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viernes, 7 de julio de 2023

Alberto de la Fuente, secuestrado 290 días en un contenedor: «Hablaba con Dios durante horas. Me agarré de su mano y Él me ayudó a cruzar ese abismo de desesperanza »

 

El empresario Alberto de la Fuente en una reciente peregrinación a Santiago de Compostela con su libro "La caja" en el que cuenta su testimonio / Foto: Cedida por Alberto de la Fuente

* «Rezaba 500 padrenuestros y avemarías al día y hablaba con Dios durante horas. Ya no rezo 500 padrenuestros diarios, pero no hay día en que no amanezca y le dé gracias a Dios por haber tenido un día más. Lo veo en todos lados y siento que somos muy muy amigos. A los secuestradores nunca los vi y nunca sabré quiénes son. No puedo estar enfadado con alguien de quien no conozco ni su cara ni su voz. He decidido soltar esa ancla tan pesada y perdonar. No agradezco lo que me hicieron, pero gracias a lo que me sucedió hoy puedo apreciar al máximo este regalo llamado vida»

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jueves, 14 de abril de 2022

Hna. Gloria Cecilia Narváez afrontó con la fe su secuestro de casi 5 años: «Cristo lo era todo para mí y jamás renunciaría a Él. Me agarré fuertemente a Dios para sobrevivir»

 


* «Solía dibujar un cáliz en la arena y adornaba mi sagrario con las flores que vivían en lo más árido del desierto, esto encendía en mí una llama de esperanza. Mis captores se enfurecían y borraban el cáliz con una pala de arena o con los pies. Recitaba los salmos, invocaba al ángel de mi guarda, doblaba mis rodillas juntando mis manos al cielo nombrando con mucho amor el dulce nombre de María…Rezaba todas las mañanas para que Dios convirtiera los corazones de los secuestradores, para que se dieran cuenta del mal que estaban haciendo, no solo a mi sino a muchas personas que tenían secuestradas»

Camino Católico.-  La Hermana Gloria Cecilia Narváez de las Franciscanas de María Inmaculada, secuestrada por yihadistas en Mali durante casi 5 años ha explicado su experiencia vital, el miércoles 23 de marzo de 2022, en la VI Noche de los Testigos en la catedral de la Almudena, de Madrid, organizada por la fundación pontificia  Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN).

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jueves, 29 de julio de 2021

Charles Mbikoyo fue secuestrado, con 13 años, con 39 niños, para convertirlos en niños soldado y es sacerdote: «Rezaba mucho. Dios existe y la prueba es que escapamos todos»

 


*  «Íbamos a la iglesia con mis padres y cuando veía al sacerdote celebrando Misa, solo quería ser como él. Le imitaba dando galletas a mis hermanos como si fuera la comunión…  He perdonado a quienes nos capturaron. Cuando estaba secuestrado solía pensar que ellos también habían sido niños. Niños a los que habían secuestrado a su vez, y a los que habían convertido en robots de la violencia. Han crecido combatiendo, en medio de la guerra y no conocen otra cosa»

El vídeo-testimonio del padre Charles Mbikoyo puede verse con los subtítulos en español entrando en subtítulos C, acto seguido en la ruedecita de la derecha de configuración, luego en subtítulos, después en traducir automáticamente y eligiendo el español

*  «Cuando me convertí en sacerdote, dije: ‘Ésta es una verdadera vocación’, porque, con todo este sufrimiento, tal vez me hubiera ido del seminario pensando que ese no era mi llamado. ¿Por qué debería tener todo este tipo de sufrimiento en mi vida? Me di cuenta de que no, esa es mi vocación… Mi país está en problemas y todo el mundo está traumatizado. Entonces, como sacerdote, cuando regrese, mi papel es dar esperanza a aquellos que han perdido la esperanza . Me gustaría ayudar a los niños soldado a salir y recuperar su vida. Creo que soy un ejemplo de que otra vida es posible»

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viernes, 28 de julio de 2017

José Rodrigo Jaramillo secuestrado por guerrilla colombiana fue liberado tras rezar el rosario y Dios cambió su vida: «Dije: ‘¡Dios mío me pongo en tus manos haz lo que quieras de mí!’»


* "Fue un rosario larguísimo porque medité todas las frases de las 50 Ave Marías… Cuando terminé escuché a los secuestradores decirme: «Rodrigo perdónenos, no le vamos a hacer nada, lo vamos a llevar a su casa»; y así fue, me pusieron una ropa de ellos, me montaron en el carro y me dejaron al frente de la iglesia de mi casa, Nuestra Señora  de los Dolores en el barrio robledo de Medellín”

domingo, 25 de junio de 2017

El padre Samuel Okwuidegbe fue secuestrado y lo ataron para quemarlo: la oración fue lo que le hizo sobrevivir

* “En todo esto Dios me reveló que nunca me abandonó en la selva,  incluso cuando estaba fuera de todo alcance. Dios oyó mis oraciones y estaba conmigo… A veces lloro, y recibo consuelo cada vez que recuerdo las duras condiciones, después de haber tenido tanto miedo a las serpientes y escorpiones; sin embargo, Dios me dio la paz para dormir durante esas tres noches sin pensamientos de miedo…¡un milagro para mí!... Yo estaba en el valle de la muerte y Dios intervino con todas las oraciones de gente de todo el mundo. Si no fuera por todas esas oraciones, yo no habría sobrevivido a esta terrible experiencia”

jueves, 16 de abril de 2015

Hajara, adolescente cristiana nigeriana secuestrada por Boko Haram, cuenta cómo salvó la vida: «Mejor morir que abandonar mi fe»


«Le dije a mi mejor amiga que rezáramos, y empezamos a rezar y rezar. De pronto, sentí una fuerza en mi interior que me decía que tenía que escapar. Mi mejor amiga me contestó que si yo saltaba, ella me seguiría. Dudaba qué hacer, pero seguía esa fuerza en mi interior. Llegado un momento, mi amiga y yo, rezamos y saltamos. Estuvimos seis horas caminando. Sentía dolor, pero sólo pensaba: Aleluya, Dios me ha salvado de mis captores»

sábado, 14 de febrero de 2015

Kayla Mueller, joven americana secuestrada por el ISIS y muerta, hizo llegar una carta manuscrita a su familia: “Me he entregado a Dios”


“Por Dios, más por vuestras oraciones me he sentido tiernamente recogida cuando caía, se me ha mostrado la luz en la oscuridad. He aprendido que incluso en la prisión, uno puede ser libre…. . Rezo cada día que por lo menos, hayáis sentido una cierta cercanía, más entrega a Dios también, hayáis formado un lazo de amor y apoyo entre unos y otros... Por favor tened paciencia, dad vuestro dolor a Dios"

martes, 20 de mayo de 2014

Clotilde Silva perdonó e intentó llevar a la fe en Cristo a quien secuestró, abusó y asesinó a su pequeña hija Sofía de 6 años


“Dios ha creado en mí un corazón sin rencor, sin odio hacia las personas. Yo soy una hija de Dios y debo actuar conforme al Señor, no como actúan los hombres. Él nos dice que tenemos que ser como niños y recibirlo. Cuando uno ama de verdad con el corazón, cuando tú abres tu corazón a Cristo, Dios te abre las puertas, tus ojos brillan de otra manera, pero cuando estás ciego, aunque tengas a tu lado la flor más linda no la vas a ver”

viernes, 12 de julio de 2013

José Antonio Ortega Lara, secuestrado por ETA: “Dios está a tu lado como un amigo que comparte contigo tu desdicha, reza contigo y no hurga en tu herida”

“La oración va evolucionando; se vuelve más dinámica y fluida, desinteresada, se va despojando de trabas y reproches, y te hace sentir libre para decirle a la otra parte lo que sientes o piensas con absoluta sinceridad y sin contrapartidas…La oración no es ya una prueba de sumisión a Dios, sino que es una expresión de libertad que surge de lo más profundo de tu alma. Rezas de corazón, y el alma se va liberando poco a poco de la desesperación que la aterroriza y que te hace sentir despreciado, abandonado y desahuciado”
12 de julio de 2013.- (Javier Lozano / Religión en Libertad  / Camino Católico)  José Antonio Ortega Lara se convirtió con su ejemplo en una de las personas referentes y a seguir por la sociedad española. Su historia, marcada por el azote del terrorismo, no se ha dejado marcar por ETA sino que recobró su vida con normalidad. Y en todo esto tuvo que ver mucho la fe y sobre todo la oración. La propia y la ajena. 
El que fuera funcionario de prisiones vivió una de las peores experiencias imaginables al estar secuestrado en un diminuto zulo durante 532 días. Sin ventilación y en condiciones infrahumanas. Pero ni aún así pudieron con él. En su rutina del día a día tenía a Dios en un lugar principal, sabiendo que era el pilar en el que debía apoyarse para no sucumbir durante el cautiverio. Poco después  de su liberación afirmaba que durante el secuestro “procuraba hacer ejercicio todos los días, leer y rezar, rezaba hasta nueve rosarios al día”. Leer más...

jueves, 13 de diciembre de 2012

Giuseppe Lubrano, capitán de barco, 10 meses secuestrado en alta mar: “Dios estaba con nosotros”

“Los secuestradores eran de otra religión y me decían: “tú rezas al Dios equivocado”. Yo les decía que no, que Dios es uno solo, simplemente lo llamamos de manera distinta”
13 de diciembre de 2012.- (Romereports / Camino Católico) Es difícil pensar cómo es estar secuestrado durante 316 días, pero aún más difícil es pensar cómo pueden ser esos días de cautiverio en alta mar. Giuseppe Lubrano Lavadera, capitán del barco Savina Caylyn, explica que “nuestra nave transportaba petróleo crudo, una nave civil, sin ninguna particularidad. Nos vimos envueltos en una situación extrema. Esto te hace pensar que el mundo que hemos creado no es como debería ser: hay demasiadas diferencias entre ricos y pobres”. Esa fue la experiencia de Giuseppe Lubrano y del resto de la tripulación: 22 marineros que fueron secuestrados por 30 piratas somalíes. Leer más...

jueves, 6 de diciembre de 2012

Patrick Noonan, ex soldado británico secuestrado en Sudán al que le ofrecieron mujeres para convertirse al islam: "Mi fe me ayudó a salir adelante en aquel calvario"

Se declara católico devoto y no dejó de rezar hasta que lo liberaron
6 de diciembre de 2012.- (M.V. / Religión en Libertad / Camino Católico) Patrick Noonan, un ex soldado británico de 48 años, fue secuestrado el pasado mes de marzo por soldados rebeldes al Gobierno en el sur de Darfur (Sudán), mientras trabajaba para el Programa Mundial de Alimentos de la ONU. Su secuestro duró tres largos meses, un tiempo en el que fue probado en su fe cuando intentaron que se convirtiera al islam. Encadenado y desnudo, aislado en un zulo de aproximadamente dos metros por metro y medio, Patrick sobrevivió alimentándose de las naranjas y la leche de camello que le ofrecían.
Soy un devoto católico y antes de ser secuestrado solía rezar por las mañanas y por la noche. Me fui a Darfur con el objetivo de ayudar a los más vulnerables y cuando me secuestraron sólo pensaba en mi familia, no hacía más que rezar.Fue sin duda mi fe la que me ayudó a salir adelante”, asegura este norirlandés, casado y padre de dos niños pequeños. Leer más...

martes, 2 de octubre de 2012

General Luis Mendieta, ex secuestrado de las FARC: “Dios Todopoderoso nos dio la fortaleza y la paciencia para seguir adelante”

Durante once años y siete meses permaneció en poder de las FARC
* “Cuando fuimos secuestrados, me encomendé a Dios. Sabíamos que, en cualquier momento los terroristas podían matarnos. Sin embargo, perseveramos en la oración”
* “Tuve un sueño con la Virgen María. Ella me dijo que debía rezar mucho, si quería salir de allí con vida. Por eso, aunque ya estaba orando, persistí más en la oración. Con once compañeros, hicimos un grupo de oración. Rezábamos el rosario y leíamos partes de la Biblia sobre la liberación. Después de dos años y medio, diez compañeros secuestrados fueron liberados”
* “Tuve un sueño con Jesús en la cruz. Yo estaba en otra cruz, a su lado. El volteó la cabeza y me dijo: “Ya te puedes bajar; ya te puedes ir”. Pocos meses después, fue el rescate”
* “Mi esposa en un mensaje que envió antes de mi liberación decía: “Dios, hágase tu voluntad; estoy en tus manos”. Ella cuenta que el ejercicio más difícil que le tocó hacer fue el del desprendimiento, dejar que Dios tomara la decisión respecto a nosotros. Ese desprendimiento la llevó a entender que nuestra vida depende solo de Él”
2 de octubre de 2012.- (Isabel Molina E. / Revista Misión / Camino Católico) “Después de vivir un secuestro, nadie vuelve a ser el mismo de antes”,asegura el general Luis Mendieta. Y no es para menos. Las condiciones de su secuestro fueron dramáticas: días interminables de exigentes caminatas por la selva, una alimentación deficiente y duras enfermedades, como una fibrosis que lo dejó sin poder caminar durante un tiempo. Desde su actual despacho en Madrid de Agregado de la Policía en la Embajada de Colombia, el general cuenta cómo logró afrontar con esperanza las condiciones inhumanas a las que lo sometieron los guerrilleros. Leer más...

domingo, 3 de junio de 2012

Bosco Gutiérrez, secuestrado 9 meses: “Señor, déjame salir para comulgar con la ilusión de la primera comunión”





3 de junio de 2012.- El arquitecto mexicano Bosco Gutiérrez, secuestrado en 1990 y que permaneció cautivo durante 257 días, nueve meses, explica como creció su fe en esta traumática experiencia dando testimonio en el programa “No es bueno que Dios esté solo”, que emite Intereconomía TV todos los domingos a las 21.30, entrevistado por Gonzalo Altozano.
Bosco Gutiérrez asegura que “no tuve tiempo para dejar de rezar, no encontré otra actividad que me pudiera ayudar más. No rezar un minuto era perder el tiempo… El ser humano está diseñado para hacer oración… El hombre que no reflexiona se vacía”. Bosco escuchó desde su zulo una campana lejana y oró con toda convicción: “Señor me constituyo en el guardián de ese Sagrario más cercano”. En otro momento imploró: “Señor, déjame salir para comulgar con la ilusión de la primera comunión”.
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jueves, 19 de marzo de 2009

Testimonio de Bosco Gutierrez: Historia de mi secuestro

Bosco Gutiérrez, víctima de un secuestro:

“Los meses que pasé en el zulo fueron un regalo de Dios”
"Rezar es el trabajo más productivo que puede hacerse"
19 de marzo de 2009.-Las dos primeras semanas de secuestro -verano de 1990- quiso morirse. Los secuestradores, viendo que la ‘mercancía’ se les averiaba, le ofrecieron un trago para celebrar el día de México. Pidió Chivas, en vaso alto, con hielo. Cuando se lo iba a llevar a los labios, oyó una voz -la de su conciecia- que le decía: “Ofrécemelo”. Lo hizo, a regañadientes, tirándolo por el desagüe. Pero después de echarse un rato, se levantó mejor. Y escribió: “Hoy vencí mi primera batalla. Soy libre porque puedo ofrecer lo que quiera. Hoy empiezo a vivir un poco en paz”. Esto, lo que sigue y más lo cuenta Gutiérrez en el documental Bosco: la historia de mi secuestro, que publicamos en seis vídeos.


(Gonzalo Altozano / Alba / Escuchar la Voz del Señor)


-Nueve meses en un zulo de tres metros por uno. ¿Cómo mantuvo viva su fe?
-Traté de seguir el plan que, como miembro del Opus Dei, me sugerían mis directores espirituales en la vida diaria: un rato de oración por la mañana, otro por la tarde y otro por la noche; el rezo del rosario; la lectura espiritual…

-¿Le dejaban tener libros?
-Tenía ‘derecho’ a uno y les pedí una biblia católica. Luego les pediría otro: cualquiera de Escrivá de Balaguer; me trajeron Forja.

-En su plan faltaba, claro, la misa.
-Pero sabía que en algún lugar del mundo, a cualquier hora, empezaba una, a la que me unía mentalmente.

-¿Y en el momento de la consagración?
-Me hincaba y decía: “¡Dios mío, cómo quisiera recibirte! Permíteme vivir sólo para volver a comulgar como podemos los hombres y no pueden los ángeles. Y deja que lo haga con la devoción más grande que tuve: la de mi Primera Comunión”.

-En circunstancias tan duras, ¿se sentía con ganas de rezar?
-El sentimiento no tiene por qué ir a la par de la disciplina. El sentimiento es bueno, pero a veces lo tenemos y a veces no. Yo rezaba porque tenía que rezar, no porque quisiera o fuese bonito.

-¿Cuál fue el resultado de su perseverancia?
-Me di cuenta de que vivir así me iba capitalizando en una mayor paz interior.

-¿Lo sigue pensando?
-La solución a toda inestabilidad está en la oración, que es el trabajo más productivo que puede hacer un ser humano.

-¿De verdad lo cree?
-Sí, lo que pasa es que la frialdad de la rutina puede hacer que nos olvidemos.

-¿Qué ayuda a recordar?
-A veces una enfermedad, a veces la crisis económica, a veces un secuestro…

-Habla del suyo como si fuera un regalo de Dios.
-Lo fue. Es como si, en vez de en el vientre de mi madre, Dios me metiera nueve meses en aquel cuartito.

-¿Con qué fin?
-Con el de reflexionar sobre lo que había hecho y sobre lo que no, con el de sacar propósitos suficientes para vivir la segunda oportunidad que se me daba…

-Tremenda responsabilidad.
-Por eso le rezo: “Ya no me pertenezco, pues me debo a ti, Señor, y a mis hermanos. Ayúdame a vivir esta responsabilidad de deudor, nueva y vieja, pero ahora comprendida. Estoy de paso y estoy en deuda”.

-Por cierto, los propósitos que se hizo…
-Continuamente los repaso… y son para acalambrarse; a veces no tengo cara para leerlos.

-Volvamos al zulo. A lo largo del secuestro, algo le echaría en cara a Dios, ¿no?
-Al principio sí, pero después ese reclamo se fue traduciendo en alabanza y agradecimiento.

-¿Qué suavizó su corazón?
-Ser consecuente con mi creencia en Él. Si crees en Dios, tienes que aceptar su voluntad, venga como venga. Él sabe más que tú y quiere lo mejor para ti. Abandónate. Punto. No le discutas.

-Bonita idea.
-Después de nueve meses meditándola consideré que un cristiano que se abandona en las manos de Dios es invencible.

-¿Habló de esto con sus secuestradores?
-Una vez le dije a uno: “No te tengo miedo. ¿Sabes por qué? Porque no voy a morir ni un minuto antes ni un minuto después de que Dios -y no tú- quiera”.

-Supongo que le respetaban.
-Empezaron llamándome “burgués”, “hijo de tal”, y terminaron haciéndome llegar notas que decían: “Arquitecto Bosco: díganos, por favor, de dónde saca tanta fortaleza”.

-¿Es cierto que hizo apostolado con ellos?
-El día de Navidad les pedí que rezaran conmigo. Cuando terminé de platicarles, se acercaron uno a uno… ¡para estrechar mi mano! Las suyas ya no eran manos crispadas, sino de respeto. Fue la Navidad más feliz de mi vida.

-¿Por qué lo hizo?
-Porque recuperé un sueño de mi infancia: yo en el Infierno y un tipo insultándome. “¿Por qué me insultas?”, le preguntaba. Y él me respondía: “Porque si me hubieras sacado de mi error, ahora estaríamos los dos en el Cielo”.

-Y usted no quería ir al Infierno…
-Y que los que me insultaran fuesen los secuestradores.

-No los odia, pero tampoco tiene síndrome de Estocolmo. Si no, no se hubiera escapado. Por cierto, en su huida, ¿anotó la dirección del zulo?
-Calle 15 Oriente 1803, en la ciudad de Puebla, México. Ahí tiene usted su casa

sábado, 24 de mayo de 2008

El obispo español de Bangassou, Centroáfrica, cuenta la experiencia terrible de una aldea atacada

Hoy día, 69 personas no han vuelto y son esclavizadas en los campamentos



Juan José Aguirre Muñoz, a la derecha, nació en Córdoba y lleva 22 años en África como misionero perteneciente a la Congregación de los Misioneros Combonianos.

OMPRESS-CENTROÁFRICA (22-05-08) A continuación reproducimos una carta del obispo español de Bangassou, en Centroáfrica, Mons. Juan José Aguirre, que ha hecho pública una misionera comboniana.

Queridos amigos:
Acabo de volver del este de la diócesis, de un viaje de 21 días y, en la última misión, llamada Obo, a 120 kilómetros de la frontera con el Sudán, os cuento lo que allí vi. Durante esos días, en la radio escuchaba noticias de unos pescadores españoles de un atunero que habían sido apresados por piratas en el Golfo de Adén. Oía cómo se había puesto en marcha todo un engranaje político militar para negociar con los secuestradores, unos abogados desde Londres que llevaban las negociaciones, la angustia de las familias por los 6 días en que los atuneros estuvieron retenidos, aunque estaban bien, comían y dormían bien y estaban a la espera de que se pagara un rescate y se los liberara. Así fue. Se pagó mucho dinero, un barco de guerra condujo al atunero a buen puerto y los asombrados pescadores volvieron a España en avión a gastos pagados.

Oyendo todo esto, llegué a Obo y me encontré un pueblo bañado en lágrimas y en la angustia, desde hacia ya un mes y medio. En efecto, desde la noche del 6 al 7 de marzo en la que unos 150 hombres armados, del ejército rebelde ugandés de Joseph Kony, entraron en Obo y saquearon dos barrios enteros buscando tres cosas: alimentos para comer, semillas para sembrar y porteadores para que les llevaran lo robado hasta su campamento a unas 3 semanas de camino. Eso hicieron esa noche sin dar un solo tiro, robando casa por casa, vaciando los graneros y llevándose a 69 personas, desde niñas de 12 años, hasta mujeres casadas, jóvenes y menos jóvenes, una mujer embarazada, etc.

Estos rebeldes pertenecen al RLS (Ejército de liberación del Señor), que arrasó Uganda durante 15 años matando a 300.000 personas (entre otras a 7 misioneros combonianos). Luego se refugiaron en Sudán y posteriormente crearon su campamento en la selva tropical del norte del Congo en donde están ahora diseminados en varios campos. Uno de los campos, el más próximo de Centroáfrica, fue quien atacó Obo, viendo que nadie guarda la frontera con el Sudán y que Obo es un pueblo casi sin gendarmería. Presa fácil si se entra sin hacer ruido.

E
stos criminales pasaron a 300 metros de la casa de las hermanas Franciscanas, pero tuvieron miedo de los perros y del ruido que pudieran hacer si ladraban o si había que disparar para hacerlos callar. Así que pasaron de largo y se fueron a otras casas donde robaron, se llevaron niños y mayores, violaron a algunas mujeres y dejaron Obo, antes de irse, sumido en la consternación. A 500 metros de la casa de las religiosas, entraron en una casita donde había un matrimonio joven, sacaron al marido a empellones y tres guerrilleros violaron a la mujer por turnos en su propia cama. Hoy día, 69 personas no han vuelto y son esclavizadas en los campamentos para la cocina, los campos, la ropa, instrucción y adoctrinamiento militar y, las chicas y mujeres, para esclavas sexuales.

He hablado con las autoridades locales y todos creen que estos criminales pueden volver cuando quieran. Ahora que empieza la época de las lluvias no es probable, pero más tarde, en noviembre, cuando deje de llover, si Obo no se protege con refuerzos de gendarmería, es muy probable que vuelvan.

Los sacerdotes de Obo siguen allí y no se piensan ir. Han demostrado coraje y paciencia. Pero son hombres! En un cierto momento di la orden para que las hermanas fueran acompañadas a otra misión para protegerlas. La cocinera de los padres, Jeanine, me contaba que se llevaron a su hija de 12 años, apenas una niña, la obligaron a cargar 30 kilos en la cabeza y se la llevaron dejando a la abuela con la que vivía sumida en la amargura. Con los ojos empañados de lágrimas, Jeanine me preguntaba donde está el Congo, a donde se llevaron a su niña, y se preguntaba si esos criminales la habrían ya violado o no. ¡69 personas es mucha gente!

No tienen la suerte de ser españoles, ni tener un gobierno que los defienda, ni abogados que lleven las negociaciones, ni alguien que ponga el dinero del rescate ni una sola radio que hable de ellos. Son los pobres, los olvidados, los que no cuentan para nada en la decisiones del mundo, los sin voz, los parias. Para nosotros son personas llenas de dignidad pero despojadas de sus derechos fundamentales, con la única diferencia de ser un atunero español o un campesino centroafricano. "Así es la vida", decía el Embajador portugués hablando con el Cardenal en la última secuencia de la película " La Misión ". El Cardenal se vuelve hacía la ventana y, en el espejo se mira y se dice: "No, excelencia. Así la hemos hecho". La cámara se acerca aún más a su rostro y finalmente dice: "Así la he hecho".

Unidos en la fe en Nuestro Señor,
Juan José Aguirre, Obispo de Bangassou.