Elige tu idioma

Síguenos en el canal de Camino Católico en WhatsApp para no perderte nada pinchando en la imagen:

viernes, 4 de enero de 2008

"Estad siempre alegres en el Señor" / Autores: Conchi y Arturo

Canten al Señor un canto nuevo,
cante al Señor toda la tierra;
canten al Señor, bendigan su Nombre,
día tras día, proclamen su victoria.

Anuncien su gloria entre las naciones,
y sus maravillas entre los pueblos.

Porque el Señor es grande
y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.

Los dioses de los pueblos
no son más que apariencia,
pero el Señor hizo el cielo;
en su presencia hay esplendor y majestad,
en su Santuario, poder y hermosura.

Aclamen al Señor, familias de los pueblos,
aclamen la gloria y el poder del Señor;
aclamen la gloria del nombre del Señor.
Entren en sus atrios trayendo una ofrenda,
adoren al Señor al manifestarse su santidad:
¡que toda la tierra tiemble ante él!

Digan entre las naciones: "¡El Señor reina!
El mundo está firme y no vacilará.
El Señor juzgará a los pueblos con rectitud".

Alégrese el cielo y exulte la tierra,
resuene el mar y todo lo que hay en él;
regocíjese el campo con todos sus frutos,
griten de gozo los árboles del bosque.

Griten de gozo delante del Señor,
porque él viene a gobernar la tierra:
él gobernará al mundo con justicia,
y a los pueblos con su verdad.


Salmo 95

Si somos de la familia de Jesús porque escuchamos sus Palabras de Vida y las ponemos en práctica tendríamos que tener un gozo que superara todo conocimiento ante la inmensidad de nuestra eterna existencia. Cada cosa que hagamos que sea para alabar a nuestro Padre Celestial. No hagamos de nuestros actos dioses para que nos admiren por nuestras apariencias.

La alegría consiste en saber que cuando cumplimos el mandamiento del Amor disminuye nuestro corazón terrenal y aumenta el eterno, el que vivirá para siempre en la misericordia de Dios.

La familia es el lugar de crecimiento emocional, sicológico y espiritual, pero siempre que nos señale el Camino, la Verdad y la Vida que esta en Cristo Jesús. En medio de su familia humana creció el Mesías. A los doce años se perdió en el templo para ocuparse de las cosas de su Padre del Cielo. Allí fue encontrado predicando a los doctores de la ley.

Seguramente si escuchas la Palabra de Dios y la pones en práctica, muchos de tu familia humana no comprenderán como no dedicas más tiempo a las urgentes necesidades cotidianas que te reclaman. Sin tiempo para el Señor en tu agenda diaria es seguro que nada fructificará. Ten la seguridad que a más penetres en el corazón de Dios, más amor y paz podrás aportar a tu familia, a tus amigos y a tus enemigos.

Un año se va y otro llega. Andamos siempre prisioneros de las cuentas mundanas y no apreciamos que estamos llamados a vivir toda la eternidad. ¿Cuántos siglos son la eternidad? Infinitos. No existe número que describa lo que no tiene fin. Aprovechemos para escribir con la gracia de Dios en cada momento un cántico nuevo en las cosas y detalles más pequeños de nuestra vida. Cada grano de mostaza del Amor del Padre sembrado en nuestro corazón crecerá como un inmenso árbol donde morar y alimentarse todos los que quieren tener Vida en Abundancia.

No olvidemos que las matemáticas para Dios tienen fórmulas muy distintas a las nuestras. en 2 Pe 3, 8, 18, se nos advierte que: "Mas una cosa no podéis ignorar, queridos: que ante el Señor un día es como mil años y, mil años, como un día." "Creced, pues, en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo. A él la gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén."

Por eso nos ponemos ante la Santísima Trinidad hoy y cada día de nuestra vida para Orar:

Señor mi Dios, dueño del tiempo y de la eternidad, tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro. Al terminar este año quiero darte gracias por todo aquello que he recibido de Ti.
Gracias por la vida y el amor, por las flores, el aire y el sol, por la alegría y el dolor, por cuanto fue posible y por lo que no pudo ser.
Te ofrezco cuanto hice en este año, el trabajo que pude realizar y las cosas que pasaron por mis manos y lo que con ellas pude construir.
Te presento a las personas que a lo largo de estos meses amé, las amistades nuevas y los antiguos amores, los más cercanos a mí y los que están más lejos, los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar, con los que compartí la vida, el trabajo, el dolor y la alegría.

Pero también Señor, hoy quiero pedirte perdón. Perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal gastado, por la palabra inútil y el amor desperdiciado.
Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho, y perdón por vivir sin entusiasmo.
También perdón por la oración que poco a poco fui aplazando y que ahora vengo a presentarte, por todos mis olvidos, descuidos y silencios. Nuevamente te pido perdón.

Iniciamos un nuevo año. Detengo mi vida ante el nuevo calendario aún sin estrenar y te presento estos días que sólo "TÚ" sabes si llegaré a vivirlos.
Hoy te pido para mí y los míos: la paz y la alegría, la fuerza y la prudencia, la humildad y la sabiduría.
Quiero vivir cada día con optimismo y bondad llevando a todas partes un corazón lleno de comprensión y paz.
Cierra Tú mis oídos a toda falsedad y mis labios a palabras mentirosas, egoístas o hirientes.
Abre en cambio mi ser a todo lo que es bueno, que mi espíritu se llene sólo de bendiciones y las derrame a cada paso que doy.
Y cólmame también a mí de bondad y de alegría para que cuantos conviven conmigo o se acerquen a mí encuentren en mi vida un poquito de TI.
Danos un año feliz y enséñanos a repartir felicidad.Tu Amor nos inunde de tu presencia y nos haga sostener nuestros ojos fijos en TI.
Amén.


Nadie como San Pablo resume nuestros deseos para todos aquellos que pueblan la tierra y especialmente para quienes nos bendicen paseando, leyendo, meditando, compartiendo y orando en este espacio virtual:

"Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres.
Que vuestra mesura sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca.
No os inquietéis por cosa alguna; antes bien, en toda ocasión, presentad a Dios vuestras peticiones, mediante la oración y la súplica, acompañadas de la acción de gracias. Y la paz de Dios, que supera todo conocimiento, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús."
(Flp 4, 4-7)

"Que El, el Señor de la paz, os conceda la paz siempre y en todos los órdenes. El Señor sea con todos vosotros." (2 Tes 3, 16)

Que tengáis Vida ahora y siempre!!! Felices infinitos años!!!!

La maternidad divina de María / Autor: Benedicto XVI

Intervención en la audiencia general del miércoles, 2 de enero

Publicamos la intervención que pronunció el miércoles 2 de enero Benedicto XVI durante la primera audiencia general que concedió en el año 2008 en el aula Pablo VI del Vaticano.
* * *

Queridos hermanos y hermanas:


Una fórmula de bendición muy antigua, recogida en el libro de los Números, reza así: "El Señor te bendiga y te guarde. El Señor ilumine su rostro sobre ti y te sea propicio. El Señor te muestre su rostro y te conceda la paz" (Nm 6, 24-26). Con estas palabras que la liturgia nos hizo volver a escuchar ayer, primer día del año, os expreso mis mejores deseos a vosotros, aquí presentes, y a todos los que en estas fiestas navideñas me han enviado testimonios de afectuosa cercanía espiritual.

Ayer celebramos la solemne fiesta de María, Madre de Dios. "Madre de Dios", Theotokos, es el título que se atribuyó oficialmente a María en el siglo V, exactamente en el concilio de Éfeso, del año 431, pero que ya se había consolidado en la devoción del pueblo cristiano desde el siglo III, en el contexto de las fuertes disputas de ese período sobre la persona de Cristo.

Con ese título se subrayaba que Cristo es Dios y que realmente nació como hombre de María. Así se preservaba su unidad de verdadero Dios y de verdadero hombre. En verdad, aunque el debate parecía centrarse en María, se refería esencialmente al Hijo. Algunos Padres, queriendo salvaguardar la plena humanidad de Jesús, sugerían un término más atenuado: en vez de Theotokos, proponían Christotokos, Madre de Cristo. Pero precisamente eso se consideró una amenaza contra la doctrina de la plena unidad de la divinidad con la humanidad de Cristo. Por eso, después de una larga discusión, en el concilio de Éfeso, del año 431, como he dicho, se confirmó solemnemente, por una parte, la unidad de las dos naturalezas, la divina y la humana, en la persona del Hijo de Dios (cf. DS 250) y, por otra, la legitimidad de la atribución a la Virgen del título de Theotokos, Madre de Dios (cf. ib., 251).

Después de ese concilio se produjo una auténtica explosión de devoción mariana, y se construyeron numerosas iglesias dedicadas a la Madre de Dios. Entre ellas sobresale la basílica de Santa María la Mayor, aquí en Roma. La doctrina relativa a María, Madre de Dios, fue confirmada de nuevo en el concilio de Calcedonia (año 451), en el que Cristo fue declarado "verdadero Dios y verdadero hombre (...), nacido por nosotros y por nuestra salvación de María, Virgen y Madre de Dios, en su humanidad" (DS 301). Como es sabido, el concilio Vaticano II recogió en un capítulo de la constitución dogmática Lumen gentium sobre la Iglesia, el octavo, la doctrina acerca de María, reafirmando su maternidad divina. El capítulo se titula: "La bienaventurada Virgen María, Madre de Dios, en el misterio de Cristo y de la Iglesia".

El título de Madre de Dios, tan profundamente vinculado a las festividades navideñas, es, por consiguiente, el apelativo fundamental con que la comunidad de los creyentes honra, podríamos decir, desde siempre a la Virgen santísima. Expresa muy bien la misión de María en la historia de la salvación. Todos los demás títulos atribuidos a la Virgen se fundamentan en su vocación de Madre del Redentor, la criatura humana elegida por Dios para realizar el plan de la salvación, centrado en el gran misterio de la encarnación del Verbo divino.

En estos días de fiesta nos hemos detenido a contemplar en el belén la representación del Nacimiento. En el centro de esta escena encontramos a la Virgen Madre que ofrece al Niño Jesús a la contemplación de quienes acuden a adorar al Salvador: los pastores, la gente pobre de Belén, los Magos llegados de Oriente. Más tarde, en la fiesta de la "Presentación del Señor", que celebraremos el 2 de febrero, serán el anciano Simeón y la profetisa Ana quienes recibirán de las manos de la Madre al pequeño Niño y lo adorarán. La devoción del pueblo cristiano siempre ha considerado el nacimiento de Jesús y la maternidad divina de María como dos aspectos del mismo misterio de la encarnación del Verbo divino. Por eso, nunca ha considerado la Navidad como algo del pasado. Somos "contemporáneos" de los pastores, de los Magos, de Simeón y Ana, y mientras vamos con ellos nos sentimos llenos de alegría, porque Dios ha querido ser Dios con nosotros y tiene una madre, que es nuestra madre.

Del título de "Madre de Dios" derivan luego todos los demás títulos con los que la Iglesia honra a la Virgen, pero este es el fundamental. Pensemos en el privilegio de la "Inmaculada Concepción", es decir, en el hecho de haber sido inmune del pecado desde su concepción. María fue preservada de toda mancha de pecado, porque debía ser la Madre del Redentor. Lo mismo vale con respecto a la "Asunción": no podía estar sujeta a la corrupción que deriva del pecado original la Mujer que había engendrado al Salvador.

Y todos sabemos que estos privilegios no fueron concedidos a María para alejarla de nosotros, sino, al contrario, para que estuviera más cerca. En efecto, al estar totalmente con Dios, esta Mujer se encuentra muy cerca de nosotros y nos ayuda como madre y como hermana. También el puesto único e irrepetible que María ocupa en la comunidad de los creyentes deriva de esta vocación suya fundamental a ser la Madre del Redentor. Precisamente en cuanto tal, María es también la Madre del Cuerpo místico de Cristo, que es la Iglesia. Así pues, justamente, durante el concilio Vaticano II, el 21 de noviembre de 1964, Pablo VI atribuyó solemnemente a María el título de "Madre de la Iglesia".

Precisamente por ser Madre de la Iglesia, la Virgen es también Madre de cada uno de nosotros, que somos miembros del Cuerpo místico de Cristo. Desde la cruz Jesús encomendó a su Madre a cada uno de sus discípulos y, al mismo tiempo, encomendó a cada uno de sus discípulos al amor de su Madre. El evangelista san Juan concluye el breve y sugestivo relato con las palabras: "Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa" (Jn 19, 27). Así es la traducción española del texto griego: εiς tά íδια; la acogió en su propia realidad, en su propio ser. Así forma parte de su vida y las dos vidas se compenetran. Este aceptarla en la propia vida (εiς tά íδια) es el testamento del Señor. Por tanto, en el momento supremo del cumplimiento de la misión mesiánica, Jesús deja a cada uno de sus discípulos, como herencia preciosa, a su misma Madre, la Virgen María.

Queridos hermanos y hermanas, en estos primeros días del año se nos invita a considerar atentamente la importancia de la presencia de María en la vida de la Iglesia y en nuestra existencia personal. Encomendémonos a ella, para que guíe nuestros pasos en este nuevo período de tiempo que el Señor nos concede vivir, y nos ayude a ser auténticos amigos de su Hijo, y así también valientes artífices de su reino en el mundo, reino de luz y de verdad.

¡Feliz año a todos! Este es el deseo que os expreso a vosotros, aquí presentes, y a vuestros seres queridos durante esta primera audiencia general del año 2008. Que el nuevo año, iniciado bajo el signo de la Virgen María, nos haga sentir más vivamente su presencia materna, de forma que, sostenidos y confortados por la protección de la Virgen, podamos contemplar con ojos renovados el rostro de su Hijo Jesús y caminar más ágilmente por la senda del bien.

Una vez más: ¡Feliz año a todos!

[Tras la audiencia, el Papa saludó a los peregrinos en varios idiomas. En español, dijo:]

Saludo a los peregrinos venidos de España y Latinoamérica. Confiémonos a la Virgen María, para que nos conduzca a su Hijo Jesucristo y nos haga valientes constructores de su reino en este mundo. ¡Feliz año nuevo!

[En italiano]

A todos los peregrinos de lengua italiana presentes en esta primera audiencia general de 2008 les expreso un afectuoso deseo de serenidad y bien para el nuevo año.

Dirijo un saludo especial a la comunidad de los Legionarios de Cristo, que provienen de diversos países, y en particular a los nuevos sacerdotes y a los representantes del "Regnum Christi". Queridos hermanos, el misterio de la encarnación que celebramos en este tiempo litúrgico os ilumine en el camino de fidelidad a Cristo. A ejemplo de María, conservad, meditad y seguid al Verbo que en Belén se hizo carne, y difundid con entusiasmo su mensaje de salvación.

Saludo, por último, a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. A vosotros, queridos jóvenes, os deseo que consideréis cada día como un don de Dios, que es preciso acoger con gratitud y vivir con rectitud. A vosotros, queridos enfermos, que el nuevo año os conforte en el cuerpo y en el espíritu. Y vosotros, queridos recién casados, entrad en la escuela de la Sagrada Familia de Nazaret, para aprender a realizar una auténtica comunión de vida y amor.

-----------------------------------------------------------------
Traducción distribuida por la Santa Sede

Guía práctica para un uso inteligente de los medios en la familia

Iniciativa de la Organización Católica canadiense para la Vida y la Familia

Constatando las posibilidades casi ilimitadas de los medios para promover valores, pero también para dañar a la familia, la Organización Católica canadiense para la Vida y la Familia (COLF, en sus siglas en inglés) sintetiza en una guía sugerencias para un uso inteligente de estas herramientas de comunicación.

Se trata de un folleto de seis páginas a todo color, recién difundido bajo el título «Los medios: un reto fascinante para la familia». Las destacadas palabras «televisión», «imágenes», «blogs», «revistas», «películas», «radio», «Internet», «anuncios», «videos», «red», dan idea de la dimensión de este desafío.

La convicción que preside las sugerencias de COLF es que las familias pueden entrenarse para abordar los medios con ojo crítico y con cimientos en su fe y en su pasión por la verdad.

De ahí que invite a sacudirse la pasividad, el temor, la indiferencia, y a aprender a elegir –y a enseñar a hacerlo- entre la enorme oferta mediática.

Considera clave abandonar el papel de mero espectador para pasar a tomar parte activa en los medios: cartas al director, o a los patrocinadores de los programas, llamadas en directo, iniciar un blog, hablar como especialistas en determinado campo...

Y es que –advierte el folleto- la opinión pública se hace con la implicación activa de los ciudadanos que contribuyen a formarla, dejando a un lado complejos.

Para padres, apunta unas recomendaciones especiales para el uso inteligente de los medios en la familia:

1. Determinar un tiempo determinado de «medios» al día, y evitar utilizar la TV como niñera electrónica.

2. Respecto a los más pequeños, optar por espectáculos estimulantes y apropiados para su edad. Verlos con ellos y hablar de su contenido.

3. Invitar a los adolescentes a elegir los espectáculos que ven con arreglo a determinadas directrices.

4. Ayudar a los niños a ver la diferencia entre imágenes reales y ficticias que se presentan «on line», en anuncios, en películas o en programas de TV.

5. Elegir películas o videos con discernimiento, comprobando en webs de confianza las críticas que se ofrecen. Algunos padres ven las películas antes.

6. Instalar controles –de seguridad- en la TV y en el acceso a Internet, a fin de limitar la entrada de los niños a determinados espectáculos o sitios de la red.

7. Prohibir determinados tipos de comunicación o ciertos espectáculos. Buscar tiempo que esté libre de los medios y hacer algo juntos como familia.

8. Dar buen ejemplo haciendo uno mismo uso de los medios de forma moderada y selectiva.

9. Organizar un cine-forum para adolescentes, seguido de tiempo de debate y de compartir ideas.

10. Aprender a usar Internet junto a los hijos. Situar el ordenador en una zona común, de forma que se pueda supervisar su uso.

11. Crear un «club de Internet» y una «comunidad ciber-creyente» para difundir buenas noticias, tales como iniciativas caritativas, celebraciones, testimonios personales, etc.

12. Crear una asociación de padres o espectadores para hacer oír la propia voz entre productores, publicistas y autoridades públicas. Decirles lo que se aprecia y lo que no es bien recibido.

13. Rezar por todos los que trabajan en los medios.

El folleto de la COLF está íntegramente disponible en inglés, en formato «pdf».

El objetivo de esta organización es promover el respeto por la vida humana y su dignidad, así como el papel esencial de la familia. Cuenta con el respaldo de la Conferencia de los Obispos Católicos de Canadá (CCCB).

Ediciones ANAB, editorial creada por una familia católica de Panamá, ha cumplido cuatro años evangelizando con libros

Cuatro años dando esperanza con libros
Entrevista con Claudio De Castro, su director y fundador, para comprender mejor las dificultades y sueños de este apostolado.


PANAMÁ,(ZENIT.org)

¿Cómo surgió la idea de crear, en familia, una editorial católica?

Publicaba libros sobre nuestra fe, la alegría de ser católico, el tesoro de vivir en la presencia de Dios, con diferentes editoriales católicas. Una tarde, al ver la cantidad de libros que escribía, la directora de la librería católica en Panamá, me comentó: «¿Por qué no haces una editorial y publicas tus libros?».

En un principio me pareció como una idea imposible. Pero luego lo medité con mi familia y nos decidimos a realizarla. Le enviamos una carta al arzobispo de Panamá, monseñor José Dimas Cedeño pidiendo su bendición para el proyecto. Sorpresivamente, a los pocos días recibimos una llamada suya en la que nos decía: «Sigue adelante Claudio, cuentas con nuestra bendición». Fue algo inesperado y sorprendente que nos llenó de esperanzas y alegrías.

Iniciamos la editorial el 16 de julio del 2003, día de la Virgen del Carmen.

Le dimos el nombre de Ediciones ANAB, pensando en nuestra hija Ana Belén, ya que es una editorial familiar, en la que todos participamos (mi esposa Vida y nuestros 4 hijos).

Queríamos tener libros de espiritualidad con un lenguaje sencillo, que calara en los corazones de las personas, que las ayudara a recuperar la paz interior, a vivir su fe en el contexto actual, a tener presencia de Dios en sus vidas.

¿Cuéntenos alguna anécdota de sus inicios?

Tengo presente, la primera vez que participamos en una Feria del Libro. La librería católica amablemente nos cedió un pequeño espacio para colocar los libros. Todos nuestros ahorros estaban invertidos en esta feria. Los primeros días nos fue muy mal. Le escribí a una monja amiga, quejándome, y me respondió con estas palabras: «Haga de su obra un apostolado, donde quiera que vaya, lleve a Jesús a los demás».

Seguí su recomendación y el éxito fue automático. Comprendí que hay caminos y senderos nuevos por recorrer. El sendero de la confianza y la fe. Que la Providencia nunca falta.

Desde esa ocasión, el trabajo se convirtió en apostolado. Y el apostolado en oración.

¿Cuáles son los temas que publican en su editorial?

En general, son las vivencias cotidianas de un católico: cómo vivir la fe en nuestros tiempos, buscar la santidad –¿será posible?–, valorar la familia (santuario de la vida), y aprender a ser felices, viviendo en la presencia amorosa de Dios. Todo enfocado positivamente, con ejemplos simpáticos de la vida contemporánea.

¿Cómo se edita un libro?

Nuestros libros son artesanales. Los hacemos en casa. Trabajamos en familia, largas horas, arduamente, para sacarlos adelante. Le he pedido a Jesús recientemente: «Convierte mi trabajo en oración», de esta forma trabajo a gusto y me canso menos, pensando que estamos juntos y tenemos largas conversaciones.

La Providencia nunca falta. Recuerdo una vez que necesitaba cierta cantidad de dinero para sacar adelante unos libros. Fui a una capilla cercana y hablé con Jesús Sacramentado. «Ayúdame», le dije. Al día siguiente recibí un mail de una editorial católica en Brasil. Me informaban que iban a publicar uno de mis libros y que esa semana me enviarían por adelantado los derechos de autor. ¡Era la cantidad exacta que yo necesitaba!

¿Cuál es su satisfacción más grande?

Hace mucho le dije a Dios: «Yo escribo. Tú toca los corazones». Hicimos este pacto amoroso. Y nunca ha dejado de cumplir. Recibo tantos testimonios de personas a los que Él ha tocado y transformado. «Yo sólo escribo», les digo. «El resto es obra de Dios. Por eso a Él y sólo a Él hay que agradecer esta primavera espiritual, estas alegrías, estas vivencias hermosas».

Mi mamá, quien siempre nos ayuda, me ha contado de personas que abren sus carteras y le muestran uno de nuestros libros. «Siempre lo llevo conmigo», le dicen entusiasmados.

Una vez le obsequié un libro a una señora que salía de misa. Leyó el título y rompió a llorar. «Gracias», me dijo emocionada, «no se imagina cuánto lo necesitaba».

¿Cuál es su dificultad más grande?

Mi poca fe. La facilidad que tiene el hombre para desanimarse.

Una vez un sacerdote amigo me preguntó: «Claudio, ¿cómo va tu editorial?». «Muy bien, padre» le respondí entusiasmado, «pero si tuviera más fe, iría mejor». «Ya tendría un edificio de varias plantas, con rotativas y muchas personas trabajando en este apostolado, y cajas de libros enviándose a otros países».

Por el momento, la editorial somos mi familia, una computadora, un escritorio y la ayuda del buen Dios, que siempre nos impulsa a continuar.

¿Qué lo anima a seguir?

Cuando el Papa Benedicto XVI era cardenal, escribió estas palabras, que nos llenan de esperanza y que sirven de referencia a los hombres y mujeres de todas las religiones: «Quien vive en las manos de Dios, siempre cae en las manos de Dios».

Es una verdad que compruebo cada día. Experimento la Providencia en lo cotidiano. Es algo sorprendente. Veo, con certeza, cómo Dios nos ayuda. Por eso procuro, seguir adelante, con mi familia, vivir en su presencia amorosa. Continuar con este apostolado.

SI DESEAS CONOCER MÁS DE CERCA LA EDITORIAL HAZ CLICK A Q U Í

Queridos Reyes Magos ¡Feliz fin de viaje! / Autor: P. Idar Hidalgo

Queridos Reyes Magos:

Se muy bien que desde que han visto la estrella aparecer en el firmamento y después de consultar sus mapas de astronómicos, y sobre todo sondear su corazón, se han puesto en camino con gran docilidad para ir al encuentro del Rey hecho niño, del Salvador del Mundo.

Y llevan sus regalos, que han elegido de una manera extraordinaria, Oro, Incienso, y Mirra; porque lo reconocen como Rey, como Dios, y como hombre. Y se han puesto en camino dejándose guiar por aquella estrella, que solo se deja ver por las noches… y les va marcando el rumbo y les va orientando sus pasos.

Y ustedes con gran alegría, venciendo el cansancio y la sed de tanto caminar, el calor y el frío del desierto, han continuado su camino y están por llegar. También venciendo innumerables dificultades, como los engaños de Herodes, que sabiamente han podido burlar, siendo obedientes al ángel.

Estamos celebrando el día de la Manifestación del Señor… así que ¡ánimo! El día de encontrar lo que están buscando ha llegado.

Gracias por su fidelidad, por su obediencia, y por esos regalos que llevan en sus manos. Pero más agradezco el signo que nos regalan a toda la humanidad de que la salvación es para todos los pueblos.

Desde que ha empezado el tiempo de Adviento, he pensado en ustedes, y en la carta que habría de escribirles para pedirles, como lo hice cuando era niño, algunos regalos. Pero el tiempo se ha pasado tan rápido, entre posadas, la Fiesta de Navidad, Fin de año, Fiesta de Nuestra Santísima Madre… que es hasta este momento en la solemnidad de su venida que les escribo mi carta. De todas maneras tengo la confianza que les llegará a tiempo porque le pediré a mi Ángel de la Guarda que se las haga llegar en forma prioritaria.

Les pido, con humildad que me compartan:

La sencillez para saber distinguir en los signos de los tiempos la presencia de la Buena Noticia, para saber observar desde la fe todas la realidades tanto de la tierra como del cielo.

Que puedan compartir conmigo la docilidad a las divinas inspiraciones del alma, y seguir el camino que me marque la estrella. A ustedes los ha guiado una estrella en el cielo, para mi esa estrella que me lleva a Jesús es María, por eso pido tener esa docilidad de ustedes para saber descubrirla en todo momento, para no perder el rumbo que conduce al Salvador de todas las naciones, al Rey de todos los Pueblos.

Valentía para hacerme al camino, para saber dejarlo todo y lanzarme a la aventura de un camino, a desinstalarme con frecuencia para vivir de la fe y no de la seguridad de mis reinos, de mis posesiones. Confiar que, dejando todo, es la única forma de encontrar El Todo.

Obediencia a las guías que tengo en el camino, obediencia a lo que se cree, a lo que se espera, a lo que se ama. Obediencia humilde a las inspiraciones y a los ángeles, especialmente a mi Ángel de la Guarda, para que no pierda el camino, y tenga la alegría de que todo se me ha dado como regalo, confiando y dependiendo totalmente en Aquel que me ha llamado a un encuentro.

Alegría de un encuentro, del encuentro que más se desea: encontrarse con Dios, por eso ese encuentro es una Celebración. Porque es el encuentro de la criatura con su Creador, alegría de encuentro porque es la manifestación de Dios hecho hombre como Dios, como Rey, y como hombre. Quiero, tener esa alegría de encuentro que para mi se realiza en cada Eucaristía, en cada sacramento, en cada encuentro con el más necesitado. Alegría de encuentro, que es una gran celebración, porque cuando el encuentro esta tocado por el amor solo puede ser celebrativo, y toda nuestra vida es encuentro y toda nuestra vida es celebración si lo vivimos en la dimensión del amor.

Abusando de su generosidad, pido la paciencia para seguir en el camino, para que el cansancio no me haga desistir, para que las dificultades no resten el ánimo, para que los obstáculos del camino solo sean oportunidades de crecimiento, que sean retos que me permitan crecer como persona, como cristiano, como discípulo del Maestro.

Que no pierda la esperanza del encuentro, que no pierda la esperanza que la promesa se hará realidad.

Que no pierda la esperanza que en el camino no se anda solo, que ángeles, estrellas y hermanos caminamos juntos. Tener siempre y cada día, la esperanza de que es posible vivir la caridad entre los hermanos que caminamos en comunidad como lo hicieron ustedes, que se acompañaron hasta el final.

Todo lo anterior no lo pido solo para mi, lo pido para poder compartirlo con todos mis hermanos, quiero descubrir en cada hermano a Cristo, quiero descubrirlo especialmente en los más pobres, en los más necesitados, los enfermos, los encarcelados, los que están solos o se sienten solos; quiero reconocer al Rey en aquellos que llevan con humildad la cruz de cada día, en los que se esfuerzan por dar testimonio del amor, en las personas que perdonan y aquellos que se niegan a recibir el perdón, recocerlo en los amigos y también en los enemigos.

Quiero compartir todo lo que les he pedido con todos aquellos que se acerquen a mi vida, y quiero ser yo el que se ponga en camino hacía el encuentro. Me gustaría, ser el primero que tienda un puente por donde el otro se pueda acercar a mi, y por donde yo me pueda acercar a él.

Todo lo que les he pedido, también se los pido para todos mis amigos, familiares y benefactores… para que todos seamos instrumentos de paz. Para que todos busquemos el reino de Dios, sabiendo que si Dios reina en nuestros corazones, reinará en nuestras familias, en nuestras comunidades, en nuestras ciudades, y en nuestras naciones.

Les deseo a ustedes queridos Reyes Magos, feliz fin de viaje. Y me despido agradecido por la ilusión que guardaron en mi cuando era un niño.

Gracias porque un día los espere con la ilusión de niño y hoy los puedo esperar con la ilusión de sacerdote.

Con afecto, en el Señor que buscamos y que encontramos en la Eucaristía.

---------------------------------
Fuente: Catholic.net

Los dañinos efectos de la pornografía (II) / Autor: Brian Clowes, Ph.D.

Profundo, serio y revelador estudio presentado por el Dr. Brian Clowes en el que muestra varios de los efectos de la pornografía.

AVISO: Parte de la información que presentamos a continuación es de contenido escabroso y no apta para menores de edad ni para personas moralmente vulnerables a este tema.


"La recuperación del control moral y el retorno del orden espiritual se han convertido en la actualidad en las condiciones indispensables de la supervivencia humana" -- Christopher Dawson, historiador cultural (1).

Lo que dicen los que sostienen una ideología antivida

"No creo que la pornografía degrade a las mujeres. Las mujeres que la practican quieren hacerlo. Nadie les está apuntando con una pistola a la cabeza. No entiendo cuál es el problema" -- Madonna, Sex, 1992 (2).

Otras personas, tan despistadas como Madonna, afirman que la pornografía es simplemente una "válvula de escape" que las personas usan para disipar sus impulsos sexuales. Su efecto, dicen ellos, es "catártico". Ello quiere decir, afirman estos ilusos, que las personas que de otra forma hubieran expresado, por medio de su actuación, sus violentas fantasías sexuales, de esta manera, en cambio, usan su material pornográfico sin causar daño.



Introducción


Los nocivos efectos de la pornografía, tanto la mal llamada "leve" como la fuerte, son extensos y permanentes. Hay grupos de investigadores que han realizado más de 500 estudios sobre estos efectos y sus conclusiones son concretas, coherentes e irrefutables.

A través de estos estudios aparecen consistentemente muchas relaciones importantes. Las seis conclusiones en relación con el impacto de la pornografía que se encuentran en la lista más abajo también se presentan en el estudio sumario de David Scott: Pornography, Its Effects on the Family, Community, and Culture ("La pornografía, sus efectos en la familia, la comunidad y la cultura") (3). Obsérvese que estas conclusiones no son el resultado de estudios aislados o de estudios que han sido agrupados al azar. Los números de los estudios que arrojan cada una de las conclusiones encabezan los párrafos correspondientes a través de este artículo y han sido tomados de la obra de Scott.

La lista de referencias bibliográficas de todos estos estudios aparece también al final del libro de Scott. Esa lista sería de gran valor para el que esté interesado en llevar a cabo una investigación seria sobre los efectos de la pornografía.

A continuación ofrecemos la lista sumaria de los principales efectos de la pornografía, cada uno de los cuales es descrito en los párrafos subsiguientes:

* 1. Aún la pornografía "leve" hace daño a cualquiera.
* 2. Toda pornografía insensibiliza al que la ve.
* 3. La pornografía causa adicción.
* 4. La pornografía degrada al matrimonio.
* 5. La pornografía aumenta la intención criminal de delincuentes peligrosos.
* 6. La pornografía impulsa a realizar otros crímenes y los facilita.


1. Aún la pornografía "leve" hace daño a cualquiera

Dieciocho estudios distintos han demostrado que la pornografía "leve", que exhibe actos entre adultos, aun con su consentimiento, definitivamente insensibiliza a todos sus videntes, y puede provocar un comportamiento extremadamente violento (4).

La pornografía afecta adversamente a toda persona que la ve y no sólo a los peligrosos criminales sexuales que aparecen en las tiras cómicas. La pornografía interfiere en las relaciones interpersonales y en el desarrollo moral de todas las personas que la ven.

De hecho, la pornografía "leve" ha sido un factor que ha estado presente en numerosos suicidios de adolescentes varones. El FBI ha informado de muchos casos de jóvenes que se han colgado del cuello y se han masturbado mientras sostenían una revista de pornografía "leve". No es sorprendente que estas muertes (que se clasifican como "asfixia autoerótica") a menudo no son dadas a conocer al público. Se calcula que alrededor de 1.000 de estos suicidios accidentales ocurren en Estados Unidos todos los años. (5).

En muchos casos, hasta ha habido jovencitos que sin quererlo han matado a sus amigos y hermanos por seguir las sugerencias que se encontraban en las revistas de pornografía "leve". Ello demuestra que no son solamente los pervertidos y los criminales endurecidos los que han sido afectados adversamente por la pornografía. Por ejemplo, Zachariah Hurt, de 13 años, leyó una revista de pornografía y luego colocó con cuidado unos cordones de zapato alrededor del cuello de dos niños: su hermanito de 8 años, Benjamin, y Todd Pigg, Jr., de 7 años, luego tiró de los cordones y accidentalmente estranguló a los chicos.

2. Toda pornografía insensibiliza al que la ve

Toda pornografía, "leve", fuerte y aun los materiales de "educación" sexual "neutral", insensibilizan al vidente y lo condicionan a los actos sexuales, violentos o no, como parte integral de la conducta humana --26 estudios distintos han llegado a esta conclusión (4).

Una encuesta de Gallup de 1984 arrojó que dos tercios de los que respondieron creían que el ver violencia en la televisión era dañino para otros, pero sólo el 5% de ellos creía que era dañino para ellos mismos (4).

Neil Malamuth, Ed Donnerstein y Dolf Zillman, tres de los principales investigadores de la violencia sexual, han declarado que, en general: "La pornografía insensibiliza. El ver estos materiales, sean estos violentos o no, coactivos o no, aumenta experimentalmente la conducta agresiva del hombre contra la mujer, y disminuye la sensibilidad, de tanto el hombre como la mujer, hacia la violación sexual y hacia la situación deplorable de las víctimas. Tanto los hombres como las mujeres, después de haber visto este material, creen que la mujer que ha sido víctima de una violación sexual ha sido menos perjudicada, es menos digna y hasta es responsable de su propio sufrimiento (6).

Esta investigación demostró que, luego de haber visto brevemente un material pornográfico, las dos terceras partes de los varones universitarios estarían más dispuestos a obligar a una mujer a realizar actos sexuales, si se les pudiera asegurar que no serían atrapados o castigados. Un tercio de los estudiantes expresó sentir un aumento del deseo de cometer una violación sexual (6). Estos son cambios escalofriantes de la actitud, tomado en cuenta que la mayoría de las violaciones sexuales no se reportan.

La pornografía es particularmente eficaz en insensibilizar a personas emocionalmente perturbadas. Por lo menos 26 estudios han demostrado de forma definitiva que las personas emocionalmente perturbadas y aquellas con una tendencia hacia los actos violentos pueden llegar a ser significativamente insensibilizadas durante varias semanas luego de haber visto películas pornográficas y/o violentas durante tres horas (4).

3. La pornografía es adictiva

Varios estudios han demostrado que todas las personas, normales o desajustadas, que ven pornografía desarrollan el deseo de ver material pornográfico cada vez más perverso, así como los adictos a las drogas desean drogas cada vez más fuertes. Todas las personas fantasean acerca de materiales pornográficos y actos más perversos y aun muchos de ellos los incorporan en sus relaciones sexuales. Muchas personas comienzan a emplear métodos cada vez más violentos en sus relaciones sexuales.

Los psiquiatras británicos Martin Roth y Edward Nelson han declarado que "lejos de tener un efecto catártico, el ver pornografía produce un mayor interés en la desviación sexual" (7).

Donnerstein, Zillman y Malamuth informan que "el ver prolongadamente pornografía común, no violenta y no coactiva, creó el apetito de materiales más inusuales, extravagantes y desviados, incluyendo los violentos en un contexto sexual, como la exhibición del sadomasoquismo y la violación sexual".

Como ocurre con el caso de los drogadictos, aquellos que consumen pornografía llegan a sentir que necesitan materiales más y más perversos para mantener su nivel anterior de excitación sexual (4).

4. La pornografía degrada al matrimonio

Los que consumen pornografía generalmente ven material que muestra a mujeres atractivas que realizan casi cualquier tipo de acto con cualquier número de hombres (o animales). Los usuarios de la pornografía comienzan a creer que sus esposas también deberían realizar actos que sean por lo menos un poquito más "aventurados" o "experimentales" que aquellos a los cuales están acostumbradas. Cuando las esposas de estos irresponsables no satisfacen las fantasías que la pornografía les ha producido, entonces dichos usuarios se sienten insatisfechos. Puede que se sientan aún más insatisfechos con las imperfecciones físicas de sus esposas. Las esposas, por supuesto, se sentirán disgustadas y rechazarán el comportamiento cada vez más pervertido de sus esposos.

Entonces los esposos a menudo buscan a las prostitutas, quienes están acostumbradas a lidiar con estas peticiones tan extravagantes y perversas (3,8).

5. La pornografía aumenta la intención criminal de delincuentes peligrosos

Hay más de 65 estudios que demuestran que los criminales peligrosos (pederastas, asesinos, violadores, padres incestuosos) no sólo son más propensos a cometer sus delitos si consumen pornografía, sino que también son más propensos a usar extensamente la pornografía poco antes de cometer sus crímenes (4). Los hombres delicuentes que usan pornografía pronto comienzan a manifestar un comportamiento adictivo y compulsivo. Todos sus mecanismos para liberar tensión pronto se llegan a relacionar con las perversiones sexuales y su conducta se hace cada vez más criminal.

Cerca de dos millones de pederastas, violadores, sádicos y practicantes de relaciones sexuales con adolescentes o prostitutas infantiles cometen más de 2 millones de delitos al año. Esta cifra se refiere solamente a los incidentes que se reportan, el número total es evidentemente mucho más elevado.

Los ingenuos que creen que la pornografía "no tiene víctimas" deberían bajarse de la nube en que se encuentran durmiendo y darse cuenta de los hechos. Miles de personas han sido torturadas, violadas y asesinadas por seres humanos perturbados como resultado directo de la pornografía. Miles de estos casos abarrotan los archivos de la policía en todo Estados Unidos.

Jeffrey Dahmer, condenado por pederastia y al mismo tiempo un practicante confeso del homosexualismo, logró convencer a 17 jovencitos que fuesen a su apartamento. Una vez allí tuvo relaciones sexuales con ellos y luego los mató y los desmembró.

Este individuo fue un activista en organizaciones que defienden los "derechos de los homosexuales" y participó en desfiles para promover el "orgullo homosexual". La policía también encontró una enorme cantidad de pornografía fuerte y de videocintas en su apartamento (9).

El 24 de enero de 1988, el día antes de ser ejecutado por asesinato, Ted Bundy declaró, en una entrevista que le hizo el Dr. James Dobson de la organización Enfoque en la Familia, que: "Al principio, la pornografía enciende este tipo de corrientes de pensamiento... Como en el caso de las adicciones, sientes deseos de algo que sea más fuerte, más fuerte, algo que te provoque una excitación más intensa, hasta que llegas a un punto en que la pornografía ya no te ofrece más, llegas a un punto de salto en el cual te comienzas a preguntar si a lo mejor el hacerlo te daría aquello que está más allá de sólo leerlo o verlo".

Cuando Enfoque en la Familia publicó los resultados de esta importante entrevista, se encontró con la burla de aquellos que no acaban de aceptar las dañinas consecuencias de la pornografía, pero que en el fondo reconocieron cuán cierto fue lo que arrojó el diálogo de Dobson con Bundy. Evidentemente, las únicas personas que atacaron esta entrevista fueron aquellas que apoyan o lucran inmensamente con la pornografía.

Arthur Gary, que fue ejecutado en el Estado de Utah en 1983 por violar y matar a cinco niños, entre las edades de 4 y 13 años, declaró lo siguiente: "La pornografía no fue la única influencia negativa en mi vida, pero sus efectos en mí fueron devastadores. Yo soy un homosexual pederasta condenado por asesinato, y la pornografía fue el factor determinante de mi caída".

Los científicos del FBI de Quantico, Estado de Virginia, hicieron unos comentarios del papel que desempeñó la pornografía y sus efectos en el violador de Miami, Estado de la Florida, del caso de "la funda de la almohada". "Adquirió revistas [pornográficas] ... y soñó con realizar violaciones sexuales. Luego cruzó el umbral que separaba la fantasía de la realidad de los asaltos sexuales."

Ray Bauer, un adicto a la pornografía de St. Louis, Estado de Missouri, a menudo obligaba a su esposa de 29 años de edad a mirar películas de pornografía fuerte y luego la ataba y la torturaba. Finalmente, en abril de 1986, la Sra. Bauer no pudo aguantar más este maltrato y mató a su esposo a balazos después de un episodio de tortura particularmente violento. La espalda, el pecho y las posaderas tenían profundas marcas de latigazos. Los agentes del orden registraron la casa y encontraron la extensa colección que su esposo tenía de pornografía violenta y sadomasoquista, también encontraron instrumentos de tortura (10).

Los negociantes de la pornografía dicen que ésta no hace daño. El siguiente caso los desmiente.

En enero de 1986, Linda Lee Daniels, de 22 años de edad, de Albuquerque, Estado de Nuevo México, fue secuestrada en pleno día del estacionamiento de su propia casa por tres jóvenes, cuyo propósito era usarla, contra su voluntad, en una película pornográfica.

El productor de la película, Johnny Zinn, dijo a los tres secuestradores, a quienes él mismo había empleado, que quería un "producto" rubio para su película y que les pagaría $1.500 si encontraban a una mujer con esas características.

Después de raptar a Daniels, los jóvenes la drogaron y la violaron durante toda la noche y filmaron toda la secuencia de las violaciones. Los diarios matutinos del día siguiente mostraron una foto de Daniels. Entonces Zinn ordenó a sus compinches que la mataran. Ellos le dispararon repetidas veces, mientras la pobre víctima suplicaba que no le quitasen la vida.

A Zinn lo condenaron a cadena perpetua. Dos de sus cómplices, aunque los encontraron culpables de violación, ya están en libertad rondando las calles, quizás en búsqueda de más "productos" (11).

El FBI ha encontrado que el 80% (29 de 36) de los más recientes asesinos en masa utilizaron la pornografía extensamente como parte integral de sus crímenes sexuales, los cuales incluían violaciones y asesinatos en serie (4).

Algunos de estos asesinos fotografiaban a sus víctimas ya muertas, recortaban las fotos de sus rostros y los pegaban sobre fotos de pornografía fuerte como preparación para su próximo asesinato.

El FBI y la policía de toda la nación estadounidense han informado que han encontrado extensas colecciones de pornografía en las casas de prácticamente cada asesino en masa y pederasta que han arrestado.

El capítulo 18 del estudio, realizado en 1986, de la Comisión sobre la Pornografía del Fiscal General de Estados Unidos señala que las principales revistas pornográficas para hombres (Playboy, Penthouse, Hustler, Chic, Club, Gallery, Genesis y Oui) tienen una tasa de circulación cinco veces más elevada en los Estados de Alaska y Nevada que en el de Dakota del Norte (12). Es muy significativo que las tasas de violaciones sexuales de Alaska y Nevada son ocho veces más elevadas que la de Dakota del Norte.

Otros investigadores han confirmado que el 64% de todos los pederastas que son practicantes del homosexualismo y el 86% de todos los violadores usaron pornografía durante el momento en que cometían sus crímenes o inmediatamente antes.

Un sondeo de más de 400 criminales jóvenes en prisión demostró que los presidiarios que habían visto grandes cantidades de pornografía eran mucho más propensos a cometer actos violentos y sexualmente perversos que los otros presidiarios que no habían visto pornografía (3).

6. La pornografía impulsa a realizar otros crímenes y los facilita

Los que promueven la pornografía también promueven la pederastia al trivializar los actos sexuales entre niños y adultos.

Organizaciones como la Asociación de Norteamérica para el Amor entre Hombres y Niños o NAMBLA (North American Man-Boy Love Association) y la Rene Guyon Society están muy involucradas en el movimiento en pro del homosexualismo y en la pornografía fuerte. Ambas organizaciones también cabildean para que se eliminen las leyes que prohíben las relaciones sexuales con menores de edad.

Es un hecho que los magnates de la pornografía usan su gran riqueza e influencia para promover directamente los actos ilegales en sus revistas, incluyendo el uso de drogas peligrosas. Ello coincide con su ideología hedonista de que "todo es aceptable".

Según la Dra. Judith Reisman, presidenta del Institute for Media Education (Instituto para la Formación de los Medios de Comunicación Social), con sede en Washington, DC, la legalización de todos los tipos de uso de drogas ha sido una de las metas principales, a nivel económico, editorial y legislativo del imperio de la revista pornográfica Playboy desde 1966. La primera indicación de que Playboy iba a promover el uso de drogas y su legalización tuvo lugar en el número de septiembre de 1966 de esta revista. En ese número, Playboy publicó una entrevista que hizo a Timothy Leary, en la cual la revista se congració sobremanera con este portavoz del movimiento en pro de la legalización de las drogas.

En 1970, la Fundación Playboy formalmente subscribió el establecimiento, por parte del abogado Keith Stroup, de la National Organization for the Repeal of Marijuana Laws o NORML (Organización Nacional para la Anulación de las Leyes que prohiben el uso de la Mariguana). A finales de 1871, la Fundación contribuyó con $100.000, la primera de una larga series de donativos periódicos a NORML para su campaña en pro de las drogas de 1972.

Playboy ha continuado proporcionando una gran cantidad de asistencia, tanto editorial como económica, a la legalización de las drogas desde 1970. En 1973 y en 1975, los esfuerzos de NORML, con el respaldo de Playboy, tuvieron un triste éxito al lograr abolir la criminalidad legal de la mariguana en los Estados de Oregon y Alaska. La revista Playboy ha publicado anécdotas ficticias agasajando muchísimo a los que usaban drogas, ha impreso cuadros sinópticos sobre el uso de las drogas y ha servido de plataforma para numerosos portavoces a favor de las drogas, incluyendo a Timothy Leary y a la estrella de fútbol estadounidense Don Rogers --que luego murió de una sobredosis (13).

Según fuentes del Congreso de Estados Unidos, las drogas ilícitas constituyen un negocio de $70 mil millones al año. En la actualidad tenemos 20 millones de personas que fuman mariguana con frecuencia, 7 millones que usan cocaína con frecuencia y medio millón de adictos a la heroína (14). Nuestra sociedad se está realmente ahogando en un diluvio de drogas y ningún niño está plenamente protegido de las drogas y de la pederastia (¡incluyendo el suyo!)

Lo último que necesitamos es que venga un grupo de libertinos ricos a instigar a los que promueven el uso de drogas con sus ilógicos argumentos publicados en costosas revistas a colores.

Brian Clowes, Ph.D. es el Director del Instituto de Capacitación Pro vida de Human Life International y autor de la monumental obra en inglés Pro-Life Activist´s Encyclopedia (Stafford, Virginia: American Life League, Inc., 1993). Este artículo es la traducción del capítulo 133 de esta enciclopedia. La enciclopedia es distribuida por la American Life League, Inc., P.O. Box 1350, Stafford, VA 22555, USA, tel.: (540) 659-4171, página web: www.all.org y por Human Life International, 4 Family Life Lane, Front Royal, VA 22630-6453, USA. Tel. (540) 635-7884. Fax: (540) 636-7363. Email: hli@hli.org. Página web. http://www.hli.org.

Human Life International (HLI) es la organización católica más grande del mundo dedicada a la defensa de la vida humana y la familia, con más de 80 oficinas en 5 continentes. HLI realiza su labor en total fidelidad al Magisterio de la Iglesia Católica, por medio de la oración, el servicio al prójimo y la educación.

--------------------------------------------------------------
Notas: 1. Christopher Dawson, durante las Conferencias Gifford de 1947, en Edinburgh, Escocia. Citado en la National Federation for Decency Journal (noviembre-diciembre, 1987). 2. Madonna, Sex (1992). Citado en Suzan Bibisi, Los Angeles Daily News, "Madonna: Sex Has Some Raunchy Text, Artistic Photography." The Vancouver [Washington] Columbian, 22 de octubre de 1992, B2. 3. David A. Scott, Pornography. Its Effects on the Family, Community and Culture. Publicado por Child and Family Protection Institute y por Contact America. Pida su ejemplar (en inglés) a Family Policy Insights, 721 Second Street NE, Washington, DC 20002. 4. The Hill-Link Minority Report of the Presidential Commission on Obscenity and Pornography. Este informe se puede pedir a Morality In Media, 475 Riverside Drive, New York, New York 10115. 5. R. Hazelwood, P. Dietz, y A. Burgess. "The investigation of Autoerotic Fatalities." Journal of Police Science and Administration. September 1981, 404-411. Véase también el Post-Dispatch de St. Louis, 25 de agosto de 1990. 6. P. Zimbardo. "Sexual Murderers." Psychology Today, noviembre de 1977, 69-76 y 148. 7. "Porn Traffickers Share Guilt in Sexual Murders." The Wanderer, 9 de marzo de 1989, 2. 8. Frank Morris. "Pornography and the Degradation of Society." The Wanderer, 9 de febrero de 1989, 4. 9. Michael C. Buelow. "Police Believe Suspect Killed 17." The Oregonian, 26 de julio, 1991, A1 y A24. También: "Relative in Dahmer Case Sues." USA Today, 6 de agosto de 1991, 3A. Véase también la Carta, publicada (en inglés) mensualmente por Focus on the Family, de octubre de 1991. 10. "Woman Kills Porn Addict Husband." National Federation for Decency Journal, mayo-junio, 1986, 7. 11. Dixie L. Gallery, madre de la víctima. "Co-ed Picked at Random is Kidnapped, Raped, Murdered By Pornographers." National Federation for Decency Journal, abril, 1987, 5. 12. Final Report of the Attorney General´s Commission on Pornography. Rutledge Hill Press, 513 Third Avenue South, Nashville, Tennessee 37210, USA, 1986. 13. "American Drug Culture Has Roots in Playboy." National Federation for Decency Journal, noviembre-diciembre de 1986, 4. 14. News of Interest. "Drug Use Continues to Grow." National Federation for Decency Journal, agosto, 1987, 15.

-----------------------------
Fuente: Mscperu.org

Todos educamos mal… pero unos peor que otros / Autor: Tomás Melendo


1. Presentación

Ahora


Cuando escribo estas líneas, tengo 55 años. Si las predicciones del ginecólogo se cumplen, mi hija mayor, María, dará a luz el 7 de septiembre próximo, el mismo día en que la menor, María José, cumplirá 15 años, y mi madre, nada menos que 90.

Curiosamente, Lourdes y yo lo haremos, los dos, el 8 de ese mismo mes, fiesta de la Natividad de la Virgen. Yo, según acabo de sugerir, cumpliré 56; y Lourdes, «alrededor de 35, como de costumbre».

Y entre los 30 de María y los futuros 15 de María José, se sitúan mis otros cinco hijos, haciendo un total de siete.

Aun cuando, en principio, quede mucho camino por recorrer, los 55 años permiten ya echar una mirada atrás y ver lo que has ido haciendo con tu vida y, en concreto, cómo te has desenvuelto como educador.

Empiezo por confirmar desde el fondo del alma que, en el momento presente, me siento muy orgulloso de todos y cada uno de mis hijos y espero que nos sigan dando, junto con alguna que otra preocupación —que tampoco han faltado y vienen bastante bien—, tantas alegrías como hasta ahora.

Anoche

Como anoche llegó María de Irlanda, con idea de pasar las últimas semanas de embarazo y el parto junto a Lourdes, nos reunimos, además del matrimonio, cuatro de los hijos, la novia de uno de ellos y María Josefa, la madre de Lourdes (lo de «mi suegra» no le gusta que lo diga, pero así se entendería mejor).

Eran casi las 12 cuando María entró en casa. Antes, además de las dos del viaje, había estado una hora y media dentro del avión, clavado en la pista de despegue, con un calor sofocante, agravado por la presencia del pequeño —dos kilos, ochocientos, por entonces— en una tripa descomunal. Pero eso no impidió que la velada se prolongara has bien cumplidas las dos de la madrugada.

Disfruté como siempre que, en familia, recordamos tiempos pasados. Hacía mucho que no me reía tanto y con tantas ganas. Lo mismo que suele ocurrirme cada vez que salen a relucir anécdotas de «cuando éramos pequeños» (y digo «éramos» porque de ordinario son ellos los que las cuentan).

¡Y es que hay pocas cosas que ayuden más a la buena marcha de una familia y de cada uno de los que la componen como la alegría y el buen humor!



Todos educamos mal… pero unos peor que otros

El título y subtítulo del libro —que anoche me rondaron una y otra vez por la cabeza— tienen su pequeña historia. Surgieron hace alrededor de medio año en México. Iba a pasar poco más de un mes en ese país, dando cursos y conferencias en distintas ciudades, pero con la sede central en Guadalajara, la capital y la «novia» de Jalisco.

(«♫ ♫ ♫ Jalisco, Jalisco, Jalisco, tú tienes tu novia, que es Guadalajaaaaaara; muchachas bonitas, la perla más rara de todo Jalisco es mi Guadalajaaaaaara… ♪ ♪ ♪»).

En las últimas ocasiones, cuando el viaje va a ser largo, suelo vivir en casa de antiguos amigos… o de amigos de mis amigos, que todavía no conozco, pero que me reciben, como sucede siempre en México —país acogedor donde los haya—, con todo el cariño del mundo.

Esta vez se trataba de personas a las que no había visto nunca. No quiero dar muchos detalles, porque no les he pedido aún permiso, y tienen todo el derecho a preservar su intimidad. Diré solo que, entre los cuatros hijos, la segunda era una adolescente, no de libro, que eso es poco, sino de auténtica exposición: es decir, como debe ser toda adolescente que se precie.

Y, además, cosa que no supe horrorizado hasta que entré en su habitación, quien esto escribe —es decir, un servidor— era el causante de que la «hubieran arrojado» de su cuarto, dispuesto desde entonces para que yo pudiera dormir y establecer en él mi «centro de operaciones».

Tengo que decir, y ojalá no me equivoque, que entre «la adolescente» y yo se creó muy pronto un clima de complicidad y —de nuevo espero no fantasear— de auténtico cariño.

Al día siguiente de llegar, la dueña de la casa, encantadora, coincidió a solas conmigo durante un buen rato. Como uno se dedica a temas de amor y familia (que no «de amor y lujo», no confundamos), los demás dan por supuesto que «debe de hacerlo bien». Ella, por el contrario, tenía la impresión de ser una pésima educadora.

Charlamos algo más de dos horas, y tuve que concluir con lo que ya era para mí una convicción muy honda, y de entonces a hoy se ha venido afianzando, conforme más pensaba en ello y observaba lo que ocurre en mi entorno:

1. Que todos los padres educamos mal… y no pasa nada.

2. Pero que algunos lo hacen muy mal, y entonces es cuando suele haber problemas.

Por supuesto que mi anfitriona no se contaba entre los «muy mal», sino que se desenvolvía, más o menos, como cualquiera de nosotros. La diferencia era, simplemente, de edad y profesión. En concreto: yo ya había pasado por lo que ella estaba entonces viviendo (recuerden mis 55-56 años)… y había reflexionado mucho sobre el asunto (de profesión: filósofo).

Quede claro que, al igual que Zattoni y Gillini —a los que citaré más de una vez—, cuando digo esto no lo hago «… para alimentar reductos de sentido de culpa (“si me meto, entonces me sentiré culpable de algo”) y refugiarnos acaso en un deprimente: “¡Me he equivocado en todo!”; sino para darnos algunas oportunidades. Hay actitudes que nos vienen “espontáneas” a los padres y que han de ser reforzadas en su validez natural; es mucho mejor fortalecer estas que llorar por lo que ya no tiene remedio: es mucho más útil fortificar lo que hacemos de bueno que darse golpes de pecho por las culpas.»

Los malos y los peores

Para volver a lo nuestro, la conclusión que saqué de aquel rato de fascinante «plática a la mexicana» se resume en pocas palabras: si educar es ayudar a nuestros hijos a que cumplan su misión en esta tierra, y si su tarea es la de prepararse para llegar a ser interlocutores del Amor de Dios por toda la eternidad, ¿puede haber algún ser humano, varón o mujer, que realmente «lo haga bien»? ¿No se trata de algo que, por definición, supera nuestras fuerzas?
Tranquilidad, por tanto, porque hay Quien se encarga de que, a pesar de los pesares —de ti y de mí—, «al final de la jornada…» las aguas lleguen a su cauce. Se trata, simplemente, de no poner excesivas trabas.

(Aunque eso no quite, como veremos con calma, que a todos los padres nos incumba la obligación de hacerlo un poco menos mal… y disfrutar de lo lindo mientras educamos.
Como explica Macià, «… lo importante es que se puede aprender a ser padres, basta un mínimo grado de motivación, estar dispuesto a esforzarse, a dedicar parte de nuestro tiempo y contar con los instrumentos adecuados. Educar es sinónimo de exigencia, puede exigir esfuerzo y privación, pero es una tarea llena de maravillosas recompensas.»)

Si educar es ayudar a nuestros hijos a prepararse para llegar a ser interlocutores del Amor de Dios por toda la eternidad, ¿puede haber algún ser humano, varón o mujer, que realmente «lo haga bien»?

Primer espejismo

¿Por qué, entonces, la preocupación recurrente y la sensación de estar haciéndolo muy mal, justo entre quienes luchamos por llevarlo a cabo lo mejor que sabemos y podemos?
Dosificaré la respuesta a lo largo del escrito. Anticipo un par de ideas.

Fue precisamente en esa conversación de Guadalajara donde, en un tono de lo más distendido, caí en la cuenta y comenté a mi amiga, casi con estas palabras y una punta de ironía hacia mí mismo: «es delicioso que, mientras son pequeños, nuestros hijos hagan libremente… lo que nosotros queremos que hagan».

Uno o una se sienten como en las nubes, con la alegría del deber cumplido, muchas ganas de seguir adelante y sin nada serio que turbe la paz interior. Hay cansancio, momentos en que estamos hartos, ganas de tirar la toalla o de ahogar a alguno de los críos («¡bendito Herodes!», que diría una de mis cuñadas)… pero siempre en tono menor.

La cosa cambia de raíz con la adolescencia, cuando empiezan a hacer, un poco menos libremente de lo que ellos piensan y bastante más de los que nosotros creemos y desearíamos, lo que realmente a ellos o a ellas les da la gana.

Es un tema apasionante, que me entusiasma: volveré sobre él con detenimiento.

Es «encantador» que, mientras son pequeños, nuestros hijos hagan libremente… lo que nosotros queremos que hagan.
La cosa cambia cuando empiezan a crecer y a hacer lo que realmente les da la gana.

Segundo espejismo

No sé si, dentro del contexto que estoy dibujando, el lector habrá tenido la terrible desgracia que muchos hemos padecido. La de que amigos menos ocupados por la educación de los suyos nos repitan, entre admirados y sanamente envidiosos: «¡hay que ver la suerte que has tenido con tus hijos!; si te hubieran tocado los míos…»

Ante lo que uno —o, al menos, ese uno que soy yo— se siente muy tentado de responder que suerte, suerte, lo que se dice suerte, puede que haya habido, pero que también son muchas horas de reflexión y de diálogo con la esposa, de atenciones a ella y a los críos, de juegos compartidos y un etcétera casi infinito, que de ordinario prefiero silenciar en aras de una amistad que debe seguir madurando para el bien de todos.

Peor que terrible es lo mío. María Josefa, la madre de mi mujer (mi «suegra», para entendernos de nuevo), concretaba más el asunto. En este caso, tomaba como punto de comparación a sus restantes nietos y a sus respectivos padres y madres, entre los que uno de cada pareja es, lógicamente, hijo o hija suyos. Y el resultado no podía ser más contundente: no era Lourdes, sino yo, el que sabía educar y educaba de maravilla a nuestros hijos.

Cada vez que lo repetía, yo intentaba convencerla y convencerme de que eso era una bobada, aunque, como mandan las normas, la última palabra era siempre la suya. Entonces tenía la impresión de no hacerle ningún caso, pues creía conocer bien mis errores. De un tiempo a esta parte empecé a darme cuenta de que, en el fondo-fondo, no estaba del todo en desacuerdo con ella: yo lo hacía bastante bien.

Ahora, por el contrario, cuando todos han pasado o se encuentran en plena adolescencia, veo con nitidez que lo hacía… normalito, que es la mejor manera de hacer las cosas.

¡Hay que ver la suerte que has tenido con tus hijos…!

Para concluir

Y normalito equivale en este caso, lo repito con plena conciencia, a bastante mal… aunque no «peor que la media». Tras lo cual, resumo, por si sirve de ayuda a alguien.

Suelen hacerlo menos mal:

1. Quienes, dándose cuenta o no, procuran desaparecer discretamente, de acuerdo con el cónyuge y sin bajar por ello la guardia, y dejan la iniciativa a quienes realmente les corresponde. Es decir:

1.1. A cada hijo, progresivamente, según va pasando el tiempo.

[Los niños, como sabemos (¿lo sabemos?), tienen sus propios recursos, que hay que aprender a descubrir y apoyar; y lo peor que puede hacer un adulto —y lo que normalmente hacemos, si no nos andamos con tiento— es impedir que los desarrollen, tratar de imponerles los nuestros y medirlos por nuestro rasero.]

1.2. Y al auténtico Autor de cualquier mejora humana, que solo nos pide —pero nos lo pide, ¡ojo!— que no estorbemos demasiado.

[En este caso no quiero ni mencionar la disparidad entre nuestras estrategias y nuestra lógica de adultos y los absurdos medios que se Le ocurre emplear a Quien —¡mira por dónde!— nos animó a hacernos como niños.]

Y lo hacen francamente mal:

2. Los que se consideran protagonistas en la educación de los hijos. Es decir:

2.1. Quienes asfixian a los críos y ya-no-tan-críos con constantes reflexiones, prohibiciones y consejos… dictados por los años y la experiencia.

2.2. Y quienes están convencidos de hacerlo muy bien (¡que Dios —que nos alienta a hacernos como niños— nos libre de ellos!)

Lo hacen bastante mal quienes creen ser los protagonistas en la educación de sus hijos

2. Contenido básico

¿Ser o subjetividad?


Después de esta breve introducción, y con conciencia de que apenas voy a ser entendido durante tres o cuatro páginas —y de que, para tranquilidad del lector, tampoco importa demasiado—, paso a exponer las líneas de fuerza de todo el escrito.

La idea que le sirve de base no es muy distinta de la que ha presidido estudios anteriores y, en fin de cuentas, casi todo lo que he publicado hasta el día de hoy: la prioridad absoluta del ser sobre la subjetividad humana (es decir, de la realidad-real sobre los deseos arbitrarios, ligerezas, caprichos, pretensiones, veleidades, desvaríos… de los distintos sujetos humanos: usted y yo, de nuevo).

Apenas cuentan nuestros gustos… ni tampoco los del hijo

Lo que cambia, en este caso, son las «traducciones» de semejante principio.

1. A saber, y antes que nada, que la referencia primordial de todo quehacer educativo, el ideal al que hay que atender en cualquier momento de la biografía de una persona, lo constituye lo que esa persona es y, consecuentemente, lo que está llamada a ser.
Y no —sería la otra posibilidad— lo que «alguien» (él mismo o cualquier otro) ambicione o desee, o le apetezca o le disguste o le horrorice… si todo ello no concuerda con la concreta condición personal de quien se está formando.

2. Con lo que este principio básico se aplica tanto a quienes deben educar como a quienes han de ser educados. Y lo hace de maneras muy diversas y con un sinfín de manifestaciones, que iré señalando en su momento.

2.1. Por ejemplo, la atención prioritaria al (modo de) ser de cada uno de nuestros hijos lleva consigo que los sueños y las novelas que hemos forjado respecto a ellos —en principio, nobilísimos e incluso imprescindibles— deban ceder el paso a lo que vamos descubriendo que exigen las reales cualidades y el entorno de ese chico o esa chica… que no tienen por qué coincidir con los del hermano o la hermana de solo un año más o menos que él o que ella.

¡Y no digamos nada con nuestras ambiciones, antojos, pretensiones, apetencias, aspiraciones… y cuanto se sitúa en la misma línea!

En el fondo, es el principio que preside, juntos con muchos otros, este excelente consejo: «Cuando reconocemos los sentimientos de un niño, le prestamos un gran servicio. Le ponemos en contacto con su realidad interior. Y una vez ha definido esa realidad, podrá acopiar fuerzas para hacerle frente» (Faber, Adele y Mazlish, Elaine).

Y también el que mencionaré de inmediato, de Gottman y Silver, que recogen a su modo lo que un santo del pasado siglo llamaba «mística ojalatera» o «del ojalá»: «¡ojalá no me hubiera casado!», «¡ojalá no me hubiera quedado soltero!», «¡ojalá tuviera menos —o más— años!», «¡ojalá fuera más inteligente, más guapo, más fuerte, más delgado…!»
En palabras de Gottman y Silver: «Muchas veces nos quedamos atascados en frases condicionales del tipo: “Si tan solo...” Si tan solo mi pareja fuera más alta, más lista, más atractiva... todos mis problemas desaparecerían. Mientras prevalezca esta actitud, será muy difícil resolver los conflictos. A menos que aceptes los defectos y debilidades [¡la realidad!] de tu pareja no podrás llegar a ningún acuerdo. En lugar de esto te lanzarás a una campaña para hacer cambiar a tu cónyuge. Para resolver un conflicto no hace falta que una persona cambie.»

2.2. Algo bastante parecido sucede con el educando en relación consigo mismo: también él ha de saber adecuar sus ilusiones y anhelos a lo que, respecto a las vías de su más cabal desarrollo, le van sugiriendo su propio (modo de) ser y las circunstancias en que su vida de hecho se desenvuelve.

Para lo cual nosotros, los padres y educadores, tenemos que permitirle y ayudarle a que se conozca y a que descubra lo mejor que en él se encierra, para que de este modo, sabiendo quién es, pueda obrar en consecuencia.

Lo que supone, como apuntaré, no olvidarnos del niño que cada uno fuimos… y del que, en cierto modo, seguimos siendo, si no nos hemos empeñado en sofocarlo.

Llegar a ser quienes somos

En fin de cuentas, todo lo anterior remite a una de las afirmaciones más repetidas a lo largo de la historia del pensamiento occidental, desde Píndaro hasta Jaspers.

Uno y otro sostienen, con palabras casi coincidentes, que «el hombre es aquel ser que debe llegar a ser hombre».

Una afirmación que hoy expresaríamos más a gusto, con el más preciso lenguaje de los personalistas, diciendo que «cada persona humana debe llegar a ser quien es».

A saber: «alguien» —con toda la carga ponderativa que en la actualidad suele atribuirse a este término— dotado de una sublime grandeza y, a la vez, único e irrepetible; pero ese «alguien»… habiendo desarrollado el sinnúmero de perfecciones que virtualmente se encierran en su ser. Y tales perfecciones son extraordinarias.

Cada persona humana está llamada a ser quien es

Interlocutores del Amor de Dios

Efectivamente, según he considerado en otras ocasiones, en el mismo instante en que un nuevo sujeto humano es concebido, el (acto de) ser que Dios infunde junto con el alma apunta y estimula ya el despliegue futuro del inmenso conjunto de facultades y acciones que lo dirigirán, siempre que esa persona asuma libremente semejante impulso, hasta el Interior del propio Dios, para transformarse —como acabo de sugerir— en un interlocutor eterno del Amor divino: en un acto (participado) de amor de Dios.
El «Término» al que todos los hombres deben dirigirse es, pues, el Mismo Dios que amorosamente los ha creado.

Los caminos resultan, en cierto sentido, paralelos o, más bien, coincidentes. No obstante, se configuran como radicalmente únicos, en función del particular y no reiterable modo de ser de cada persona y del sucederse de situaciones y coyunturas, también únicas, con que se topará a lo largo de su existencia.
La labor de educación, de la que el propio educando acabará por ser el principal artífice, se compone del cúmulo de auxilios que le permitirán alcanzar la Meta anhelada.

Y la clave de todo el proceso, como veremos hasta quedar hartos —ya verán como sí: ¡hartos!—, es el amor, en su acepción más genuina.

La clave de las claves de las claves de las claves… es el amor

Ser y hacer

Todavía me parece conveniente esbozar otro punto, que tal vez asombre o incluso moleste a más de uno.

Sin duda, el problema más extendido hoy día en muchas familias es que a casi todos nos gustaría hacer bien de padres… sin esforzarnos seriamente por ser buenos padres.

O, si se prefiere, sin esforzarnos seriamente o simplemente sin esforzarnos… sin más añadidos: lo que casi siempre equivale a «que nuestros hijos no nos den quebraderos de cabeza».

Y esto resulta, sencillamente, imposible.
La filosofía clásica y el sentido común están de acuerdo en que el obrar sigue al ser y el modo de obrar al modo de ser. Lo expresan cientos de dichos populares: «el árbol se conoce por sus frutos», «no se pueden pedir peras al olmo», etcétera.

Y lo ha resumido egregiamente, para nuestro tema, Cornelio Fabro, en unas cuantas palabras que darían pie a un cúmulo de reflexiones:

«La única pedagogía es la profundidad de nuestro ser»

O, lo que viene a ser lo mismo, que cada cual educamos o deseducamos en función de lo que somos.

[En versión light: la grandeza del propio ser, que hoy traduciríamos por «personalidad», en el sentido más noble y hondo de este término, nos confiere la auctoritas —hoy, prestigio o ascendencia: auténtica autoridad—, que hace innecesario el recurso a la potestas —hoy, violencia, fuerza bruta, descalificaciones, castigos, reprimendas…— y facilita enormemente el proceso educativo.]

Pero la mayoría de los padres no queremos enterarnos. No estamos dispuestos a poner los medios imprescindibles para llegar a ser buenos padres —cosa nada sencilla— y, sin embargo, pretendemos educar a nuestros hijos, lo que significa hacer bien de padres.
Conclusión: ser y hacer —o no-ser, pero aspirar a sí-hacer e incluso a sí-hacer-y-muy-bien— no siempre van de la mano.

[En definitiva, la que vengo exponiendo es la convicción que subyace al estupendo libro de Monika Murphy-Witt, Padres consecuentes, niños felices, que cabría resumir inicialmente en este par de frases literales: «Los objetivos educativos deben ser adecuados a las ideas acerca de los valores de los padres; solo entonces se pueden perseguir de forma consecuente.»

Idea que debe ser completada con estas otras:

«El problema es que mientras los padres mismos no poseamos un sistema de valores firme, no podemos tomar ninguna postura clara frente a nuestros hijos. Nos tambaleamos de un lado a otro igual que nuestra agrietada imagen del mundo. Solo quien está verdaderamente convencido de algo puede presentarse con rectitud ante su vástago y seguir su línea de forma consecuente. Y además lo deja de manifiesto con su actitud en el día a día y su firmeza en situaciones críticas. Quien quiere ser consecuente, por lo tanto, necesita valores, ya que cuando se toma una decisión por convicción es inamovible. Los pequeños se dan cuenta de ello rápidamente.»]


Resumen

No tengo que multiplicar los comentarios. Tal vez baste con sentar dos afirmaciones:

1. El crecimiento de cada hijo guarda una relación muy estrecha con el empeño real y constante de sus padres por ser mejores personas y, como consecuencia, también mejores padres. Si ellos no luchan eficazmente por corregirse día a día y en aceptar en ese combate la leal ayuda del cónyuge, es prácticamente imposible que logren una mejora en los hijos.

2. La diferencia más honda entre quienes simplemente lo hacemos mal y los que lo hacen aún peor estriba justo ahí: en que los primeros batallamos por crecer como personas, mientras los segundos aspiran a forjar las personas de sus hijos sin esforzarse por reformar la propia.

El problema más extendido en la educación actual es que a muchos nos gustaría hacer bien de padres… sin esforzarnos seriamente por ser buenos padres

-----------------------------------------------------------------------------
Tomás Melendo
Catedrático de Filosofía (Metafísica)
Director de los Estudios Universitarios en Ciencias para la Familia
Universidad de Málaga
Fuente: http://www.edufamilia.com/

Visita diaria a Jesús / Autor: P. Ángel Peña Benito, O.A.R.

La triste realidad es que la mayoría de los fieles no sienten deseos de visitar a Jesús durante la semana. Por lo cual, tampoco se ve la necesidad de dejar abiertas las iglesias. Y Jesús se pasa horas y horas, solitario, esperando a alguna alma piadosa, que venga a consolarlo y darle la alegría de pedirle sus bendiciones.

"Cristo, personalmente presente junto a la luz vacilante de la lámpara solitaria, sigue exigiendo una respuesta personal, invitando al diálogo a los que adoran con fe" (Pablo VI al Congreso eucarístico del Perú, 30-8-65). Cristo no está en el sagrario de modo estático, como si estuviera durmiendo, sino está vivo y dinámico. Su presencia real no es un "estar ahí", sino "estar por ti". Te está esperando ¿hasta cuándo?.

En los primeros tiempos del cristianismo, se guardaba la Eucaristía en las casas para llevarla a los enfermos o a los cristianos que iban a padecer el martirio o a otras Iglesias en señal de comunión. ¡Con cuánto amor la guardaban! Cuando entres a una iglesia y veas la luz parpadeante de la lámpara, piensa que allí está Jesús, tu Dios, esperándote. En la hostia santa está el milagro más grande del mundo, un milagro que la mente humana no puede comprender, porque es un milagro de amor.

Él te sigue esperando desde hace dos mil años, escondido en la hostia, pequeño, invisible, pero el mismo Jesús de Nazaret. Acércate a El con amor y devoción como los pastores, como los magos, como lo hicieron María y José aquel día de Navidad. Después de la misa y comunión, la mejor receta que puedo darte para que crezcas en santidad es: ¡Cinco minutos de sagrario cada día! Cuando necesites a Jesús, búscalo en el sagrario de nuestras iglesias, míralo a los ojos, ten sed de no perderlo de vista, ten sed de quedarte a sus pies, ten sed de amarlo con todo tu corazón.

No te canses de amarlo día y noche. A todas horas, levanta tu mirada hacia el sagrario más cercano. Allí está tu amigo Jesús. Allí está el Amor y la Vida. Allí está la Salud y la Paz. Allí está tu Dios. ¡Cuántos secretos de amor se encierran allí! ¡Cuánta luz sale del sagrario! Jesús Eucaristía debe ser el centro de tu vida, el amigo más querido, el tesoro más preciado. En El encontrarás la ternura de Dios.

Mira a Jesús en el sagrario y déjate amar por El. Vete cada día a visitarlo. Allí aprenderás más que en los libros. Escucha su Palabra como la Magdalena, que estaba a los pies de Jesús. Pon en sus manos tus problemas y necesidades. Háblale de tu vida, de los tuyos, del mundo entero, pues todo le interesa. Y sentirás una paz inmensa que nada ni nadie podrá darte jamás. El sosegará tu ánimo y te dará fuerzas para seguir viviendo. El te dirá como a Jairo: "No tengas miedo, solamente confía en Mí" (Mc 5,36).

¡Qué benditos momentos los pasados junto a Jesús en el sagrario! ¡Cómo ayudan a crecer espiritualmente! Es algo sublime que no se puede explicar. No te pierdas tantos tesoros. No digas que no tienes tiempo. Aunque sea unos momentos, no dejes de entrar, cuando pases delante de una iglesia y, si está cerrada, dirígele desde fuera unas palabras de amor. Dile que lo amas y salúdalo con una sonrisa. En el sagrario hay vida, está la fuente de la vida, hay corrientes de vida, manantiales de vida, hogueras misteriosas de vida. Allí está Jesús, el Dios de la vida. Allí recibirás las inmensas riquezas de un Dios Omnipotente, que quiere ser tu amigo y servirse de ti para salvar a tus hermanos.