* “Podemos, como los apóstoles Santiago y Juan, centrarnos en nosotros mismos buscando la propia gloria como si la vida de los demás nos fuera ajena. Se trata entonces de buscar seguridades materiales, poder y honores que nos pongan en una situación de privilegio que nos permita vivir evitando el sufrimiento y las miserias propias de la condición humana. Algo parecido a lo que hacen los grandes especuladores que entran con todo su poder y conocimiento en el Mercado de Valores para multiplicar su fortuna y vivir una vida regalada sin importarles hundir a muchos en la miseria. Y podemos también dejar a un lado la defensa a ultranza de nuestros intereses aparentes y unirnos a Jesús para asumir con Él la miseria material y espiritual de la humanidad viviendo nuestra vida como entrega, lucha y esfuerzo por redimirla desde dentro, conscientes de que nuestra felicidad es inseparable de la felicidad de los demás”
Leer más...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario