Foto: Vatican Media, 2-12-2025
2 de diciembre de 2025.- (Camino Católico) En su último día de viaje apostólico al Líbano, el Papa León XIV ha presidido la Santa Misa del martes de la 1ª semana de Adviento, en el Waterfront de Beirut, ante 150.000. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha toda la celebración.
En su homilía, el Papa ha manifestado su agradecimiento por estos días intensos compartidos con alegría e instó a desarmar los corazones, para que triunfen la paz y la justicia. Y ha subrayado que “hoy debemos decir como Jesús: ‘¡Te alabamos, Padre!’. Te damos gracias porque estás con nosotros y no nos dejas vacilar. Al mismo tiempo, esta gratitud no debe quedarse en un consuelo íntimo e ilusorio. Debe llevarnos a la transformación del corazón, a la conversión de la vida, a considerar que es precisamente en la luz de la fe, en la promesa de la esperanza y en la alegría de la caridad donde Dios ha pensado nuestra vida. Y, por eso, todos estamos llamados a cultivar estos brotes, a no desanimarnos, a no ceder a la lógica de la violencia ni a la idolatría del dinero, a no resignarnos ante el mal que se extiende”.
Al llegar al Waterfront de Beirut, desde el papamóvil cubierto, el Santo Padre ha saludado sin perder la sonrisa a los fieles que le esperaban con entusiasmo para participar en la Santa Misa, la última cita de su visita al país de los cedros.
Luego, el Santo Padre ha avanzado en una solemne procesión junto a los concelebrantes hasta el altar al aire libre, engalanado para la ocasión con una alfombra roja y una gran cruz iluminada, portando su báculo, mitra y con la casulla morada propia del tiempo litúrgico del Adviento.
El Patriarca de Antioquia, Youssef Absi, le ha dirigido unas palabras de bienvenida, expresándole su agradecimiento por esta visita —en un momento crítico para el Líbano y toda la región—, la cual reciben como un mensaje de esperanza y un signo de la cercanía.
Al finalizar la Misa, el Santo Padre ha recordado que ha viajado a Medio Oriente “como peregrino de esperanza”, implorando a Dios “el don de la paz en esta amada tierra, marcada por la inestabilidad, las guerras y el sufrimiento”.
“Cuando los resultados de sus esfuerzos por la paz se hagan esperar, les invito a levantar la mirada hacia el Señor que viene. Miremos hacia él con esperanza y valentía, invitando a todos a emprender el camino de la convivencia para la eternidad y la paz. Sean artesanos de paz, heraldos de paz, testigos de paz”, exhorta.
En este contexto, afirma que Medio Oriente “necesita nuevos enfoques para rechazar la mentalidad de venganza y violencia, para superar las divisiones políticas, sociales y religiosas, y abrir nuevos capítulos en nombre de la reconciliación y la paz”.
“El camino de la hostilidad mutua y la destrucción en el horror de la guerra se ha recorrido demasiado tiempo, con los deplorables resultados que todos tenemos ante nuestros ojos. ¡Necesitamos cambiar de rumbo, necesitamos educar nuestros corazones para la paz!”, exclama.
Desde el corazón de Beirut, el Papa reza por los pueblos que sufren a causa de la guerra. También elevó “oraciones de esperanza” por una solución pacífica a las actuales disputas políticas en Guinea-Bisáu, y no olvidó a las víctimas y a sus familias del incendio en Hong Kong.
“¡Rezo especialmente por el amado Líbano! Pido una vez más a la comunidad internacional que no escatime esfuerzos en promover procesos de diálogo y reconciliación, y hago un sentido llamado a quienes tienen autoridad política y social aquí y en todos los países marcados por la guerra y la violencia: ¡Escuchen el clamor de sus pueblos, que piden paz!”.
Por último, les anima a tener valor y pide a la Santísima Virgen María, Nuestra Señora de Harissa, que “les proteja siempre”.

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