Geltrú, Barcelona, España, donde fue grabada en directo esta charla, el lunes, 14 de mayo de 2012.

domingo, 18 de diciembre de 2022

“No temas María” / Por Conchi Vaquero

Camino Católico.-  Conchi Vaquero Callejas, laica casada y madre de dos hijos, miembro de la Comunidad Familia, Evangelio y Vida, reflexiona en esta enseñanza respecto a las palabras del ángel en la Anunciación dirigidas a la Virgen: “No temas María”. Poder acoger sin temor la Palabra hecha vida en nosotros es sólo posible con oración constante como hacia la Virgen. ¿Por qué tenemos miedo si nada es imposible para Dios, que nos dice siempre no temas? Esta es la segunda de una serie de meditaciones sobre las virtudes y dones de María acogidos por ella con fe y humildad, fruto  de su abandono  e intimidad con el Padre. Conchi Vaquero pertenece también al grupo de oración Familia, Evangelio y Vida de la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Vilanova i la Geltrú, Barcelona, España, donde se grabó en directo esta charla, el lunes 21 de mayo de 2012.

domingo, 11 de diciembre de 2022

Homilía del Evangelio del Domingo: Es hora de proclamar con valor que Dios es felicidad / Por Cardenal Raniero Cantalamessa, ofmcap.

* «La revelación dice: «Dios es felicidad»; el hombre invierte de nuevo el orden y dice: «¡La felicidad es Dios!». ¿Y qué sucede así? No conocemos en la tierra la felicidad en estado puro, como no conocemos el amor absoluto; conocemos sólo fragmentos de felicidad que se reducen con frecuencia a ebriedades pasajeras de los sentidos. Cuando por eso decimos: «¡La felicidad es Dios!», divinizamos nuestras pequeñas experiencias; llamamos «Dios» a la obra de nuestras manos o de nuestra mente. Hacemos, de la felicidad, un ídolo. Esto explica por qué quien busca a Dios encuentra siempre la alegría, mientras que quien busca la alegría no siempre encuentra a Dios. El hombre se reduce a buscar la felicidad en razón de cantidad: siguiendo placeres y emociones cada vez más intensos, o añadiendo placer a placer. Como el drogadicto que necesita dosis cada vez mayores para lograr el mismo grado de placer. Sólo Dios es feliz y hace felices. Por eso un salmo exhorta: «Ten tu alegría en el Señor, y escuchará lo que pida tu corazón» (Sal 37,4). Con Él también los gozos de la vida presente conservan su dulce sabor y no se transforman en angustias. No sólo los gozos espirituales, sino toda alegría humana honesta: la alegría de ver crecer a los propios hijos, del trabajo felizmente llevado a término, de la amistad, de la salud recuperada, de la creatividad, del arte, del esparcimiento en contacto con la naturaleza. Sólo Dios ha podido arrancar de los labios de un santo el grito: «Basta, Señor, de alegría; ¡mi corazón ya no puede contener más!». En Dios se encuentra todo lo que el hombre acostumbra a asociar a la palabra felicidad e infinitamente más, pues «ni ojo vio, ni oído oyó, ni al corazón del hombre llegó, lo que Dios preparó para los que le aman» (1 Co 2,9)»

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miércoles, 9 de enero de 2013

Benedicto XVI en Audiencia General 9/1/2013: “Dios ha asumido la condición humana en su integridad para sanarla completamente”

9 de enero de 2013.- (13 TV/ Camino Católico) En su segunda catequesis del año nuevo, Benedicto XVI, ante varios miles de fieles y peregrinos reunidos en el Aula Pablo VI del Vaticano, una vez más en este tiempo natalicio se ha detenido a considerar el gran misterio de Dios que ha descendido de su Cielo para entrar en nuestra carne. Porque como ha explicado el Papa, en Jesús, Dios se ha encarnado para ser un hombre como nosotros, abriendo así el camino hacia su Cielo, hacia la comunión plena con Él. Por esta razón Su Santidad ha afirmado que es importante entonces recuperar el estupor frente al misterio, dejándonos envolver por la grandeza de este acontecimiento que nos muestra a Dios que recorre, como hombre, nuestros caminos, entra en el tiempo del hombre, y lo hace, no con el esplendor de un soberano, que somete al mundo con su poder, sino con la humildad de un niño. En el vídeo se visualiza y escucha traducida al castellano la intervención del Papa en italiano y la síntesis que Benedicto XVI ha hecho en español de la catequesis. El texto integro de la intervención del Pontífice es el siguiente: Leer más...

miércoles, 2 de enero de 2013

Benedicto XVI en Audiencia General 2/1/2013: “Recorrer nuestro camino de fe confiando en la presencia del Señor en nuestra vida”

2 de enero de 2013.- (13 TV/ Camino Católico) Este miércoles el Aula Pablo VI del Vaticano ha vuelto a ser escenario de la Audiencia general, la primera de 2013. “La Natividad del Señor ilumina una vez más con su luz la oscuridad que a menudo rodea nuestro mundo y nuestros corazones, trayendo esperanza y alegría. ¿De dónde viene esta la luz? De la cueva de Belén”, ha afirmado Benedicto XVI.
La reflexión de la audiencia de hoy ha sido sobre el origen de Jesús: “¿de dónde viene Jesús? Sus contemporáneos creían saberlo en cuanto conocían su familia y su pueblo. Él les alerta que su origen es otro, pues viene del Padre. La respuesta la podemos encontrar en las palabras del ángel Gabriel en la Anunciación: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios»”. El Papa ha subrayado que “cada vez que recitamos el Credo nos inclinamos a las palabras «y por obra del Espíritu Santo, se encarnó de María Virgen». Toda la Trinidad interactúa con María en la obra de la Encarnación, al aceptar ella ser morada de Dios. Siguiendo su ejemplo, el de una mujer humilde, también nosotros podemos recorrer nuestro camino de fe, a pesar de nuestras limitaciones, confiando en la presencia del Señor en nuestra vida”. En el vídeo se visualiza y escucha traducida al castellano la intervención del Papa en italiano y la síntesis que Benedicto XVI ha hecho en español de la catequesis. El texto integro de la intervención del Pontífice es el siguiente: Leer más...

miércoles, 29 de febrero de 2012

Mercedes Trujillo, madre de Cristina que falleció a los 16 años de enfermedad: “La alegría está en la voluntad de Dios”

29 de febrero de 2012.- Mercedes Trujillo es una madre de familia que vive en Jaén. Tiene 4 hijos, y en este vídeo-testimonio cuenta la historia de su hija Cristina, que falleció con 16 años como consecuencia de una enfermedad diagnosticada 12 meses antes. El dolor vivido depositando su vida en el corazón de Dios es el que le hace afirmar: “El don de la alegría está en la voluntad de Dios”.

sábado, 8 de enero de 2011

Feliz Navidad!!!...¿Qué es la Navidad?


Felicitación-meditación comunitaria grabada en vídeo en directo presentada por Rut y Artur López Vaquero, de 8 y 10 años, en la cual se profundiza en el sentido de la Navidad por parte de personas que están relacionadas con los grupos de oración y la Comunidad Familia, Evangelio y Vida

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Feliz Navidad 2010 y fructífero año 2011 llenos del amor de Dios os desean

Comunidad Familia, Evangelio y Vida

Caminocatolico.org

Escuchar la Voz del Señor

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domingo, 9 de mayo de 2010

Oración: Señor dame la gracia de vivir en la alegría de tu presencia / Por Conchi Vaquero

Oración en vídeo grabada en directo

9 de mayo de 2010.- Conchi Vaquero Callejas, laica casada y mdre de dos hijos, miembro de la Comunidad Familia, Evangelio y Vida, pide en esta plegaria que el Señor nos de a cada uno la gracia de la alabanza, la alegría y el gozo de vivir siempre en su presencia. Puedes interiorizar esta oración mientras la ves y escuchas y pedir al Espíritu de Dios que renueve todo tu ser. Conchi Vaquero pertenece también al grupo de oración Familia, Evangelio y Vida de la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Vilanova i la Geltrú, Barcelona, España, donde ha sido grabada esta oración en directo. Ver vídeo y orar...

jueves, 29 de mayo de 2008

Sólo por hoy / Autor: J.M. ALIMBAU

Sólo por hoy? arrancaré las malas hierbas del pesimismo y de la tristeza que crecen en mi interior y ahogan las futuras flores y frutos de la alegría.
- Sólo por hoy? evitaré por todos los medios no agriarme. Avinagrarse es un mal camino para llegar a la alegría.
- Sólo por hoy? intentaré vivir el momento presente?con plenitud, con paz, con esperanza? y con una leve sonrisa...
- Sólo por hoy? me reiré de mí mismo y no me tomaré tan en serio lo que piensan, digan y hagan los demás...
- Sólo por hoy? no seré envidioso. La envidia hace imposible que crezca, en nuestro interior, el fruto maravilloso de la alegría?
- Sólo por hoy... buscaré en la dimensión espiritual, en el seguimiento de Jesús, la solución a mis fracasos, a las horas bajas. Darle sentido trascendente a la vida es encontrar el manantial de la alegría...
- Sólo por hoy? dedicaré un tiempo para alimentar mi vida espiritual-cristiana, dónde se encuentra, la mayor reserva, de la verdadera alegría.

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Fuente: La Razón

lunes, 24 de marzo de 2008

Decálogo para la Pascua / Autor: Javier Leoz

Vive con alegría tu existencia.
Si Jesús resucitó es porque, precisamente,
quiere traernos una transfusión de vida.
Secretos para ser felices.

No dejes que los acontecimientos
ni las dificultades puedan contigo.
Si Jesús pudo con su cruz;
¿por qué no vas a tener tú voluntad para hacerles frente?

Bríndate allá donde te encuentres.
No vale quien tiene, sino aquel que sirve.
Jesús se vació para que aprendiésemos una lección:
la grandeza está en ser solidario.

Si tienes rencor por algo y con alguien ¡olvídalo!
La Pascua, el paso del Señor,
nos ha dejado un camino limpio y despejado.
Limpiemos también el nuestro.

No seas incrédulo.
Asómate en este tiempo pascual a la belleza de la fe.
Si la tienes, no la pierdas. Si, por lo que sea, la tienes débil,
busca motivos y razones para recuperarla.

Escucha con atención la Palabra de Dios.
Su lectura te hará vibrar con el mismo ímpetu
con el que se estremecieron los Apóstoles o María.

Reza y da gracias a Dios por el fruto
de la Pascua: la Resurrección.

Teniendo tantos resortes para la alegría
y el optimismo, no tenemos derecho al desaliento:
¡Jesús nos acompaña!

Busca el lado positivo de tu vida.
No te castigues demasiado.

¡El Señor pagó ya un alto precio por nosotros!
Acéptate como eres y….aceptarás también a los demás.

Mira con ilusión al futuro.
No hay camino que no merezca la pena ser recorrido,
ni montaña que no pueda ser escalada.
Con la fe, y la mirada puesta en Dios, podrás conquistar
aquello que sea bueno para ti y para los demás.

Da gracias a Dios por lo que tienes e, incluso,
por aquello que –precisamente porque no te conviene– no alcanzas.

No siempre, lo que el paladar apetece,
es saludable para el cuerpo.

sábado, 9 de febrero de 2008

Testimonio: Ser toda tuya, y sólo tuya, Señor / Autora: Soledad Pérez de Ayala Becerril

La autora: Soledad Pérez de Ayala Becerril, madre de familia y profesora titular de Filología Inglesa - Universidad Complutense (Madrid).
Vive su vida cristiana como congregante mariana de la Congregación Mariana “Mater Salvatoris”.

En enero de 2006, cuando con más intensidad buscaba yo hacer la voluntad de Dios en mi vida, el Señor me hizo ver que iba a sufrir una enfermedad para la conversión de mi corazón, y quizá la de algunos otros, y para gloria suya. Al poco me diagnosticaron un cáncer, que me trataron con quimioterapia, cirugía y radioterapia.

Ser toda tuya y sólo tuya

Yo buscaba: buscaba la Verdad, en la Eucaristía, en todo lo que es de Él, en la Iglesia, en los sacerdotes, en mi Congregación Mariana. En realidad , le buscaba sólo a Él, a Cristo. Empecé a decirle que quería ser toda suya, y sólo suya. No del mundo, no de la vanidad. Esto es fácil de desear, pero difícil de llevar a cabo porque el mundo te arrastra. Pero a través de la enfermedad, que me obligó a renunciar a tantas cosas –mi imagen, mi trabajo, mis fuerzas- me fui haciendo más a Él. A medida que yo renunciaba a alguna criatura, Él se hacía más fuerte en mi corazón.

Con la ayuda del Señor, de la Virgen María y de toda mi familia, fui encajando el sufrimiento de la debilidad, las llagas, el hospital, y todas las molestias derivadas de la medicación. Al principio tenía miedo a la Cruz, y ese miedo me hacía sufrir más que la propia enfermedad. A menudo me había preguntado, antes de la enfermedad, por qué tantos hombres y mujeres padecen en el mundo, haciéndose partícipes de la Cruz, y yo tenía una vida cómoda. Al entrar a formar parte de los que sufren, me sentí parte del Pueblo del Señor.

Siendo débil en el Señor, notaba más su fortaleza en mí. Entonces se me pasó el miedo. El sufrimiento es superado por el Amor, y al sufrir con Cristo, nos hacemos partícipes de su Amor. Yo le decía al Señor que si me daba fuerzas, saldría de mí misma, le amaría más y también a mi gente. Al mismo tiempo, en el amor de los otros hacia mí, sobre todo en el de mi marido, descubrí el Amor desbordante del Señor. Mi familia se volcó conmigo. Mucha gente me llamó para decirme que rezaba por mí. Yo ofrecía mis dificultades por todos ellos. Así se formó un círculo de oración y de gracia. En los momentos más duros, sólo mi Madre del cielo me ha podido ayudar. Ella, María, me ha aligerado esa carga que cae pesadísima sobre los hombros; Ella sola me ha deshecho el nudo de la garganta, y me ha hecho ver que esto es un encuentro con su Hijo, gracias al cual yo también puedo entonar mi pequeño Magnificat.

El Señor cuenta con nosotros

En Febrero de 2007 me dieron de alta –no definitiva, pero muy esperanzadora- por lo que hicimos planes nuevos. En Junio me detectaron una metástasis en los huesos. La cosa estaba clara: el Señor quería seguir contando conmigo. Mis planes de trabajo y estudio se cayeron. Los planes del Señor, sin embargo, siguieron adelante. Y me hice la siguiente reflexión: ¿qué vida es mejor: la que yo había pensado o la que me impone la enfermedad? La respuesta es que una no es mejor que la otra, pues la bondad no está en lo que se haga, sino en cómo se haga, y sobre todo de Quién vayas acompañado. He visto que de mis cuarenta años, el último ha sido especialmente dulce porque he contado de una forma sorprendente con la presencia de Cristo en mi vida diaria. Y he llegado a preguntarme si debo desear sanar, pues la dulzura de estar con Él me hace pensar en la vida eterna. En la enfermedad siento que el Maestro está conmigo, viviendo los momentos difíciles, y yo con Él participando así de su Cruz. Por eso, la enfermedad es dulce, pues le tengo a Él, le he descubierto a Él en mí. Y yo empiezo a vivir aquí en la tierra, sin mérito mío, las dulzuras de estar con Él en el cielo.

Alegría y ganas de vivir

Yo pensaba, antes de la enfermedad, que la vida era un valle de lágrimas. Desde que estoy enferma, me han entrado unas ansias irresistibles de vivir, de transmitir la alegría que me da sentirme amada por el mismo Dios. Claro que ahora vivo de otra manera, pues tengo al Maestro más cerca. Le pido al Señor que me enseñe a vivir el día, sabiendo que no sé si cuento con el mañana. La respuesta, como siempre, está en el amor. Después de tantos años de ejercicios espirituales, de meditar el Principio y fundamento, me han tenido que atar a una camilla de hospital para entender que un minuto de cansancio extremo, o de simplemente mirar el horizonte, dan gloria a Dios si se ofrecen por amor; que el objetivo de la vida no es ganar dinero, ni una vida exitosa, sino amar, amar, amar, y dejarme amar, dejarme amar, dejarme amar. Y confiar, vivir el día, vivir en cristiano, y transmitir a mi gente, en esta sociedad occidental tan triste y materializada, la alegría del Crucificado (por eso sonríe el Cristo de Javier).

Vivir la enfermedad cerca de la Trinidad

A lo largo de estos meses, he descubierto cómo cada una de las Personas Divinas de la Santísima Trinidad me cobija, me quiere, en la enfermedad de una forma distinta. Entre ellas cubren unas funciones de forma amorosa, y si las escucho a las Tres, la angustia desaparece y se abren camino la paz y la alegría. En Dios Padre, vivo la confianza de saber que Él es mi Padre, que me ha creado, que es todo Poder, todo Saber y todo Bondad, y que por lo tanto no puede haber ningún resquicio de vida ni circunstancia familiar que Él no haya previsto en sus planes de Amor. En Cristo, tengo el único y mejor Maestro de vida, con el que me encuentro a diario en la Eucaristía. Él me va enseñando el camino. En el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, pongo la esperanza de que me sostendrá y me inspirará, como lo viene haciendo, la paz y la alegría de saberme Hija de Dios. A mi Dios, Uno y Trino, por intercesión de la Virgen María, Madre del Salvador, le pido me dé fuerzas, me sostenga y me ayude a ser humilde ante Él.

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Fuente: Magnificat del día 11 de febrero de 2008

jueves, 13 de diciembre de 2007

Generosidad, dar a los demás lo mejor / Autor: Francisco Cardona

Enseñar a poner el corazón en cada acción que nos lleve a compartir con los demás

Definición


La generosidad es la virtud que nos conduce a dar y darnos a los demás de una manera habitual, firme y decidida, buscando su bien y poniendo a su servicio lo mejor de nosotros mismos, tanto bienes materiales como cualidades y talentos.

La solidaridad es una determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común; no es un sentimiento superficial por los males de tantas personas cercanas o lejanas, sino una actitud definida y clara de procurar el bien de todos y cada uno.

Meta

Formarnos en la generosidad, el desprendimiento y en el dar lo mejor de sí, contrarrestando los efectos del egoísmo. Salir de sí mismos y experimentar la felicidad que proporciona el donarse a los demás y vivir el valor del servicio, que implica una participación y solidaridad profunda con el otro.

Sentir la felicidad de los demás como propia, porque esto nos hará más felices en la vida porque compartiremos no sólo los propios éxitos y logros sino los de los demás.

Sólo se podrá ser realmente feliz haciendo felices a los demás, preocupándonos por los otros aún si nosotros mismos nos encontramos en el sufrimiento. Y como fruto de esta comprensión y convencimiento, nos comprometemos con los demás, viviendo la generosidad y la solidaridad

Somos responsables de la felicidad de los demás, que lo que hagamos o dejemos de hacer siempre tendrá repercusiones positivas o negativas en los que nos rodean, y como fruto de este convencimiento debemos optar por participar buscando siempre el bien común.


¿Por qué nos interesa fomentar la virtud de la generosidad?

¨ Porque experimentaremos que hay más alegría en dar que en recibir, y podremos optar por una vida de generosidad que nos brindará una mayor felicidad y realización personal.

¨ Porque asumiremos que también somos
¨ Porque descubriremos que el valor de la persona no se mide por la cantidad que da sino por la alegría y la generosidad que manifiesta en sus detalles. La manera de dar vale más que lo que se da. Y así seremos capaces de ver a las personas no en función de lo que tienen sino de lo que son.

¨ Porque aprenderemos que ser generosos es saber dar, acompañando lo que damos con ternura, afecto y alegría. Que se debe poner el corazón en cada acción que nos lleve a compartir y viviremos la verdadera generosidad en nuestra relación con todas las personas.

¨ Porque dar es el acto en que se expresa el amor y una persona que sabe amar es generosa. Comprenderemos que compartir no se limita a dar cosas materiales, sino que involucra el tiempo, la atención, el amor, los sentimientos, etcétera y estaremos capacitados a amar con madurez y sinceridad, sin egoísmo.

¨ Porque no se trata únicamente de aprender a dar cosas, sino de aprender a darse uno mismo. Ser generoso no es dar lo que nos sobre, sino dar lo que somos. Este es el fundamento de la felicidad humana.

¨ Porque es enriquecer a los que nos rodean con nuestros propios valores, colaborando en la transformación de la sociedad, sin permitir que se desperdicien los dones y cualidades que Dios ha dado a cada uno.

¨ Porque compartir implica estar atento y saber reconocer la necesidad del otro, abriéndose a los demás y abriendo el propio interior al amor de los otros.

¨ Porque la solidaridad debe ser una actitud habitual, firme y perseverante de servicio, de poner atención en las necesidades de los demás, aún a costa de los beneficios propios.

¨ Porque valorar y ayudar a los compañeros y participar con ellos llevará a la solidaridad y a la generosidad.

¨ Porque la solidaridad implica un compromiso que en muchas ocasiones nos obliga a dejar nuestra comodidad e intereses inmediatos por el bien común. Este compromiso lo debe llevar a buscar siempre los mejores medios, comprometiendo a la persona para servir y trabajar con generosidad por los demás.

¨ Porque ser generoso en el servicio a los demás da sentido a la propia vida.

¨ Porque al vivir esta virtud no desde un punto de vista teórico, sino práctico, lograremos una mayor armonía en la familia y en la sociedad, trabajando y luchando juntos y capacitaremos a los demás a formar la propia familia con más posibilidades de estabilidad, éxito y felicidad.

Vivir la generosidad significa

¨ Dar con alegría.

¨ Compartir de buen modo.

¨ Dar algo que es valioso para mí.

¨ Guardar parte de mi dinero o de mis cosas para ayudar a quien lo necesite.

¨ Compartir con una sonrisa aunque me sienta mal.

¨ Compartir mi tiempo escuchando con atención lo que otros tengan que decirme, aunque yo tenga otras cosas que hacer o realmente no me interese mucho lo que dicen.

¨ Estar siempre pendiente de las necesidades de los demás, más que de las mías.

¨ Estar siempre dispuesto a dar lo mejor de mí ante las necesidades de los demás.

¨ Ayudar sin que nadie me lo pida.

¨ Compartir mi tiempo ayudando aunque tenga que dejar de hacer otras cosas que me gustan.

¨ Estar pendiente de las necesidades de los demás.

¨ Hacer algo cada día por el bien de los demás, buscando la manera mejor y más eficaz de hacerlo, dando siempre lo mejor de mí.

Qué facilita la vivencia de esta virtud

Las virtudes de:

¨ Servicio, y las capacidades de desprendimiento y disponibilidad que nos ayudan a ser capaces de dar y darnos en el momento en que se necesite.

¨ Alegría y amabilidad que nos lleva a ser generosos dando siempre lo mejor de nosotros.

¨ Compañerismo y participación que nos ayudan a buscar y trabajar por el bien común y a contrarrestar el ambiente de egoísmo que prevalece en la sociedad.

¨ Comprensión y responsabilidad que nos ayudan a entender las necesidades de los demás, y a sentir que somos responsables de dar una respuesta comprometida y seria ante las necesidades de los otros.

¨ Gratitud y hospitalidad que nos conducen a darnos cuenta de los dones que tenemos, dar gracias por ellos y compartirlos con otros.

¨ Magnanimidad, que nos lleva a tener miras altas en el servicio a los demás.

¨ Fomentar un ambiente en donde se atiendan las necesidades de los demás antes que las propias.

¨ Ejercitarse en actos de servicio voluntario.

Qué dificulta la vivencia de esta virtud

¨ La competitividad mal entendida y egoísta que lleva a pensar en el otro es enemigo en potencia.

¨ Ambiente de egoísmo e individualismo.

¨ Pusilanimidad, estrechez de miras.

¨ Dureza de corazón .

En el Evangelio podemos encontrar cómo Jesús valora la generosidad:

«Estaba Jesús en el templo y veía cómo los ricos iban echando dinero en el cofre de las ofrendas. Vio también a una viuda pobre que echaba dos monedas de poco valor y dijo: "Les aseguro que esa viuda pobre ha echado más que todos los demás; porque ésos han echado de lo que les sobra, mientras que ésta ha echado todo lo que tenía para vivir."» Lc 21, 1-4.

«Jesús recorría toda Galilea, enseñando en sus Sinagogas, anunciaba la buena noticia del reino y curaba las enfermedades y las dolencias del pueblo.» Lc 6, 17

«Entonces Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: “Me da lástima esta gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen que comer. No quiero despedirlos en ayunas, no sea que desfallezcan por el camino."
Los discípulos le dijeron: “¿De dónde vamos a sacar en un despoblado para dar de comer a tanta gente?”
Jesús les preguntó: “¿Cuántos panes tienen? Ellos le respondieron: siete, y unos pocos pececillos.”
Entonces Jesús mandó a la gente que se sentara en el suelo. Tomó los siete panes y los peces, dio gracias, los partió y se los iba dando a los discípulos, y éstos a la gente. Comieron todos hasta saciarse, y recogieron siete cestos llenos de los trozos sobrantes. Los que comieron eran cuatro mil hombres, sin contar mujeres y niños.» Mt 15, 32-38.

«Entonces el rey dirá a los de un lado: “Vengan, benditos de mi Padre, tomen posesión del reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me dieron de comer; tuve sed y me dieron de beber; era un extraño, y me hospedaron; estaba desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; en la cárcel y fueron a verme”. Entonces le responderán los justos: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos; sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo fuiste un extraño y te hospedamos, o estuviste desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?” Y el rey les responderá: “Les aseguro que cuando lo hicieron con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicieron”.» Mt 25, 34-40.

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Fuente: Catholic.net