* “Para el cristianismo Dios es amor y el ser humano, creado a imagen de Dios, realiza su esencia en la medida en que ama entregándose a los demás. Por eso su juicio del narcisismo es muy negativo, porque supone la exclusión del amor. De hecho, Cristo es la antítesis del narcisista, pues está totalmente des-centrado; todo su ser se orienta hacia el Padre y hacia los hombres: su alimento es hacer la voluntad del que le ha enviado (Jn 4,34), y ha bajado del cielo para dar la vida al mundo (Jn 4,51). La cruz no puede ser más elocuente: en ella está Cristo abrazando a la humanidad y vertiendo a través de sus cinco llagas su sangre redentora sobre el mundo”
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