* «En el camino de vuelta a casa, a Indonesia, seguí pensando en esas palabras. En el Islam nunca comparamos nuestra relación con Dios como la de un padre y un hijo, mientras que en el cristianismo todos somos hijos de Dios. En ese momento entendí que ya no podía negar lo que estaba sintiendo. Empecé a ir a la eucaristía y había encontrado una conexión santa y sagrada con Dios en misa, y Su presencia no era como nada que hubiera sentido antes. «Me enganchó más y más y supe que quería mantener esa sensación. Era una llamada para pedir más…Es un nuevo inicio para mí. Quiero seguir fortaleciendo mi fe católica. Quiero dar más tiempo y más espacio a Dios en mi corazón. Vine a la Iglesia porque lo necesitaba, por mi alma y por Él. Voy a la iglesia por Dios, no solo por mí»
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*COMENTARIO:* Padre, ¿no hay palabras de más consuelo para esa pregunta de
la tristeza?
*RESPUESTA MÍA:* La respuesta es que Dios es la alegría y la f...
Hace 3 meses