miércoles, 18 de junio de 2025
miércoles, 21 de mayo de 2025
Merche Gil ha afrontado un cáncer: «hemos vivido la enfermedad confiando en Dios y en los médicos; tuve que aprender a abandonarme en el Señor, aceptando la cruz, sabiendo que es el camino hacia el cielo»
Merche Gil con su esposo Óscar y sus hijos Gonzalo y Alejandro
* «Reconozco que me cuesta pensar cómo se puede vivir un acontecimiento como este sin fe, y lo he pensado mucho durante estos meses. Para mí la fe ha sido uno de los pilares fundamentales estos meses, el diagnóstico llegó unos días antes de la Semana Santa del año pasado y puedo asegurar que ha sido la que más unida he estado al Señor y a la Virgen. Sabemos que de este sufrimiento Dios sacará un bien mayor. Por supuesto que la fe no quita el dolor, pero se vive de otra manera»
Camino Católico.- Merche Gil vive la fe, junto a su familia, en la Parroquia Inmaculada Concepción de Ntra. Sra. de Alcorcón de la diócesis de Getafe. Esposa y madre de familia, en marzo de 2024 le diagnosticaron un cáncer de mama. Su vida cambió de la noche a la mañana, pero la enfermedad le ha unido más al Señor. El testimonio lo ha contado en el último número de 'Padre de Todos’.
- Tu historia es de total esperanza, sobre todo en los últimos meses... ¿Por qué?
- En marzo de 2024 en una revisión rutinaria me diagnosticaron cáncer de mama en estadio I, pero se trataba del tipo de cáncer más agresivo. En cuestión de una semana desde el diagnóstico, empecé el tratamiento porque era preferible hacerlo cuanto antes. Han sido 16 sesiones de quimioterapia, después la cirugía para eliminar el tumor, 15 sesiones de radioterapia y 6 meses de quimioterapia preventiva.
- ¿Cómo has vivido este tiempo de enfermedad?
- Al principio es un golpe importante, te enfrentas a una enfermedad grave de forma inesperada, con la incertidumbre que conlleva, con un tratamiento duro que hasta el final no se sabe si funcionará y teniendo que parar de golpe la actividad habitual.
Lo primero que hicimos fue contárselo a nuestros hijos, a nuestro párroco y vicario parroquial, a nuestro obispo D. Ginés, y a muchos sacerdotes amigos y seminaristas, pidiéndoles que rezaran por nosotros. Esto pasó cuatro días antes del día de San José y decidí ofrecer cada momento de la enfermedad por los sacerdotes y seminaristas.
Yo, que suelo querer tener todo controlado y organizado, tuve que aprender a abandonarme en el Señor, aceptando la cruz, sabiendo que es el camino hacia el cielo. La enfermedad nos ha permitido parar y ver la belleza de lo que nos rodea. Cuando uno busca tener todo bajo control, Jesús nos pide que confiemos y que abandonemos la creencia de que nosotros podemos con todo.
Además, hemos contado con mucha gente que ha rezado por mí y por mí familia, sacerdotes, amigos, todos los grupos de la parroquia, en especial nuestro grupo de matrimonios, familias y profesores del colegio Juan Pablo II, monjas de muchísimos sitios, las familias del familión, compañeros de trabajo, todos ellos nos han cuidado, acompañado, no ha habido un solo día en el que no haya habido un mensaje, una llamada, un abrazo, una visita, un detalle … en todo momento no hemos dejado de dar gracias a Dios, a los médicos y a todas las personas que han estado a nuestro lado.
- ¿Nunca pensaste en tirar la toalla?
- Nunca he pensado en tirar la toalla, hemos vivido la enfermedad con esperanza, incluso con alegría e intentando no perder la sonrisa (aunque a veces haya habido lágrimas y momentos más difíciles), confiando en Dios y en los médicos.
La vida es un regalo y tenemos que aprovechar cada momento, tanto bueno como malo.
- La fe, ¿qué papel ha jugado?
- Reconozco que me cuesta pensar cómo se puede vivir un acontecimiento como este sin fe, y lo he pensado mucho durante estos meses. Para mí la fe ha sido uno de los pilares fundamentales estos meses, el diagnóstico llegó unos días antes de la Semana Santa del año pasado y puedo asegurar que ha sido la que más unida he estado al Señor y a la Virgen. Sabemos que de este sufrimiento Dios sacará un bien mayor. Por supuesto que la fe no quita el dolor, pero se vive de otra manera.
- ¿Cómo lo ha vivido tu familia?
- Al principio lo vivieron con preocupación, sobre todo por no saber a qué nos enfrentábamos, como iba a cambiar el día a día, pero también lo han vivido con fe y acompañados. Óscar, mi marido, no ha dejado de estar a mi lado, con cariño, amor y paciencia infinita, acompañándome a todas las sesiones de quimioterapia, estando en todo momento, incluso sin pelo me decía que estaba guapa…
Gonzalo y Alejandro, que ya son adolescentes, han sido muy generosos, comprensivos con la situación, cariñosos y responsables, estando a la altura de las circunstancias en todo momento. Dios me puso al mejor marido y a los mejores hijos que podría tener.
En octubre del año pasado celebramos nuestro 20 aniversario de matrimonio, esperamos a terminar las sesiones de radioterapia y en noviembre pudimos hacer una misa de acción de gracias acompañados por muchos amigos.
- Estamos en tiempo pascual que ha empezado fuerte: muerte del Papa Francisco, un gran apagón… ¿Es tiempo para la esperanza?
- Siempre es tiempo para la esperanza, durante estos meses me ayudó mucho la ponencia de D. Ginés sobre la esperanza que dio en octubre.
Precisamente el Papa Francisco decía que en el corazón de toda persona anida la esperanza como deseo y expectativa del bien, aun ignorando lo que traerá consigo el mañana.
No sabemos lo que va a pasar mañana, pero no podemos perder la esperanza. La vida puede cambiar en un instante, y de repente hay que vivir el día a día, y simplemente amar y ser amado.
- Podríamos decir que estás viviendo tu propio Jubileo…
- Sí, ahora estamos viviendo un momento especial, sólo quedan dos semanas para terminar el tratamiento preventivo (que sigue teniendo efectos secundarios, aunque más leves), me encuentro bien, hace dos meses pude volver a trabajar y aunque sabemos que quedan unos años de revisiones, podemos decir que es un momento alegre, coincidiendo además con la Pascua.
- En la diócesis eres muy activa, entre otras cosas, con el Familión. ¿De qué te encargas exactamente?
- Si, en la diócesis formo parte del consejo pastoral diocesano, soy la presidenta de la Acción Católica y la vicepresidenta del Familión, y en la parroquia soy la secretaria del consejo pastoral y colaboramos toda la familia en lo que podemos.
Con respecto al Familión, nuestros objetivos son colaborar en la tarea evangelizadora de las familias, acompañar a las familias a vivir su vocación, ofrecer medios de formación, acoger a las familias en dificultades y trabajar en la tarea educativa de la familia. Y lo hacemos con distintas actividades: formación, peregrinaciones, ejercicios espirituales, y las más conocida es el encuentro de familias en Málaga, que desde hace unos años hacemos en dos semanas para poder acoger a todas las familias que quieren participar.
- Y ya estáis preparando los dos grandes encuentros para este verano…
- Sí, este año serán del 17 al 23 de agosto y del 24 al 30 de agosto, llevamos ya unos meses preparando los dos encuentros de verano, tenemos una coordinadora general del Familión y dos equipos, uno para cada semana, además de un número importante de matrimonios que antes y durante la semana del encuentro colaboran en muchas cosas. Se han inscrito más de 150 familias, lo cual es un regalo y todo el trabajo merece la pena.
sábado, 3 de mayo de 2025
Marcelo Figueroa, pastor protestante: «Hace diez años me daban un año de vida y el Papa Francisco rezó por mí en el Vía Crucis del viernes santo y el cáncer agresivo que tenía desapareció»
Marcelo Figueroa junto al Papa Francisco en uno de sus encuentros
* «Prácticamente todos los días llamaba a mi casa para ver cómo estaba, que él seguía orando por mí. Bueno, esos gestos tan humanos, tan espirituales, tan profundos de él, que uno siempre guarda en el corazón»
Vídeo de la Televisión Pública Argentina en el que Marcelo Figueroa cuenta su testimonio
Camino Católico.- El argentino Marcelo Figueroa, pastor protestante, amigo por décadas del Papa Francisco, relata cómo fue que las oraciones del Pontífice mediaron milagrosamente para su sanación de un cáncer agresivo. Ante la aparición de la enfermedad los médicos le pronosticaron que sólo podría vivir un año. En el video de la Televisión Pública Argentina, Marcelo Figueroa cuenta su testimonio de cómo sanó.
El Papa oró por él y se curó. ¿Podemos hablar de un milagro? se pregunta el periodista argentino Guillermo Andino al iniciar su diálogo con Marcelo Figueroa, pastor protestante y amigo de Papa Francisco, quien afirma tener "un profundo sentimiento de orfandad" ante el fallecimiento del Pontífice.
Han sido 25 años en los cuales se forjó el vínculo entre Marcelo, protestante, y el Papa católico. Años de experimentar el diálogo interreligioso, forjando luego instancias para fortalecer el ecumenismo. A la par crecía espontáneo el íntimo afecto entre ambos. "Para mí fue un padre, un amigo. Él mismo decidió llamarme amigo", reitera Marcelo con voz emocionada.
Se puede comprender la intensa conmoción de este pastor protestante, tras escuchar su testimonio de cómo la impronta de Dios presente en el Papa Francisco marcó su alma, cuando por las oraciones del Pontífice fue sanado de cáncer, como él mismo lo relata:
Marcelo Figueroa y el Papa francisco saludándose en uno de los viajes apostólicos
«Mira, voy a rezar por vos. Ahora tengo que ir al Coliseo, cuando esté allí voy a rezar por vos»
Hace 10 años, justo el día de mi cumpleaños, el Papa Francisco me llamó, como todos los cumpleaños. Y bueno, yo tenía que ir a buscar una biopsia... pero le dije que estaba todo bien, que se quede tranquilo, que seguramente no era nada. Bueno, no fue así, era un cáncer muy agresivo que en general porcentajes que dan era más o menos podía durar un año (...) Entonces yo le escribí a él, por supuesto pidiéndole oración. Justo estábamos en Semana Santa. Y bueno, él me llamó el día que va al Coliseo para el Vía Crucis de Viernes Santo. Yo estaba con mi señora y me llamó por teléfono y me dijo: «Mira, estoy vestido para salir al Coliseo, acabo de recibir tu carta y no puedo salir sin saber cómo estás». Le conté y me dijo: «Mira, voy a rezar por vos. Ahora tengo que ir al Coliseo, cuando esté allí voy a rezar por vos». Y, bueno, el cáncer desapareció.
Recuerdo después de un año cuando me encontré con él en Santa Marta. Justo llegué a la recepción y bajó Bergoglio con Tucho Fernández que en ese momento ni siquiera era cardenal. Franciscol, delante de todo el mundo -me dio mucha vergüenza-, porque se abrió el ascensor, me vio, levantó los brazos y me dice: «¡Viniste Lázaro!», por el Lázaro de la historia bíblica. Claro, así con ese chiste. Pero bueno, él llamó mucho a mi familia, habló con mi esposa, sí. Prácticamente todos los días llamaba a mi casa para ver cómo estaba, que él seguía orando por mí. Bueno, esos gestos tan humanos, tan espirituales, tan profundos de él, que uno siempre guarda en el corazón.
Marcelo Figueroa
miércoles, 12 de marzo de 2025
Juan Modesto, abogado en medicina legal y forense, curado milagrosamente de un carcinoma renal por intercesión de Santa Teresa de Calcuta
Juan Modesto, abogado en medicina legal y forense, muestra el TAC médico que certifica su curación milagrosa de un carcinoma renal por intercesión de Santa Teresa de Calcuta
Camino Católico.- Juan Modesto, abogado en medicina legal y forense, relata a El Rosario de las 11 PM su milagrosa curación de un carcinoma renal tras una profunda experiencia espiritual, destacando su acercamiento a Dios, la intercesión de Santa Teresa de Calcuta y la transformación de su vida.
miércoles, 8 de enero de 2025
Cuatro milagros actuales de Cristo: Ana Hernández, científica, se quedó ciega y ve; Sara Quiroz, arquitecta, estaba paralítica y anda; y Sergio Rodríguez, enfermo terminal, que se cura 2 veces
Ana Hernández, científica, Sara Quiroz, arquitecta, y Sergio Rodríguez, economista, cuentan cómo vivieron los milagros que les sanaron
Camino Católico.- Hagan Lío, la serie de testimonios de Juan Manuel Cotelo e Infinito+1, ha publicado su 8ª entrega, que recoge tres historias de personas curadas milagrosamente en España, en años recientes. Es un capítulo titulado "Milagros". Las cuatro sanaciones las protagonizan tres persona: Ana Hernández, científica, que se quedó ciega y ve; Sara Quiroz estaba paralítica y anda; y Sergio Rodríguez, economista, enfermo terminal, que se cura 2 veces.
Vídeo de Infinito+1 del programa completo de Hagan Lío-Milagros en el que Ana Hernández, científica, Sara Quiroz, arquitecta, y Sergio Rodríguez, economista, cuentan su testimonio de cómo vivieron los milagros que les sanaron
No son curaciones rumoreadas ni leyendas antiguas: los tres protagonistas de los milagros hablan a la cámara, hablan sus parientes, hablan sus médicos, algunos tienen imágenes en vídeo del día de su sanación y las muestran, con los papeles de los médicos.
Ana Hernández fue a misa, sin fe, sin entusiasmo ni devoción... y se curó
Ana Hernández, que es científica, no tiene explicación para la sanación que Jesucristo obró en ella
El caso de Ana Hernández, científica, también a partir de su testimonio en un vídeo de Cotelo. Había sufrido siete neuritis en su ojo izquierdo, estaba convencida de que un día u otro quedaría completamente ciega, era cuestión de tiempo.
Lo interesante es que a su sanación no se le puede achacar ningún efecto placebo, histeria ni predisposición. Ella estaba bastante alejada de la Iglesia, y sólo recientemente había empezado a ir a un grupo de oración carismática porque le atraía la música y la alegría del grupo. Espiritualmente estaba más bien interesada en temas de terapias alternativas, aunque ya veía que no la llenaban por dentro.
Acudió al encuentro nacional anual de la Renovación Carismática Católica en Madrid, por ver el ambiente, sin fe. Su curación no fue nada "carismática": nadie le impuso manos, ni oró por ella de manera especial, ni ella pidió sanación.
Sucedió durante la misa, en el momento de la elevación. El vídeo de Cotelo no lo detalla, pero en otras ocasiones (como la revista Nuevo Pentecostés) ella ha detallado que quien presidía en ese momento era el cardenal Carlos Osoro, que no tiene ningún rasgo de entusiasmo carismático.
En el momento de la elevación, ella miró a la pantalla con letras de las canciones y se dio cuenta de que podía ver perfectamente. Los médicos detectaron que su nervio óptico estaba ahora perfecto. Luego descubrió que su madre llevaba años orando por ella y la curación de su vista. Desde entonces, su vida de fe cambio y en los últimos años dedica esas semanas de verano a volcarse en la organización del encuentro anual carismático.
Sara Quiroz: "Le miré a los ojos y vi a Jesús"
Sara Quiroz, arquitecta, se levantó de la silla de ruedas y comenzó a caminar, después que el padre Jaime Kelly rezara por ella
El otro caso sucedió con Sara Quiroz el 3 de julio de 2011 en otro encuentro nacional de la Renovación Carismática, pero el caso en sí es muy distinto. Ana apenas creía vagamente en Dios y se curó en misa, mientras que Sara era una joven de fe fuerte, ya veterana en Renovación Carismática, de padres peruanos, también veteranos en esta corriente eclesial, y se curó en una oración de intercesión en privado.
El predicador era el padre Jaime Kelly, un misionero irlandés con muchos años de servicio en Venezuela, popular por su oración de sanación, con una misa semanal para enfermos en Maracaibo. El lema del encuentro era "Levántate y anda", y eso enfurecía a Sara, que llevaba casi un año en silla de ruedas debido a un error médico. Todos los amigos carismáticos le decían "mira, Sara, 'levántate y anda'", y ella pensaba "sí, qué más quisiera yo".
Una crónica en el diario La Razón en 2011 recuerda aquel día. El periodista acudió a la asamblea un rato, luego entrevistó al padre Kelly en los camerinos, en el pabellón del salón de actos del Parque de Atracciones de la Casa de Campo de Madrid. "Reza por los enfermos y muchos dicen curarse. Con paciencia infinita atiende en los descansos a personas que le acosan pidiendo que rece por ellos imponiéndoles las manos. 'El signo de imponer las manos sobre los enfermos, con fe expectante, es importante. Lo usaba Jesús y lo usó San Pablo en Malta'", recogía la crónica. Justo cuando el periodista se iba, tras la entrevista, llegó Sara al camerino.
El padre Kelly rezó por ella, pero Sara dice que lo miró a los ojos y a quien vio fue a Jesús. "Y ahora, levántate y camina", le dijo Kelly. Y ella caminó bien y ya no dejó de hacerlo, y lo contó esa misma tarde ante la multitud allí reunida y quedó grabado. Eso fue en 2011. Ahora ella es una joven arquitecta, que se casó en 2020 en plena pandemia (otra aventura) y cuenta su historia de sanación. En la Renovación Carismática de Madrid muchos la conocen, ha trabajado con jóvenes y adolescentes y a veces dicen "es Sara, la del milagro".
En 2012 Sara Quiroz contaba así su sanación en este vídeo:
Sergio Rodríguez: curado de dos cánceres linfáticos
A la derecha, Sergio Rodríguez, economista, que se curó de dos cánceres, junto al médico que no podía creer los resultados de las pruebas y tardó una semana en decirle que la enfermedad había desaparecido
El caso de Sergio Rodríguez Cuadrado, economista, es también asombroso. Va ligado a la oración de sus seres queridos, a un paso por el santuario de Lourdes, a una forma de afrontar la enfermedad con serenidad, alegría y entereza. Dos veces los oncólogos le dijeron con rotundidad: "tus probabilidades de supervivencia son cero, despídete de tus seres queridos". También daban por casi seguro que la quimioterapia y radioterapia le dejaran estéril. Pero se curó por completo de dos cánceres linfáticos y es padre de 5 hijos.
El médico de Sergio accede a hablar en el documental, alaba la personalidad del milagrado e improvisa cosas sobre cómo la actitud ante la enfermedad puede ayudar o tener algo que ver. Pero sabemos que cada año mueren miles de enfermos con excelente actitud. La buena actitud es algo meritorio y valioso, sin duda, pero no cura cánceres. En este caso, Sergio, que ha reflexionado mucho sobre el tema, y sobre el valor de la vida, y cómo aprovecharla, ha escrito un libro al respecto titulado Una segunda oportunidad (publicado en Palabra en enero de 2024).
El resultado es un vídeo luminoso, de sanación, esperanza y alegría al rendirse a Dios, un Dios cercano que actúa, que a veces cura cuerpos de forma asombrosa, y que siempre quiere sanar corazones.
Sergio Rodríguez explicaba en este vídeo su doble sanación, a principio del año 2024:
viernes, 27 de diciembre de 2024
Belén Domínguez ante un tumor en la médula: «Dios me ha curado el alma y me ha convertido. Jesús me está guiando en cada paso, Él es el timón de mi vida»
Belén Dominguez junto a su novio, Emilio, desde su habitación en el hospital Universitario Ramón y Cajal / Foto: Instagram de Belén Dominguez @belendominguezb
* «Ha sido Dios el que ha venido a buscarnos y nosotros le dijimos que sí. Desde entonces ese viaje de enfermedad ha sido duro, pero nada que ver con lo que sería sin Dios, que ha dado una vuelta a mi vida… Comulgar es lo que más feliz me hace porque es mi mejor medicina. Empiezo el día feliz, con muchísimo gozo. Me despierto y ya estoy contenta… Ahora Cristo es lo primordial en mi vida. Gracias a Él tengo todo lo demás. Todo es gracias a Él, no soy yo»
Vídeo de 13 TV en el que Belén Domínguez y su novio Emilio cuentan su testimonio
Camino Católico.- Belén Domínguez, una joven española de 31 años, ha demostrado una fuerza y una fe muy firmes al enfrentarse a un diagnóstico de tumor medular. Su historia, compartida en el programa 'Ecclesia en Salida' de 13 TV, es un testimonio de esperanza y un ejemplo de cómo la fe puede ayudar a superar los momentos más difíciles. Una historia que también está plasmada en su libro 'La vida es bonita incluso ahora: Una historia real de superación y lucha'.
Al compartir su fe, Belén Dominguez afirma que “Dios me ha curado el alma y el cuerpo espero que Él quiera. Me he dado cuenta que Dios me ha convertido y que todo esto era para mi conversión, porque yo tenía una fe normal. Aunque estoy enferma con un cáncer de estadio cuatro, sin movilidad y sin nada, que es como lo más grave de todo. Yo me siento superlibre porque por dentro tengo a Dios y gracias a él tengo una maravilla en mi vida que no puedo creer, no puedo cuantificar".
Belén llevaba una vida normal, con planes de boda junto a su pareja, Emilio, cuando de repente recibió la noticia del tumor. “De repente nos dijeron eso y estamos los dos solos en la sala de urgencias con los neurocirujanos (...) y fue como shock”, relata Belén, describiendo el impacto inicial del diagnóstico. Tras una operación compleja y tratamientos agresivos que no dieron los resultados esperados, los médicos les sugirieron buscar un centro de cuidados paliativos.
Belén Domínguez junto a sus padres y su novio, Emilio / Foto: Instagram de Belén Domínguez @belendominguezb
La fuerza de la oración y la fe
Ante esta desgarradora noticia, Belén confiesa que perdió la esperanza. Sin embargo, Emilio la animó a seguir confiando. “Oye tú confía, tú sigue confiando y la esperanza no la perdemos porque aunque te hayan dicho ya que no hay salida médica, nosotros vamos a seguir pensando en que alguna solución puede haber”, le dijo Emilio. Juntos, rezaron fervientemente pidiendo una oportunidad para seguir luchando.
Milagrosamente, al día siguiente apareció un ensayo clínico adecuado para el tipo de tumor de Belén. “Escuchó nuestras oraciones y apareció un ensayo clínico. Vino el doctor a decirnos que había aparecido un ensayo justo para el tipo de cáncer de Belén”, cuenta Emilio con alegría.
A pesar de los duros efectos secundarios del tratamiento, Belén mantiene una actitud positiva y se aferra a su fe. “Cada vez lo llevamos mejor, porque yo creo que es cuestión de actitud, que es como siempre lo decimos y eso no nos ha faltado nunca”, afirma Belén. Su día a día en el hospital está marcado por la oración y la comunión diaria, que le brindan consuelo y fortaleza.
“Ha sido Dios el que ha venido a buscarnos y nosotros le dijimos que sí. Desde entonces ese viaje de enfermedad ha sido duro, pero nada que ver con lo que sería sin Dios, que ha dado una vuelta a mi vida. Siempre rezando el rosario digo que Dios me ha curado el alma y el cuerpo espero que Él quiera. Me he dado cuenta que Dios me ha convertido y que todo esto era para mi conversión, porque yo tenía una fe normal…. Ahora Cristo es lo primordial en mi vida. Gracias a Él tengo todo lo demás, Jesús me está guiando en cada paso, Él es el timón de mi vida. Todo es gracias a Él, no soy yo”, reflexiona Belén.
“Al final mucha gente se pregunta: ¿Por qué a mi me ha tocado la enfermedad? Pero nosotros como veíamos que no íbamos a obtener una respuesta […] dijimos, ¿para qué? Vamos a evitar ese por qué a mi, y vamos a buscar un para qué que al final nos llene más”, dice.
Cada día, desde su habitación repleta de estampas de santos e imágenes de la Virgen —a quien ha prometido rezar un Rosario cada día—, la joven sevillana saca la fuerza necesaria para transmitir con humildad un mensaje de esperanza a los más de cien mil seguidores que tiene en su cuenta de Instagram y a quienes atraviesan situaciones similares. “Dios quiere que haga mejores a los demás, y creo que mi papel aquí, a día de hoy, es evangelizar y dar ejemplo de mi fe. Yo soy un mero instrumento”, remarca.
“Hay muchísima gente que me escribe cartas y agradece que le esté ayudando a fortalecer su fe. Yo sé que el Señor está aquí presente conmigo y Él me lo está dando por algo”, transparenta.
A pesar de las dificultades, revela que Dios le manda pequeños regalos y señales cada día, y asegura que se siente inmensamente afortunada por poder transmitir su fe a los demás.
“Comulgar me hace feliz porque es mi mejor medicina”
Lo primero que Belén hace al despertar es recibir la sagrada comunión durante la visita del capellán del hospital, con quien ha forjado una especial amistad. “Realmente es lo que más feliz me hace porque es mi mejor medicina. Empiezo el día feliz, con muchísimo gozo. Me despierto y ya estoy contenta”.
Belén Domínguez junto al P. Juan Pedro / Foto: Instagram de Belén Domínguez @belendominguezb
“Ahora cada día rezo más, porque es cuando más feliz soy. A través de la oración he descubierto que Él es lo primero, Él es lo único, y gracias a Él tengo a Emilio, a mi familia, vienen mis amigos a verme… es todo gracias a Él, entonces yo acepto la enfermedad y estoy muy feliz”.
Dirigiendo la mirada hacia el cielo, Belén asegura confiar en la providencia y que “si en algún momento me quiere llevar, yo seré feliz porque me voy con Él, y sé que le dará la fortaleza a los que me rodean para afrontarlo”.
“Y si quiere me quedaré aquí, que es lo que yo le pido todos los días, porque me encantaría seguir glorificándolo y hacer el mayor apostolado que pueda, que ahora intento hacerlo desde una cama”.
Esta experiencia le ha enseñado a sacar lo mejor de cada situación y a disfrutar de cada instante. Aunque no siempre es fácil, remarca que el Señor le ayuda a no caer en la desesperación, a no ceder y a “responder siempre con una sonrisa”.
Emilio ha sido un pilar fundamental para Belén durante todo el proceso. Su amor y apoyo incondicional la han ayudado a mantener la esperanza y a afrontar los desafíos con valentía. "Es tan guay tenerle a mi lado. De verdad, gracias Señor por ponérmelo a mi lado. Es que no he podido soñar con alguien mejor. Estoy feliz", declara Belén con emoción. Pese a que no se han podido casar enfatiza que “no ha podido ser, pero Dios ha querido que estemos más unidos que nunca. Aunque nuestros planes han cambiado, hemos descubierto que los planes de Dios son perfectos y que tengo que estar aquí por algo”, cuenta emocionada al hablar de su compañero de vida, su “alegría y gasolina”, quien le sonríe con admiración desde una esquina de la habitación.
Belén Domínguez con sus inseparables amigas / Foto: Instagram de Belén Domínguez @belendominguezb
Además del apoyo de familiares y amigos, Belén se siente muy agradecida a su familia del hospital de la planta 7 del Hospital Ramón y Cajal por haberla tratado tan bien: "Aunque esté encerrada desde hace un año entre cuatro paredes, me siento más libre que nunca, porque la libertad tiene que ser interior. Al final, cuando tú por dentro te sientes libre y tienes a Dios contigo, todo es posible. Como dice Emilio, hay que valorar cualquier cosa, incluso levantarte para ir al baño" relata.
"Aunque estoy enferma con un cáncer de estadio cuatro, sin movilidad y sin nada, que es como lo más grave de todo. Yo me siento superlibre porque por dentro tengo a Dios y gracias a él tengo una maravilla en mi vida que no puedo creer, no puedo cuantificar".
El cantante Alejandro Sanz visitó por sorpresa a Belén Domínguez en el Hospital / Foto: Instagram de Belén Domínguez @belendominguezb