* «Tener fe, decía una persona, es acostumbrarse al grito. Todos tendríamos que ser como el Bartimeo del Evangelio. La oración no solo precede a la salvación, sino que de alguna manera ya la contiene, porque nos libera de la desesperación de quien no cree que haya una salida para tantas situaciones insoportables. Por supuesto, los creyentes también sienten la necesidad de alabar a Dios. Pero ninguno de nosotros tiene por qué abrazar la teoría propuesta en el pasado por algunos, es decir que la oración de petición sea una forma débil de fe, mientras que la oración más auténtica sería la de alabanza pura, la que busca a Dios sin el peso de petición alguna. No, eso no es verdad. La oración de petición es auténtica, espontánea, es un acto de fe en Dios que es el Padre, que es bueno, que es todopoderoso. Es un acto de fe en mí, que soy pequeño, pecador, necesitado. Y por eso la oración para pedir algo es muy noble. Dios es el Padre que tiene una compasión inmensa por nosotros y quiere que sus hijos le hablen sin miedo, llamándole directamente “Padre”; o en medio de las dificultades diciendo: “Pero, Señor, ¿qué me has hecho?”. Por eso podemos contarle todo, incluso las cosas que en nuestra vida siguen estando torcidas e incomprensibles. Y nos ha prometido que estará con nosotros para siempre, hasta el último día que pasemos en esta tierra»
Video completo de la transmisión en directo realizada por 13 TV de la catequesis traducida al español y de la síntesis que el Papa ha hecho en nuestro idioma
* «Hoy en la celebración litúrgica de la Santísima Virgen María de Guadalupe pidamos que Nuestra Señora nos acompañe en Navidad y reavive en nosotros el deseo de recibir con alegría la luz de su Hijo Jesús, para que resplandezca cada vez más en la noche del mundo»
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