* «Fray Leopoldo de Alpandeire, beato limosnero capuchino, que en Granada dejaste un reguero de admiración y santidad. Sabiendo que alcanzar la santidad no es tarea fácil comentabas: “para ser santo hay que tragar mucha saliva”, en respuesta a las humillaciones que recibías. “San Nipordo”, como te llamaban los niños con cariño, haz, con tu intercesión, que nuestros corazones sean sencillos y entregados sin esperar nada a cambio»
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