* Comparte su testimonio personal y afirma que ante las dificultades en la época soviética «Sólo se podía sobrevivir con la fe»
10 de junio de 2010.- Con el Año Sacerdotal, que concluye mañana, solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, Benedicto XVI no sólo ha emprendido una profunda purificación entre los presbíteros que, en ocasiones, han perdido el sentido de su vocación o incluso han cometido graves infidelidades: ha buscado también ofrecer a la Iglesia testimonios de sacerdotes que siguen dando vida a las comunidades cristianas en los cinco continentes. Entre ellos, el cardenal bielorruso Kazimierz Swiatek, que, por motivos de salud, no ha podido participar en el Encuentro Internacional que se celebra estos días en el Vaticano, pues, a sus 95 años, se está recuperando de una operación de fractura de fémur.
El cardenal Kazimierz Swiatek, arzobispo emérito de Minsk, en Bielorrusia, es considerado un mártir en vida porque fue condenado primero a muerte en la época soviética y, luego, a trabajos forzados en Siberia, Tras ser liberado, en 1954, ejerció su ministerio, sobre todo de manera clandestina, en la Unión Soviética, hasta la caída del régimen, en 1989; en 1991, Juan Pablo II le nombró arzobispo. Como Presidente de la Conferencia Episcopal Bielorrusa durante muchos años, ha sido uno de los protagonistas del extraordinario renacimiento de la Iglesia católica en ese país. Ofrecemos su testimonio de fe escrito por él mismo, que Juan Pablo II hizo público el 27 de septiembre de 2004, en el que afirma: que en las dificultades que superó «sólo se podía sobrevivir con la fe». Leer más...
jueves, 10 de junio de 2010
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