Belén Dominguez junto a su novio, Emilio, desde su habitación en el hospital Universitario Ramón y Cajal / Foto: Instagram de Belén Dominguez @belendominguezb
* «Ha sido Dios el que ha venido a buscarnos y nosotros le dijimos que sí. Desde entonces ese viaje de enfermedad ha sido duro, pero nada que ver con lo que sería sin Dios, que ha dado una vuelta a mi vida… Comulgar es lo que más feliz me hace porque es mi mejor medicina. Empiezo el día feliz, con muchísimo gozo. Me despierto y ya estoy contenta… Ahora Cristo es lo primordial en mi vida. Gracias a Él tengo todo lo demás. Todo es gracias a Él, no soy yo»
Vídeo de 13 TV en el que Belén Domínguez y su novio Emilio cuentan su testimonio
Camino Católico.- Belén Domínguez, una joven española de 31 años, ha demostrado una fuerza y una fe muy firmes al enfrentarse a un diagnóstico de tumor medular. Su historia, compartida en el programa 'Ecclesia en Salida' de 13 TV, es un testimonio de esperanza y un ejemplo de cómo la fe puede ayudar a superar los momentos más difíciles. Una historia que también está plasmada en su libro 'La vida es bonita incluso ahora: Una historia real de superación y lucha'.
Al compartir su fe, Belén Dominguez afirma que “Dios me ha curado el alma y el cuerpo espero que Él quiera. Me he dado cuenta que Dios me ha convertido y que todo esto era para mi conversión, porque yo tenía una fe normal. Aunque estoy enferma con un cáncer de estadio cuatro, sin movilidad y sin nada, que es como lo más grave de todo. Yo me siento superlibre porque por dentro tengo a Dios y gracias a él tengo una maravilla en mi vida que no puedo creer, no puedo cuantificar".
Belén llevaba una vida normal, con planes de boda junto a su pareja, Emilio, cuando de repente recibió la noticia del tumor. “De repente nos dijeron eso y estamos los dos solos en la sala de urgencias con los neurocirujanos (...) y fue como shock”, relata Belén, describiendo el impacto inicial del diagnóstico. Tras una operación compleja y tratamientos agresivos que no dieron los resultados esperados, los médicos les sugirieron buscar un centro de cuidados paliativos.
Belén Domínguez junto a sus padres y su novio, Emilio / Foto: Instagram de Belén Domínguez @belendominguezb
La fuerza de la oración y la fe
Ante esta desgarradora noticia, Belén confiesa que perdió la esperanza. Sin embargo, Emilio la animó a seguir confiando. “Oye tú confía, tú sigue confiando y la esperanza no la perdemos porque aunque te hayan dicho ya que no hay salida médica, nosotros vamos a seguir pensando en que alguna solución puede haber”, le dijo Emilio. Juntos, rezaron fervientemente pidiendo una oportunidad para seguir luchando.
Milagrosamente, al día siguiente apareció un ensayo clínico adecuado para el tipo de tumor de Belén. “Escuchó nuestras oraciones y apareció un ensayo clínico. Vino el doctor a decirnos que había aparecido un ensayo justo para el tipo de cáncer de Belén”, cuenta Emilio con alegría.
A pesar de los duros efectos secundarios del tratamiento, Belén mantiene una actitud positiva y se aferra a su fe. “Cada vez lo llevamos mejor, porque yo creo que es cuestión de actitud, que es como siempre lo decimos y eso no nos ha faltado nunca”, afirma Belén. Su día a día en el hospital está marcado por la oración y la comunión diaria, que le brindan consuelo y fortaleza.
“Ha sido Dios el que ha venido a buscarnos y nosotros le dijimos que sí. Desde entonces ese viaje de enfermedad ha sido duro, pero nada que ver con lo que sería sin Dios, que ha dado una vuelta a mi vida. Siempre rezando el rosario digo que Dios me ha curado el alma y el cuerpo espero que Él quiera. Me he dado cuenta que Dios me ha convertido y que todo esto era para mi conversión, porque yo tenía una fe normal…. Ahora Cristo es lo primordial en mi vida. Gracias a Él tengo todo lo demás, Jesús me está guiando en cada paso, Él es el timón de mi vida. Todo es gracias a Él, no soy yo”, reflexiona Belén.
“Al final mucha gente se pregunta: ¿Por qué a mi me ha tocado la enfermedad? Pero nosotros como veíamos que no íbamos a obtener una respuesta […] dijimos, ¿para qué? Vamos a evitar ese por qué a mi, y vamos a buscar un para qué que al final nos llene más”, dice.
Cada día, desde su habitación repleta de estampas de santos e imágenes de la Virgen —a quien ha prometido rezar un Rosario cada día—, la joven sevillana saca la fuerza necesaria para transmitir con humildad un mensaje de esperanza a los más de cien mil seguidores que tiene en su cuenta de Instagram y a quienes atraviesan situaciones similares. “Dios quiere que haga mejores a los demás, y creo que mi papel aquí, a día de hoy, es evangelizar y dar ejemplo de mi fe. Yo soy un mero instrumento”, remarca.
“Hay muchísima gente que me escribe cartas y agradece que le esté ayudando a fortalecer su fe. Yo sé que el Señor está aquí presente conmigo y Él me lo está dando por algo”, transparenta.
A pesar de las dificultades, revela que Dios le manda pequeños regalos y señales cada día, y asegura que se siente inmensamente afortunada por poder transmitir su fe a los demás.
“Comulgar me hace feliz porque es mi mejor medicina”
Lo primero que Belén hace al despertar es recibir la sagrada comunión durante la visita del capellán del hospital, con quien ha forjado una especial amistad. “Realmente es lo que más feliz me hace porque es mi mejor medicina. Empiezo el día feliz, con muchísimo gozo. Me despierto y ya estoy contenta”.
Belén Domínguez junto al P. Juan Pedro / Foto: Instagram de Belén Domínguez @belendominguezb
“Ahora cada día rezo más, porque es cuando más feliz soy. A través de la oración he descubierto que Él es lo primero, Él es lo único, y gracias a Él tengo a Emilio, a mi familia, vienen mis amigos a verme… es todo gracias a Él, entonces yo acepto la enfermedad y estoy muy feliz”.
Dirigiendo la mirada hacia el cielo, Belén asegura confiar en la providencia y que “si en algún momento me quiere llevar, yo seré feliz porque me voy con Él, y sé que le dará la fortaleza a los que me rodean para afrontarlo”.
“Y si quiere me quedaré aquí, que es lo que yo le pido todos los días, porque me encantaría seguir glorificándolo y hacer el mayor apostolado que pueda, que ahora intento hacerlo desde una cama”.
Esta experiencia le ha enseñado a sacar lo mejor de cada situación y a disfrutar de cada instante. Aunque no siempre es fácil, remarca que el Señor le ayuda a no caer en la desesperación, a no ceder y a “responder siempre con una sonrisa”.
Emilio ha sido un pilar fundamental para Belén durante todo el proceso. Su amor y apoyo incondicional la han ayudado a mantener la esperanza y a afrontar los desafíos con valentía. "Es tan guay tenerle a mi lado. De verdad, gracias Señor por ponérmelo a mi lado. Es que no he podido soñar con alguien mejor. Estoy feliz", declara Belén con emoción. Pese a que no se han podido casar enfatiza que “no ha podido ser, pero Dios ha querido que estemos más unidos que nunca. Aunque nuestros planes han cambiado, hemos descubierto que los planes de Dios son perfectos y que tengo que estar aquí por algo”, cuenta emocionada al hablar de su compañero de vida, su “alegría y gasolina”, quien le sonríe con admiración desde una esquina de la habitación.
Belén Domínguez con sus inseparables amigas / Foto: Instagram de Belén Domínguez @belendominguezb
Además del apoyo de familiares y amigos, Belén se siente muy agradecida a su familia del hospital de la planta 7 del Hospital Ramón y Cajal por haberla tratado tan bien: "Aunque esté encerrada desde hace un año entre cuatro paredes, me siento más libre que nunca, porque la libertad tiene que ser interior. Al final, cuando tú por dentro te sientes libre y tienes a Dios contigo, todo es posible. Como dice Emilio, hay que valorar cualquier cosa, incluso levantarte para ir al baño" relata.
"Aunque estoy enferma con un cáncer de estadio cuatro, sin movilidad y sin nada, que es como lo más grave de todo. Yo me siento superlibre porque por dentro tengo a Dios y gracias a él tengo una maravilla en mi vida que no puedo creer, no puedo cuantificar".
El cantante Alejandro Sanz visitó por sorpresa a Belén Domínguez en el Hospital / Foto: Instagram de Belén Domínguez @belendominguezb
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