* «Hace 12 años mi esposo y yo nos casamos y una de nuestras primeras decisiones como esposos fue dedicar nuestros primeros 5 años de matrimonio al servicio de Dios, sin tener hijos. Cinco años después, le dijimos a Dios que deseábamos tener a nuestro primer bebé y quedé embarazada justo después de orar a Dios por nuestro primogénito. Los médicos nos recomendaron abortar. Nuestro ginecólogo dijo: ”Si tendrán al bebe no importando su condición, de ahora en adelante nos enfocaremos sólo en el embarazo” ¡Dios es maravilloso! Y hasta el día de su concepción, supimos que Dios nos había dado ¡Un hijo sano! Hoy en día nuestro Oliver tiene 5 años, es un pequeño adorador que ama a Dios con todo su corazón y además quiere ser científico»
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