Antonio Pampliega, en Herrera en COPE
* «Me obligaron a leer el Corán horas cada día. Creían que me estaba convirtiendo, pero yo les dije: soy cristiano y no voy a cambiar»
Vídeo de 13 TV en el que Antonio Pampliega cuenta en Herrera en COPE su testimonio
Camino Católico.- Antonio Pampliega, periodista y reportero de guerra, ha compartido en el programa de Carlos Herrera en COPE su desgarrador relato sobre los 299 días de cautiverio que sufrió a manos del Frente al-Nusra, filial de Al-Qaeda en Siria. Entre reflexiones conmovedoras y detalles estremecedores, Pampliega ofreció una visión única de sus vivencias, marcadas por el miedo, la resistencia y la esperanza. El programa 'Ecclesia en Salida' de 13 TV ha emitido una pequeña síntesis en la que habla como su diaria oración a Dios le sostuvo en ese periodo lleno de sufrimiento.
El secuestro ocurrió mientras Pampliega y otros dos periodistas trabajaban en un reportaje sobre los Cascos Blancos. Fue traicionado por su fixer, Usama, quien supuestamente lo entregó a los yihadistas por dinero. “Entre salvar a sus padres y nosotros, los tres pringados españoles, era obvio a quién escogería”, reflexionó.
La descripción del momento en que fue secuestrado es estremecedora. “El coche que nos transportaba fue interceptado por una furgoneta. Salieron hombres armados con kalashnikovs y pasamontañas. En ese instante pensé: la hemos cagado hasta el fondo.”
Pampliega detalló cómo, durante los primeros meses, sus captores intentaron convertirlo al islam y lo sometieron a presión psicológica. “Me obligaron a leer el Corán horas cada día. Creían que me estaba convirtiendo, pero yo les dije: soy cristiano y no voy a cambiar.”
Cuando los yihadistas sospecharon que Pampliega era un espía, las condiciones empeoraron drásticamente. “Físicamente me golpeaban a diario, y psicológicamente me aterrorizaban con simulacros de decapitación. Llegué a pensar: si van a matarme, que sea rápido, que no me duela.”
Antonio Pampliega, junto a Alberto Herrera
El periodista encontró refugio en la oración, aunque esto también provocaba tensiones con sus captores. “Rezaba en voz alta para que Dios me escuchara. Ellos, molestos, subían el volumen de su música religiosa. Entonces, aprovechaba los cortes de luz para rezar más fuerte.”
En medio de la desesperación, intentó quitarse la vida. “Me corté la muñeca con una cuchilla que escondí durante días. Lloraba pensando en mi familia. Pero no sé por qué, no lo logré. Quizá no era mi momento.”
Pampliega fue obligado a grabar vídeos de prueba de vida bajo amenazas. “Me decían que, si no lo hacía, empezarían a traerme los dedos de mis amigos.”
Diez meses después del secuestro, el Frente al-Nusra decidió liberarlo. Sin embargo, hasta el último instante lo mantuvieron bajo una atmósfera de terror. “Nos dijeron: ahí está Turquía. Aquí no volváis nunca más. Pensé que nos iban a fusilar por la espalda.”
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