* «Cuando estás en relación con Dios la verdad de nosotros mismos sale a la luz y nuestros deseos profundos emergen con fuerza al cuestionar nuestras decisiones diarias. Cuando me acerqué a Cristo fue un momento de gran oración y abandono a la voluntad de Dios que se convirtió en providencia, presencia y Palabra. El Bautismo que deseaba con todas mis fuerzas no había sido un punto de llegada, sino la salida hacia una nueva aventura. Desde esa noche de Pascua mi vida ha cambiado radicalmente y sé que cuando vuelvo a la fuente encuentro a quien me devuelve la imagen original de una hija amada por siempre»
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